Una de las actividades económicas más golpeada por la pandemia fue la del turismo, que aunque ha tenido una marcada recuperación, las cifras siguen muy quedadas con respecto a lo que se alcanzó en 2019, en especial en lo que tiene que ver con los viajeros domésticos, que continúan muy contenidos en su gasto de turismo ante la desaceleración económica del país.
Esa menor demanda interna ha sido compensada por visitantes internacionales, que ven a Colombia como un destino atractivo por su oferta de playa, naturaleza o ciudades, y además relativamente económico frente a países similares, debido a la devaluación del peso. Las expectativas están puestas para que este año lleguen al país 4,5 millones de visitantes extranjeros y la meta del Gobierno es que superen los 7 millones en 2026.
Las cifras de Migración Colombia indican que a Colombia llegaron el año pasado 5.870.000 visitantes no residentes, y de ellos, 3.842.000 fueron extranjeros y 1.450.000, colombianos residentes en el exterior. El 6 % arribaron en cruceros y 235.000 fueron venezolanos. En cuanto a los destinos, 1.340.000 se quedaron en Bogotá; 660.000 en Medellín, 640.000 en Cartagena, 194.000 en Cali y el resto en las demás ciudades.
Esa radiografía del turismo es la apuesta de la cadena hotelera nacional Cosmos, que arrancó hace 41 años en Bogotá, con la idea de desarrollar turísticamente la calle 100 al norte de la capital, en donde estaba naciendo un centro financiero, acompañado del World Trade Center, la Clínica Barraquer y otros hoteles. Comenzaron con 127 habitaciones y un centro de convenciones. Hoy tienen 765 habitaciones en siete hoteles ubicados en Bogotá y el Valle del Cauca, las cuales incluyen un hotel 5 estrellas en Buenaventura.
Juan Carlos Pradilla, gerente de los hoteles Cosmos, explica que se han enfocado en estas dos regiones del país al ser estas grandes receptoras de turistas extranjeros. En Buenaventura están hace 10 años, con la tesis de inversión de que, al ser el puerto más importante del país, desde allí se desarrollaría la integración del país a la llamada Alianza del Pacífico.
En el caso de Bogotá, donde también tienen la marca Double Tree by Hilton, en un hotel en la calle 93, recientemente firmaron una alianza con Morrison para operar un hotel en Usaquén y otro en la Zona Rosa. “Con estos hoteles le apuntamos al concepto de business leisure, que es el que aplica para viajeros internacionales que antes venían estrictamente a reuniones y se iban, y ahora están extendiendo sus estadías para hacer algo de turismo”, explica, y agrega que por eso la ubicación de la Zona Rosa es estratégica, dado que queda cerca de los puntos de negocios, entretenimiento y gastronomía. Se estima que dicha zona de Bogotá atiende 25.000 clientes por día en un fin de semana.
Otra es la historia de su operación emblemática en la calle 100, donde se construye una nueva troncal de TransMilenio. “Es una obra que lleva mucho tiempo. Nos dijeron que iba a ser por fases y que cada tramo iba a impactar la zona más o menos un período de seis meses, pero llevamos cinco años y nada que termina”, se lamenta este empresario y dice que es una situación que genera varios impactos en ese corredor que han ayudado a desarrollar, comenzando por la seguridad, pasando por la visibilidad del hotel y, especialmente, por la movilidad.
Pese a esto, sigue convencido de que Bogotá cada vez se consolida más como un destino atractivo turísticamente. Está entre los más recomendados de TripAdvisor. En la categoría que denominan best of the best se ubica entre los 10 primeros destinos por su riqueza histórica, cultural, gastronómica y biodiversidad. Como resultado, la capital del país tuvo una ocupación positiva en 2023 y las proyecciones de Cotelco indican que se puede superar el 58 % este año en los hoteles de 3, 4 y 5 estrellas.
“Hay optimismo, porque lo que hemos perdido con respecto a 2023 en ocupación nacional se ha cubierto con la internacional. Nosotros tenemos un presupuesto para este año de 80.000 millones de pesos en ventas, con una rentabilidad operacional del 40 %”, explica Pradilla, quien emplea a 300 personas de forma directa y a más de mil indirectos en todos los hoteles Cosmos.
“La situación actual la podemos ver de dos maneras: nos podemos quedar en la quejadera y decir que esto es terrible –por la caída de la economía, de la industria manufacturera, del comercio– o pensamos en positivo y seguimos trabajando por el país”, concluye este ejecutivo.