Que sí, que no, que más o menos. En esas anda la posible venta a Colombia, por parte de Venezuela, de la compañía productora de fertilizantes Monómeros, que, desde hace ya algún tiempo, ha sonado mucho, por diversos motivos.
Armando Benedetti, embajador de Colombia en el vecino país, ha sido uno de los más animados con la venta de ese activo que tiene sede en Barranquilla, desde donde produce casi el 40 % de los fertilizantes que requiere nuestra nación para la nutrición de los suelos agrícolas.
Benedetti confirmó que Venezuela sí le vendería a Colombia la totalidad de Monómeros, tema que ha sido controversial, pues, en un principio, se habló de que la transacción se haría a través de Ecopetrol, lo que luego fue desmentido.
Lo cierto es que la operación de compra venta, para que Monómeros pase a ser de propiedad de Colombia, parece seguir estando en la agenda del gobierno. El problema es que aún persisten fuertes enredos jurídicos que serían una piedra en el zapato, relacionados con las sanciones que le había impuesto Estados Unidos a Venezuela y que pocos se atreverían a desafiar: la compañía petroquímica colombovenezolana tiene una licencia muy limitada, tras las sanciones impuestas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de los EE. UU. (OFAC).¿Cómo es el asunto?
Un poco de historia
En materia sancionatoria, la potencia económica aplicó medidas contra Venezuela, siempre dirigidas a apretar hasta derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Parte del apretón estaba por el lado de la médula económica del país: el petróleo. Fue así como, Estados Unidos bloqueó el permiso a la petrolera estadounidense Chevron (la única petrolera americana en Venezuela) para negociar con la estatal venezolana PDVSA, envuelta en frecuentes escándalos de corrupción.
Lo más reciente que se conoce de la sanción relacionada con la imposibilidad de acercamientos para negocios entre Chevrón y PDVSA es que, el gobierno de Joe Baiden levantó la prohibición, pero con condicionamiento. Así, aunque las petroleras pueden dialogar, no pueden explotar o comerciar con crudo venezolano.
Gran parte de las sanciones fueron impuestas por el gobierno de Donald Trump a partir de 2017. Los bonos de Venezuela, por ejemplo, no podían entrar en mercados financieros estadounidenses; en otras palabras, los papeles de deuda pública venezolana no tenían posibilidad de canjearse por préstamos en esa nación. También apuntaron contra funcionarios venezolanos, a quienes les congelaron los activos en EE. UU.
Pero la aplicación de medidas contra Venezuela tuvieron su origen en 2014, cuando el Congreso de Estados Unidos aprobó una ley que iba en defensa de los derechos humanos de la sociedad venezolana.
La legislación estableció que el presidente de Estados Unidos podría imponer sanciones dirigidas a las personas responsables por violaciones de derechos humanos contra los protestantes antigubernamentales.
La primera decisión amparada en esa ley bloqueó la propiedad, la transferencia o los pagos a las propiedades, la posesión o el control de bienes e, inclusive, las donaciones que podían recibir. Inclusive, cerró la posibilidad de ingreso de miembros del gobierno venezolano sin la previa autorización de la Secretaría de Estado. En otras palabras, la potencia económica ponía a sudar frío a Venezuela.
Por esas medidas, aunque no fueron la causa directa que produjo la debacle, Venezuela enfrentó una estrepitosa caída en sus exportaciones de petróleo, que eran su más importante fuente de ingreso. Nadie podía cobrar ni recibir dinero de un lado a otro, lo que llevó a inundar el mar Caribe de buques petroleros que quedaron paralizados.
Empezó así la dificultad para la nación petrolera y para su gente, pese a que el gobierno -muy pronto- sustituyó a Estados Unidos, por otros destinos de exportación de petróleo. Pero la disminución en la venta de petróleo a la potencia consumidora de energía impactó fuertemente las posibilidades de Venezuela de comprar alimentos y medicina.
La economía caía y con ella, todo el bienestar de la población, por lo que empezó la estampida a otros países en busca de lo más elemental para el ser humano: la comida. Y no era para menos, antes de las sanciones, Venezuela exportaba cerca de 120.000 barriles de petróleo y productos refinados del petróleo a diario.
¿Cómo es la situación con Monómeros?
Monómeros es uno de los activos de Venezuela en el exterior y, como tal, quedó bajo el manto de la asamblea nacional que encabezaba el hoy expresidente interino Juan Guaidó, quien recientemente se refirió a la posible transacción como algo que huele mal y que podría ser ‘otro de los negocios turbios de Maduro’, dijo el diplomático venezolano.
Lo más reciente
El gobierno de Estados Unidos que más ha flexibilizado las sanciones contra Venezuela ha sido el de Biden, en parte, a través de canje de prisioneros, por lo que, los recientes acontecimientos relacionados con la captura del socio de Alex Saab, presunto testaferro de Nicolás Maduro, han sido conectados con varias hipótesis, una de las cuales sería la de buscar negociar el levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos.
Con ese horizonte a la vista estaría una posible compra de Monómeros, transacción alrededor de la cual, el propio ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha dicho que no se haría sin que se despejen las dudas sobre las sanciones de Estados Unidos a Venezuela.