Es común escuchar el término dieta saludable, pero ¿a qué hace referencia? Son aquellos alimentos que consume una persona durante un tiempo específico (24 horas) y en los cuales, es posible identificar características como cantidad, calidad y nivel de nutrición. Al volverse repetitivo, es decir, que se realiza 3 o 4 días a la semana, se convierte en un patrón de consumo alimentario en donde se involucran entornos como la familia y la comunidad.

De esta manera, una dieta saludable fomenta, mantiene la salud y previene el riesgo de sufrir enfermedades derivadas o asociadas a su consumo. Por eso, más que una moda, comer saludable es considerado un acto de autocuidado en donde se conjugan factores tan importantes como la educación nutricional, la seguridad alimentaria y los recursos económicos de las personas.

Una buena alimentación sin golpear el bolsillo es posible. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Precisamente, existe la creencia que alimentarse de manera saludable es costoso, situación que en parte corrobora el informe de la FAO “Panorama regional de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina”, el cual afirma que, durante el 2020, 26,5 % de la población colombiana no pudo acceder a una alimentación saludable por el costo de la dieta diaria, el cual sobrepasó los tres dólares por persona, una cifra cercana a los $15.000 tomando como referencia la tasa de cambio actual.

Para la Dra. Inés Morales, Directora del programa de Nutrición y Dietética de la Fundación Universitaria San Martín, el acceso económico influye, pero no es un limitante a la hora de tener una dieta saludable. Por el contrario, el factor más importante es contar con la educación alimentaria y nutricional necesaria para seleccionar de forma adecuada y responsable aquellos alimentos que cubran las necesidades energéticas, proteicas y de micronutrientes de cada persona.

Es importante reconocer la diversidad que ofrecen los grupos de alimentos, lo cual permite suplir elementos de la dieta por otros de igual calidad nutricional que por baja producción. | Foto: GettyImages

“La selección de los alimentos está mediada por el nivel de conocimiento, la publicidad e información que tienen los colombianos sobre las propiedades nutricionales. De allí, la importancia de reconocer la diversidad que ofrecen los grupos de alimentos, lo cual permite suplir elementos de la dieta por otros de igual calidad nutricional que por baja producción, factores de importación, elevación en el precio del combustible o situaciones climáticas, pueden ser de difícil acceso y generan un alza habitual en la canasta básica de alimentos”, explicó Morales.

Por eso, los interesados en iniciar o mantener una alimentación saludable a través de la realización de una dieta equilibrada en cantidad y calidad de nutrientes - que no afecte su economía personal- solo tienen que seguir las siguientes recomendaciones brindadas por una nutricionista dietista experta, que lo ayudarán a encontrar un equilibrio entre comer sano y a buen precio.

1. Consumir alimentos de origen colombiano: Esto favorece al ahorro y al reconocimiento de la soberanía alimentaria. Es vital incluir dentro de la dieta diaria alimentos que aporten proteína –leche, huevos, carnes, aves, peces-, hidratos de carbono complejos -cereales no refinados, tubérculos y raíces- frutas, vegetales y aceites de origen vegetal.

“Importante evitar el consumo de grasas trans, aquellas que por procesos industriales convierten los aceites de estado líquido a sólido agregándoles hidrógeno, como margarinas y mantecas. De igual forma, las grasas saturadas de origen animal que se encuentran presentes en estado sólido a temperatura ambiente en productos como carnes, leche entera y helados cremosos preparados con grasa láctea, las cuales no son beneficiosas para la salud”, explicó Morales, docente de la San Martín.

Importante evitar el consumo de grasas trans, aquellas que por procesos industriales convierten los aceites de estado líquido a sólido agregándoles hidrógeno, como margarinas y mantecas. | Foto: Getty Images

2. Revisar la información nutricional de los productos: Al momento de comprar, es fundamental revisar las etiquetas -especialmente de productos ultra procesados, con azúcar adicionada o con altos niveles de sodio y sal- estos han venido presentando un mayor valor en el mercado debido a las estrategias implementadas para reducir su consumo.

3. Acudir a alimentos de temporada: El alza en los combustibles puede ser un factor determinante a la hora de definir el precio de los alimentos, esto debido al valor que requiere su transporte entre regiones o países, en el caso de productos importados. Por eso, una de las alternativas para la economía de su hogar es adquirir alimentos que se produzcan dentro o cerca de su territorio, lo cual facilita su disponibilidad y adquisición. Otra estrategia, es aprovechar aquellos víveres en temporada que, debido a su alta producción, disminuyen su valor en el mercado.

El alza en los combustibles puede ser un factor determinante a la hora de definir el precio de los alimentos, esto debido al valor que requiere su transporte entre regiones o países, en el caso de productos importados.

4. Estilo de vida saludable: Por último, para la Dra. Morales es fundamental incentivar la práctica de un estilo de vida saludable integral, donde prime la actividad física acompañada de dietas equilibradas, factores que minimizan el riesgo de sufrir enfermedades que exigen una alta inversión de dinero para su tratamiento, lo que al final, garantizará que el presupuesto del hogar se optimice.