En la década de los años 30 del siglo pasado, el economista austriaco Joseph Schumpeter comenzó a popularizar la expresión “destrucción creativa” para describir el proceso disruptivo de transformación que caracteriza a la innovación y al capitalismo.
En la era de Internet, se habla de disrupción para aludir al impacto de la tecnología sobre los negocios y a la necesidad de adaptarse a los cambios, una situación que Andy Grove, en su libro “Solo sobreviven los paranoicos”, describe como “puntos de inflexión estratégicos”.
“En cuestiones de negocios, la paranoia cobra un importante valor, porque en el éxito de los negocios está la semilla de su propia destrucción”, explica en su libro uno de los cofundadores (ya fallecido) de Intel, al referirse a cambios fundamentales y repentinos que alteran las reglas de juego de un sector y que pueden conducir al éxito o al fracaso estrepitoso de una firma, si sus administradores no son capaces de anticiparlos.
Casos como los de Blockbuster, Nokia, Blackberry o incluso de empresas exitosas como Apple, nos demuestran que el cambio hay que enfrentarlo o, de lo contrario, se terminan pagando las consecuencias.
Pero, si algo hemos aprendido de la pandemia durante los últimos 15 meses y de las recientes perturbaciones sociales en el país, es que los ‘cisnes negros’ pueden sobrevenir en cualquier momento, a nivel local, regional y mundial. Algunos estarán relacionados con la salud. Otros serán económicos, empresariales, ambientales o políticos. Ocurrirán con regularidad y frecuencia.
Sin embargo, a medida que continuamos trabajando para salvar vidas y reactivar las economías y las empresas, comenzamos también a ver por fin la luz al final del túnel y a vislumbrar cómo tomará forma la nueva normalidad.
En SAS, hemos desarrollado un enfoque para enfrentar y mitigar estas perturbaciones generalizadas y, lo que es más importante, para seguir adelante y tomar mejores decisiones de negocios, haciendo uso de herramientas tecnológicas como la analítica y la inteligencia artificial, que resumo en 3 recomendaciones:
Fase 1: Responder
En las primeras etapas de cualquier disrupción, después de detectar que algo anda mal, los primeros pasos deben servir para determinar qué tan grave, generalizada y rápida será la perturbación. A esta etapa podemos llamarla tomar “consciencia situacional”.
Una vez que determinamos cómo nos afectará, tenemos que buscar formas inmediatas de responder. Por ejemplo, hacer “sonar las alarmas” para determinar los siguientes mejores pasos para abordar la situación, asignar personas y recursos, etc.
Con una crisis sanitaria como la del coronavirus hemos aprendido que la acción temprana y decisiva es crucial. En los negocios, para ser verdaderamente resiliente, una organización debe tener las capacidades para continuar a pesar de eventos impredecibles. Sucederán cosas malas, pero es la forma en que reaccionamos ante ellas, lo que marca la diferencia.
Fase 2: Recuperación
En el mundo de la salud, existe el enfoque a corto plazo en el que los pacientes superan lo peor de una enfermedad; y el enfoque a largo plazo, cuando se consideran los efectos crónicos de la misma.
En el mundo de los negocios, la analítica puede ayudar a garantizar buenos resultados en la “salud” de la empresa, en el corto plazo, al tiempo que ayuda a pronosticar y administrar los costos futuros y el impacto en los recursos.
Aunque comenzamos a salir del aislamiento y las empresas se reactivan, la nueva normalidad no será sencilla. Por ejemplo, ¿cómo lidiarán los fabricantes y vendedores con los inventarios que ahora deberán liquidar? En el mundo sanitario, ¿cómo manejarán los hospitales y los médicos la acumulación de visitas de rutina y las cirugías que se pospusieron?
Todos los aspectos de la sociedad y todas las industrias tendrán desafíos en la reactivación. Esto hace que el uso de tecnologías de inteligencia artificial, como los modelos de aprendizaje automático, sea aún más importante para poder hacer coincidir la oferta (de bienes y servicios) con la demanda, y para comprender cómo los patrones de demanda han cambiado y continuarán cambiando en los días, semanas, meses y años por venir.
Fase 3: Reimaginar
Se trata de preparar su organización para el futuro mediante la creación de resiliencia. Y aunque es posible que se produzcan nuevas oleadas de COVID-19 o nuevas pandemias que pongan a prueba a la sociedad y a las empresas, la analítica puede mejorar nuestra capacidad para enfrentar dichas amenazas al identificar y comprender las poblaciones vulnerables y sus riesgos.
Tener un plan de respuesta para esta clase de incidentes es crucial para todos los niveles de gobierno y para todas las industrias. Se trata de una oportunidad para reconsiderar cómo está operando y aplicando las lecciones aprendidas su empresa y cómo puede ser más ágil y resiliente en el futuro.