A medida que los consumidores se enfrentan a un entorno en constante cambio, deben lidiar con una variedad de prioridades complejas. Estas incluyen equilibrar experiencias, sostenibilidad y hábitos saludables, todo mientras enfrentan presiones financieras y un entorno digital en constante evolución. Al reevaluar sus preferencias y buscar obtener el máximo valor y flexibilidad, el consumidor consciente se esfuerza por ajustar sus aspiraciones y administrar su presupuesto limitado para garantizar su bienestar óptimo.
Preocupado, pero con esperanzas: a pesar de estar preocupado por su situación y la del mundo, el consumidor mantiene una perspectiva positiva para el futuro.
Los consumidores muestran preocupación por su situación financiera, atribuida al alto costo de vida, así como por su salud física y su capacidad para mantenerla. Esto se traduce en niveles más altos de estrés y tristeza como principales sentimientos negativos, comparados con consumidores en mercados más desarrollados. Mientras que en Europa y Estados Unidos los consumidores ya están reduciendo sus gastos, en Colombia esta tendencia persistió durante el año 2023.
Aunque el estado de ánimo medio pasó a ser negativo en el 2023, alrededor del 41 % de los consumidores afirman creer que Colombia estará mejor en 5 años.
Este año surge un nuevo punto destacado en las preocupaciones del consumidor, con el cambio climático, el contexto global y la política exterior adquiriendo mayor relevancia. A pesar de la cautela actual, los consumidores mantienen la esperanza en cuanto a lo que está por venir en los próximos años, creyendo que Colombia estará en mejores condiciones a mediano plazo.
Dos realidades distintas
Existe una clara disparidad en el comportamiento del consumidor entre diferentes niveles de ingresos. Aunque la preocupación por la estabilidad económica es compartida por todos los grupos, los consumidores de bajos ingresos muestran un estado de ánimo más pesimista y menos optimismo hacia el futuro en comparación con aquellos de ingresos más altos.
Las aspiraciones de los consumidores de bajos ingresos se centran en la estabilidad laboral, la posibilidad de comprar y viajar más. Por otro lado, los individuos de altos ingresos también buscan oportunidades de viaje, pero priorizan su familia y carrera profesional.
Con mayor disponibilidad de tiempo libre y flexibilidad, los consumidores de altos ingresos planean vacaciones más frecuentes, tienen hábitos de consumo de snacks más regulares y consumen alcohol casi el doble en comparación con otros grupos demográficos.
El desajuste de la sostenibilidad
Los consumidores están cada vez más comprometidos en equilibrar su deseo de ser financieramente responsables y respetuosos con el medio ambiente. Este equilibrio refleja la disposición a adoptar prácticas ecológicas, siendo los colombianos más conscientes del cambio climático en comparación con sus pares en países desarrollados como Estados Unidos y Europa. Sin embargo, este compromiso coexiste con restricciones financieras personales.
Aunque la sostenibilidad ha adquirido relevancia en las decisiones de compra de los colombianos, la disposición a pagar por productos sostenibles sigue siendo limitada, lo que dificulta el avance hacia una cesta de compras más sostenible.
- El 90% de los colombianos afirman que la sostenibilidad es un factor importante en su proceso de compra.
- Sin embargo, solo el 26% de los colombianos estarían dispuestos a pagar más por un producto sostenible.
El dilema de la salud
En consonancia con los hallazgos de nuestra investigación del año pasado, los consumidores quieren mejorar su salud física adoptando nuevos hábitos, como alimentación más saludable, práctica regular de ejercicio y mejor calidad de sueño. Además, informan una reducción en el consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, a pesar de que la intención de cambiar estos comportamientos es alta, persisten obstáculos para lograr estas aspiraciones. Entre los principales obstáculos se encuentran las distracciones cotidianas, la falta de apoyo para implementar estos cambios y las restricciones financieras.
A pesar de estos esfuerzos, aún existe una brecha significativa: un 17% de los encuestados indicaron que no son capaces de implementar todos los cambios de salud y bienestar que desean. Los motivos principales incluyen:
- Distracciones cotidianas.
- Falta de apoyo.
- Restricciones financieras.
La brecha entre el discurso y la acción en el ámbito digital
Se observa una discrepancia notable entre las intenciones declaradas por los consumidores respecto a las actividades digitales y su comportamiento real. Aunque muestran un claro deseo de reducir el tiempo dedicado a estas actividades, aproximadamente el 40% de los consumidores aún destinan una parte significativa de su tiempo a ellas. En comparación con los europeos, los colombianos tienden a dedicar más tiempo libre a las actividades digitales.
Las actividades digitales son las que los colombianos más desean reducir. Sin embargo, las actividades digitales siguen ocupando una parte significativa del tiempo de los colombianos (39% de los colombianos afirman pasar una parte importante de su tiempo en ellas). Estos consumidores quieren reducir el tiempo dedicado a las actividades digitales porque:
- El 56 % consideran que generan distracciones innecesarias.
- El 41 % consideran que afectan negativamente a la salud y el bienestar.