La Oferta Pública de Adquisición (OPA) lanzada por el multimillonario Elon Musk para comprar Twitter, la red social del pájaro azul, y transformarla totalmente, hasta el punto de convertirla en un atril de la libertad de expresión, no resultará tan fácil como espera el dueño de Tesla.
La propia compañía anunció este viernes que tomará medidas para resistir la OPA hostil lanzada por Musk, por la no despreciable suma de 43.000 millones de dólares.
Hay que recordar que se habla de una OPA hostil porque es el oferente el que llega a adquirir una compañía o parte de ella, sin que se hayan puesto a la venta acciones de dicha empresa. Existen también las OPA acordadas, que se adelantan a través de un acuerdo previo entre las dos partes.
En esta oportunidad la estrategia bursátil de Twitter, contra el que es considerado como el hombre más rico del planeta, fue bautizada como “píldora envenenada”, según se le llama en la jerga financiera a una maniobra que dificulta que un accionista acumule demasiada participación sin aprobación de la junta.
La estrategia consiste en activar una opción que permite a otros inversionistas comprar más acciones de la compañía con un descuento. Esa alternativa se da luego de que Musk, con una oferta de compra tentadora, expresara que si la junta de Twitter llegara a tomar medidas contrarias a la de los intereses de los tenedores de participaciones en la red social, estaría violando su deber fiduciario.
¿Qué logra Twitter con la estrategia?
La red social busca generar una encerrona al precio que Musk debería desembolsar para poder tomar el control total de la red social.
Según anunciaron, el plan en mención se activará si Musk sobrepasa el 15 % de acciones de la empresa sin la autorización del directorio.
Algunos analistas ven venir una guerra de titanes, pues el magnate dueño de la empresa de automóviles eléctricos Tesla y de la aeroespacial SpaceX, tiene la fortuna suficiente para comprar Twitter, compañía en la que ya tiene un poco más de 9 % del capital accionario. Entre tanto, es bien conocido el poderío de la red social, que cuenta con más de 300 millones de usuarios al mes.
Según información de la compañía, el plan “reducirá la probabilidad de que cualquier entidad, persona o grupo obtenga el control de Twitter a través de la acumulación de mercado abierto sin pagar a todos los accionistas una prima de control adecuada o sin dar suficientemente tiempo a la junta directiva para tomar decisiones informadas”.
Twitter muestra así que planea resistir a la propuesta del popular empresario de comprar la red social y hacer de ella una empresa de capital cerrado, dice la agencia de noticias AFP.
“Es una táctica de defensa que era previsible”, reaccionó el analista Dan Ives, de Wedbush. Pero no será percibida “de manera positiva” por los accionistas, por el riesgo a una “dilución” contraproducente.
Y el plan será “ciertamente peleado en la justicia” porque la junta directiva tiene la obligación de actuar en el interés de la empresa y de aumentar su valor para los accionistas.
Este viernes Musk expresó en su cuenta de la plataforma “¡Gracias por el apoyo!” con una encuesta realizada por “Bitcoin Archive”, titulada “¿Quieres que Elon Musk compre Twitter?”. Un 73% de los 19.494 votantes respondieron “sí”.
Pero también hizo su propia pregunta: “Hacer de Twitter una empresa privada a 54,20 dólares debería ser un asunto de los accionistas y no de la Junta?”. Más del 83% de los 2,9 millones de votos fueron a favor del “sí”.
El sorpresivo Elon Musk
Elon Musk sacudió el mundo bursátil y tecnológico el miércoles cuando anunció una propuesta de comprar Twitter a un precio que la elevaría a 43.400 millones de dólares, frente a su valor actual de 36.000 millones.
Su plan enfrenta interrogantes en varios frentes, incluyendo un posible rechazo y el desafío de reunir el dinero ofrecido, pero podría tener amplias repercusiones en la red social si llega a consumarse.
El jueves declaró que tiene “fondos suficientes” para la transacción y aseguró que contaba con un plan B si la junta de Twitter rechazaba la oferta. También, resaltó que no buscaba hacer dinero con la adquisición, durante una entrevista en directo en la conferencia Ted2022.
No dio detalles sobre cómo financiaría la compra pero debería seguramente endeudarse o deshacerse de una parte de sus acciones de Tesla o SpaceX.
La plataforma de la libertad de expresión
Muy activo y popular en Twitter, donde cuenta con cerca de 82 millones de seguidores, pero a la vez muy crítico de la política de moderación de contenidos de la plataforma, dice querer convertirla en la plataforma de “la libertad de expresión”, con menos límites sobre lo que los usuarios pueden tuitear.
Luego de haber compra 73,5 millones de acciones ordinarias de la empresa a inicios de la semana pasada, fue invitado a formar parte de su junta directiva pero finalmente rechazó la oferta, luego de una serie de sugerencias para modificar la plataforma, como la adición de un botón para editar tuits o el retiro de la publicidad, principal fuente de ingresos de Twitter.
Adepto a la polémica y los chistes, también encadenó unos tuits provocadores, preguntándose si Twitter no se estaba “muriendo” porque algunas cuentas con muchos seguidores publican poco contenido.
¿Quién se saldrá con la suya?
El jueves el magnate reconoció no “estar seguro de poder comprar” la empresa y explicó que esperaba reunir en su proyecto la mayor cantidad posible de accionistas. Ya no podrá contar con al menos uno de ellos.
El príncipe saudita Alwaleed bin Talal dijo también en Twitter que rechazaba una oferta demasiado baja, a lo que Musk respondió ironizando sobre “la libertad de expresión de los medios” en Arabia Saudita.
Pero la influencia y la presión ejercida por Musk no dejaban muchas opciones a los dirigentes de Twitter, comentaron los analistas de Wedbush Securities.
Por su parte, los analistas de Wedbush dijeron que la junta directiva de Twitter tendrá que aceptar la oferta o buscar otro comprador.
“Pensamos que esta telenovela terminará con la adquisición de Twitter por el señor Musk tras esta OPA hostil”, indicaron en una nota el jueves, previendo una ola de posibles interrogantes sobre financiamiento, aspectos regulatorios y cómo el multimillonario repartiría su tiempo entre sus varias compañías.
“La junta no quiere a Musk porque están en desacuerdo en casi todo y su estilo es incompatible con su cultura corporativa”, subrayó Dan Ives en un análisis publicado el jueves en el diario inglés Daily Mail.
Pero la junta no tiene muchas opciones, estimó, porque “Musk parece tan determinado a dirigir Twitter al igual que SpaceX o Tesla”.
Con información de AFP.