Acceder a los servicios del sistema financiero implicará para los colombianos un mayor costo, especialmente si se va a solicitar un crédito de consumo, crédito ordinario o simplemente usar las tarjetas de crédito; debido al nuevo tope máximo que podrán aplicar los bancos cuando un cliente utilice alguno de estos instrumentos financieros para realizar compras o pagos.
La Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) certificó que para marzo la tasa de usura es de 46,26 % efectivo anual, lo que representa un incremento de 0,99 % respecto al pasado mes de febrero (45,27 %) y un alza del 3 % si se compara con el primer mes del año (43,26 %).
Este ajuste alcista de la tasa de usura responde al comportamiento de la inflación y de la tasa de interés, por lo que, señalan los expertos, llaman la atención a los ciudadanos para que eviten adquirir más obligaciones financieras de las que puedan atender, ya que un mayor endeudamiento podría ahogar los ingresos y agravaría de manera significativa las finanzas personales. Por lo que la recomendación es ser austeros frente al consumo e incentivar el ahorro para que este dinero pueda invertirse en la adquisición de CTDs, aprovechando las altas tasas de interés.
De acuerdo con Diego Palencia, vicepresidente de investigación y estrategia en Solidus Capital, es importante que los usuarios del sistema financiero no pasen por alto el comportamiento de la tasa de usura, debido a que puede representar un riesgo de liquidez y, con ello, comprometer el cumplimiento en el pago de las obligaciones financieras adquiridas en el corto, mediano y largo plazo.
“Cuando los niveles en las tasas de usura llegan a máximos históricos, como los que estamos viviendo en las últimas décadas, la capacidad que puede tener una persona de tomar un crédito se restringe y se debe restringir al máximo, lo que implica que las personas pierden capacidad de liquidez y esa incapacidad para cumplir con solvencia sus deudas y esto pone en aprietos frente a la atención de otras obligaciones”, apuntó.
En este sentido, si se cuenta con tarjetas de crédito y si se requiere su uso, el consejo de los expertos es que la compra que se vaya a realizar por este medio de pago no se difiera a más de una cuota y no endeudarse por encima de la capacidad adquisitiva, más cuando se presentan alzas en los precios de los bienes y servicios y volatilidad en la tasa de cambio.
“La alta inflación trae mayores tasas de interés y mayores tasas de interés trae mayores afectaciones en el canal de tasa de cambio, o sea, el dólar. Adicional a esto, trae graves afectaciones para la desigualdad económico, por lo que vamos a ver un aumento en las brechas de desigualdad en el país, ya que son los más pobres los que se verán más afectados por esta situación al no tener cómo financiarse y no tener ahorro, porque este se pierde en estos casos”, indicó.
La preocupación de los expertos es que este aumento en la tasa de usura pueda conducir a que los ciudadanos se alejen del sistema financiero y acudan a la informalidad para buscar alternativas de financiación (los mal llamados “gota a gota”), por lo que esta opción no sería lo más prudente y más adecuado en estos momentos. De allí que la invitación es a analizar con cabeza fría cualquier decisión que se vaya tomar y que esta vaya en procura del bienestar financiero y no en detrimento.
Por último, es importante señalar que la Superfinanciera informó que, para marzo, la tasa de interés bancario corriente para el microcrédito es del 39,20 % y para el consumo de bajo monto será del 29,37 %. Esta última quedó definida desde el 1 de octubre del 2022 al 30 de septiembre del 2023.