Las empresas financieras de base tecnológicas, conocidas como fintech, cada vez tienen más presencia e impacto en el país. Según Colombia Fintech, gremio del sector, acá operan 322 de estas firmas, con más de 9.000 empleados y con una cobertura que abarca a 76% de la población. Y esta no es solo una tendencia de Colombia, sino de América Latina, al ser una respuesta a las demandas de inclusión financiera y banca digital para personas que tradicionalmente no acceden a los sistemas bancarios.
El buen momento de las fintech motivó a Pedro Gaviria, CEO de Armatuvaca y a Leopoldo Romero, CEO de ChevyPlan a escribir un libro sobre los conceptos y las nuevas ideas de ahorro, innovación y finanzas personales que permite esta nueva forma de prestar servicios financieros. El libro se titula Universo Fintech y pretender ser una guía para quienes aún no están familiarizados completamente con los conceptos, y para quienes buscan oportunidades en este sector.
“La inclusión financiera que proporcionan las fintech rompe los paradigmas con innovación y tecnología en el sistema financiero, lo que las hace atractivas (especialmente para los más jóvenes), ya que tienen más cobertura y beneficios que los servicios tradicionales. Así, este segmento tiene más acercamiento a la planeación y educación financiera, permitiendo a las personas acceso a créditos y a ahorros programados”, dice Romero.
Uno de los aportes más grandes que realizan este tipo de empresas a la sociedad es, según él, la inclusión para el ahorro. “En Colombia las personas ahorran de muchas maneras, de hecho, casi todas fuera de los bancos. Ejemplo de ello son las cadenas o grupos de ahorro informales que se arman en los barrios o familias”, afirma. Lo que buscan estas empresas es permitir que todo eso se haga de manera electrónica, con las mismas facilidades, beneficios y seguridad.
En entrevista con SEMANA, Leopoldo Romero habló sobre las posibilidades de crecimiento para este sector en medio de una coyuntura que afecta las finanzas de todos los colombianos.
SEMANA: La apuesta grande de la banca digital son los jóvenes por la facilidad que tienen con la tecnología. ¿Cómo están haciendo para llegar a las personas de más edad?
LEOPOLDO ROMERO: Ese es uno de los grandes retos del sector, porque en Colombia hay un índice de bancarización muy alto, pero realmente muchas de las personas que tienen una cuenta de ahorros solo la utilizan para retirar su dinero, y el resto de las operaciones las realizan en efectivo, eso no es bancarización real. Lo que se busca es lograr cercanía con la tecnología. Que para todos sea fácil de manejar, entender y personalizar. Por ejemplo, a las personas mayores les suele ser más complicado acostumbrarse a la tecnología, pero entienden muy bien los sistemas de ahorro porque lo hacen a diario, entonces brindando herramientas que les faciliten guardar y proteger su dinero puede ser una buena alternativa. A quienes no les gusta la banca tradicional les pasa algo similar, pero lo más importante es que, con tecnología eficiente, puedan gestionar su dinero y encontrar oportunidades financieras sin necesidad de tener línea directa con grandes bancos.
SEMANA: ¿Cuál es la diferencia entre una fintech y un banco tradicional?
L.R.: En este momento la diferencia más grande y que las personas revisan mucho es el incentivo al ahorro. A los bancos grandes no les interesa mucho que las personas ahorren en sus cuentas porque el costo es muy alto, a ellos les interesa más que las personas paguen intereses por préstamos. En cambio, dentro del sector fintech es más fácil y rentable ahorrar, pero no es muy factible lograr grandes cupos de crédito.
SEMANA: ¿Cuáles son los retos para el crecimiento de este sector?
L.R.: Es que es necesario que desde el Gobierno haya un compromiso para desarrollar de verdad la infraestructura necesaria para que todos los colombianos tengan oportunidades de acceso a todo lo que se aloja en internet de manera equitativa. Desde educación hasta banca en línea, sin infraestructura, no es posible que haya equidad en esos aspectos. Además, para que el Gobierno pueda ejecutar su plan de “potencia mundial de la vida”, pasar de la economía extractiva a la productiva, de la inequidad a respetar los derechos humanos, democratizar el Estado y todas las demás promesas, es necesario avanzar en estas inversiones importantes para que sea un país realmente incluyente, que todo el mundo tenga acceso a la misma infraestructura desde el punto de vista de conectividad y usabilidad podría mejorar mucho los índices de inequidad nacional.