Priorizar la seguridad de las transacciones online se ha convertido en un objetivo claro para las grandes y medianas empresas, pues el consumidor es cada vez más exigente en materia de comercio digital y experiencia de compra.

No importa si las empresas nacieron como negocio en línea o si han migrado a su versión digital apostándole a la transformación tecnológica, la apuesta es la seguridad.

Es clave mantener una estrategia de ecommerce omnicanal, basada en la seguridad y el buen manejo de datos. | Foto: Getty Images

María Paula Silva, gerente general de Vtex Colombia, aseveró que todos los objetivos deberán ser encaminados a una experiencia centrada en la satisfacción del cliente, y qué más importante que ofrecer e inspirar seguridad, es un punto que influye directamente en su decisión de recompra, pues las personas gastan más en las marcas que confían.

Seguridad y datos

Por tal motivo, hace hincapié en la relevancia que contiene mantener una estrategia de e-commerce omnicanal, basada en la seguridad y el buen manejo de datos.

Con el Covid-19 se pudo observar una aceleración poco usual en la metodología Frictionless: autenticación sin necesidad de interactuar sistemáticamente con el comprador. | Foto: derechos de autor no

Por ejemplo, permitiendo la integración con pasarelas de pago confiables, con filtros antifraude y compatibles con experiencias de servicios 3DS V2, es decir, un protocolo para agilizar aún más el recorrido del cliente y fortalecer la seguridad de las transacciones.

Además, debido a la pandemia de la covid-19 se pudo observar una aceleración poco usual en la denominada metodología Frictionless: autenticación sin necesidad de interactuar sistemáticamente con el comprador.

Experiencias ágiles

Según la experta, este fenómeno desencadenó un avance sin freno hacia experiencias ágiles, que ameritan la implementación de nuevos medios de pago, la necesidad de contar con aliados tecnológicos, de servicios que se encarguen de gestionar las políticas y controles de seguridad pertinentes y de velar por el cuidado de los datos que puedan ser capturados, consignados y requeridos.

Según Silva, aunque los usuarios finales deben ser conscientes y estar muy atentos a consejos de seguridad para compradores, la responsabilidad de que sus datos e información estén seguros recae completamente en las empresas o marcas.

Las empresas deben implementar políticas de seguridad, protección de datos y una cultura de educación, guiando a los clientes sobre los tipos de fraude y cómo protegerse.

Menos riesgos

Agregó la ejecutiva que la exposición a fraudes digitales es una problemática creciente, y es por ello que las empresas y retailers deben tener en cuenta que entre mayor sea la cantidad de ventas, mayores pueden ser las posibilidades de ataques e intentos de fraude de este tipo.

Sin embargo, es importante aclarar que el tamaño de una empresa no la exime de este tipo de riesgos. En fechas de alta demanda como Cyberlunes o Black Friday, por ejemplo, la robustez que ofrezca su página de comercio digital será clave, así como procurar el desarrollo de una cultura de seguridad saludable dentro de la organización.

Agregó Silva que “las empresas deben implementar políticas de seguridad, protección de datos y una cultura de educación, guiando a los clientes sobre los tipos de fraude y cómo protegerse, con procesos orientados a cuidar la disponibilidad, integridad y confidencialidad de la información del usuario, clasificando los mismos y entendiendo su ciclo de vida desde el origen hasta la destrucción”.

Además, lo anterior debe ir acompañado bajo regulaciones que correspondan al territorio como GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) o Habeas Data, siempre con el objetivo de observar los estándares locales y globales de seguridad y privacidad de datos.