Recientemente, el Dane reveló un aumento en el Índice de Precios del Productor (IPP), lo que ha develado un incremento en los productos no solo de la canasta familiar sino también en los recibos de los servicios públicos.
De acuerdo con la entidad, específicamente las facturas del agua y la luz fueron las que tuvieron un mayor incremento, explicados por el aumento del costo de vida en Colombia.
Según lo revelado por el director de Dane, Juan Daniel Oviedo, la tarifa del agua fue la que tuvo el mayor aumento pues, para el mes de marzo, tuvo un incremento interanual del 8,88 %, superando el costo de vida del país que fue de 8,53 %.
Igualmente, Oviedo explicó que: “cada vez que se acumulan tres puntos del IPP, las empresas pueden recuperar los costos bajo el principio de suficiencia financiera, con lo cual estamos viendo un encarecimiento generalizado en las tarifas de acueducto”.
En este sentido, según explicó el diario El Colombiano, las empresas utilizan el IPP como referencia para calcular los valores de sus insumos, materias primas y las maquinarias y, debido a que hubo un aumento del índice interanual fue de 32,84 %, los costos se calcularon sobre este porcentaje y por eso los valores de las últimas facturas tuvieron ese ajuste.
En cuanto a la factura de la luz, se explicó que específicamente se trata de dos regiones las que más impulsan este aumento en el valor de la factura de la electricidad: el Caribe y el suroccidente del país.
Sobre el Caribe, Oviedo afirmó que se trata de “un efecto de las pérdidas que continuamente afecta las tarifas de la electricidad en las ciudades capitales.
En este sentido, el periódico de Medellín consultó a un experto quien aseguró que el cambio en la tarifa tiene que ver con la resolución 015 de 2018 que permite a los distribuidores compensar lo que pierden por robo y conexiones ilegales mientras retribuyan con nuevas inversiones que hagan en infraestructura.
En cuanto a la región del suroccidente del país, que cubre Cauca, Valle, Nariño y Putumayo, el incremento se explica porque “la generación de energía no se obtiene con contratos previamente firmados, sino que los comercializadores compran en la bolsa energética”, explicó Oviedo.
Por las nubes: el encarecimiento del costo de vida no da tregua
El aumento de los precios es, tal vez, el mayor dolor de cabeza de los colombianos. Pero no solo lo están viviendo los hogares, sino también miles de empresarios, cuyos costos tienen en jaque su rentabilidad y hasta sus operaciones.
Esta semana, el Dane entregó los resultados tanto del índice de precios al consumidor (IPC) como del índice de precios al productor (IPP) al mes de marzo y la inflación no cede. En el IPC, la cifra llegó a 8,53 % anual, mientras que en el IPP, a 32,84 %.
La preocupación es cada vez mayor. La inflación golpea con fuerza a los hogares más pobres y vulnerables, y, además, se convierte en un tsunami para los empresarios, en especial los pequeños, pues no tienen una escala eficiente para amortiguar el incremento en los costos, y tampoco pueden transmitirlos completamente al consumidor.
Pese al ingreso que se ha recuperado por el crecimiento de la economía, “en muchas ciudades ese ingreso aún es inferior en términos nominales al de 2019, pues ya no están alcanzando para satisfacer las necesidades básicas con esos artículos de primera necesidad. Vemos una reactivación de la economía, pero seguramente va a ser difícil que eso se traduzca rápido en menores incidencias en materia de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema”, advierte Oviedo.