Durante los últimos años, el avance de la tecnología ha generado avances dentro de todos los sectores, incluido el financiero y las transferencias bancarias, lo cual ha permitido, entre otras cosas, que se haya impulsado el comercio electrónico y las compras en línea.
El crecimiento de esta industria se ha presentado de manera global, ya que si bien Europa es baluarte en este sentido, los mercados pequeños como Oriente Medio, África y Latinoamérica han mostrado un crecimiento en estas prácticas de 21 y 7 %, respectivamente, entre un año y otro.
En Colombia este aumento se ve principalmente resaltado por parte de Álvaro Umaña, gerente de Asuntos Corporativos de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico.
“De acuerdo con el Informe Trimestral de Comportamiento del Comercio Electrónico en Colombia 2023, para el primer trimestre del año (enero a marzo) el total de ventas en línea en este periodo fue de 15,1 billones de pesos colombianos. Si queremos ver este dato en términos de porcentaje, representa un aumento del 24,1 % respecto al primer trimestre de 2022 y un 83,2 % respecto al mismo trimestre de 2021″, aseguró Umaña en Infobae.
Umaña también destaca que estas cifras se pueden ver influenciadas por distintas épocas o acontecimientos que pueden presentarse durante el año, como lo pueden ser, navidad, fin de año, o vacaciones, donde este tipo de compras y comercio suele verse más beneficiado.
Esto también ha afectado a muchos negocios, debido a que el éxito de estas prácticas ha permitido que se estén implementando cada vez más herramientas que permitan esta transformación digital a un nivel global. Esto, a su vez, ha dado paso a una mejor optimización de tiempo, de los costos y que las compras sean mucho más ágiles, eliminando barreras físicas.
Estos avances han implicado una serie de transformaciones no solo a nivel comercial, sino también social, donde los negocios tradicionales pasan a estar presentes en nuevos espacios tecnológicos. Las tiendas físicas tienen un desafío dentro de este cambio de clientes, que ahora prefieren realizar compras en línea.
De hecho, muchas empresas han tenido que cambiar sus estrategas y esquemas de venta, para dar paso a la presencia en nuevos canales que se ajusten a esta tendencia, y brinden una experiencia similar tanto en lo físico como en lo tecnológico, lo que a su vez ha dado paso a modelos de negocio novedosos y diferentes con nuevos desafíos y opciones.
Sin embargo, aunque todo parezca positivo dentro de este tipo de comercio, este también enfrenta una serie de desafíos que requieren atención, como lo son la seguridad en línea, la logística de sus espacios web y de la entrega de sus productos hacia el domicilio de los compradores, y un alto nivel de inclusión digital que requiere de modelos de negocio y una regulación adecuada distintos a los que se han presentado en el último tiempo.
Al día de hoy el comercio electrónico es una alternativa de compra importante, especialmente por el avance de la tecnología y las habilidades digitales, haciendo que cada vez más usuarios opten por estas modalidades para obtener experiencias confiables, personalizadas y accesibles, pero distintas entidades exponen distintas recomendaciones para que se sigan buscando estrategias o soluciones para que esta industria pueda seguir creciendo, y se convierta en una solución factible para todos los compradores alrededor del mundo con el paso del tiempo.
Por tanto, se espera que esta modalidad de comercio continúe evolucionando y brindando efectos positivos para la economía nacional, pero tendrá que avanzar en ciertos elementos concretos, con el fin de que esta evolución sea sostenida y adapte una serie de condiciones positivas para sus clientes, y trabajadores.