Acceder a un crédito en Colombia es habitual para lograr los propósitos que se han puesto las personas. Hay que tener en cuenta que en el proceso de acceder a crédito, es recomendable adquirir una obligación crediticia considerando solo el monto necesario y la menor cantidad de cuotas posible.

Sin embargo, en ocasiones la capacidad de pago se ve afectada por otras obligaciones financieras y es inevitable tener que refinanciar un crédito pero, en este caso, lo importante es saber cuándo es oportuno hacerlo.

En caso de tener otros créditos, se sugiere refinanciar a un mayor plazo para poder tener una cuota más baja y liberar flujo de caja.

Camilo Garay, vicepresidente de consultoría de DataCrédito Experian, explicó que “refinanciar un crédito es una opción viable si, aun estando al día con sus cuotas, se prevé que no se podrá seguir abonando con puntualidad las mensualidades, en este caso, se sugiere revisar las condiciones específicas de su préstamo y junto con su entidad financiera determinar qué opciones tiene para amortizar cuotas y que estas sean más cómodas de asumir”.

Qué se debe considerar

De acuerdo con Garay, hay algunos conceptos básicos que se deben tener en cuenta si se está considerando refinanciar una obligación crediticia. Por ejemplo, está el Porcentaje de pago.

Dependiendo de la entidad financiera, los montos establecidos para refinanciar pueden variar, por lo que es importante consultar para el caso en particular qué porcentaje de la deuda ya debe estar saldada para poder solicitar una refinanciación.

Solicitar una ampliación en el número de cuotas también es una opción, o si se tienen varias obligaciones, en este caso se puede solicitar un nuevo crédito que recoja todos los compromisos. | Foto: peter dazeley

En cuanto a la antigüedad, otra de las condiciones que se deben tener en cuenta a la hora de solicitar una refinanciación es la antigüedad del préstamo, por lo general existen periodos de tiempo específicos para tramitar la solicitud.

Así mismo, cuando se hace el refinanciamiento de una deuda, hay que tener presente las condiciones bajo las cuales empezará a pagar esta nueva obligación, no olvidar algunos criterios principales como el nuevo plazo ligado a las cuotas, la tasa de interés y los seguros asociados al crédito, entre otros.

Las modalidades

De acuerdo con Garay, aunque la refinanciación se refiere al cambio de condiciones sobre una obligación existente, por ejemplo, solicitar una ampliación en el número de cuotas también es una opción, o si se tienen varias obligaciones, en este caso se puede solicitar un nuevo crédito que recoja todos los compromisos y así pagar una sola cuota más cómoda.

Además, si las opciones de su entidad no convencen, se puede consultar con otras entidades que realicen compra de cartera. Para esta última es muy importante hacer una comparación entre el crédito actual y la nueva oferta de forma que si se tenga un beneficio en términos de reducción de cuota (para mayor liquidez) o disminución de tasa de interés.

En ocasiones la capacidad de pago se ve afectada por otras obligaciones financieras y es inevitable tener que refinanciar un crédito. | Foto: Getty Images

Por otra parte, la historia de crédito recoge información sobre los compromisos adquiridos con productos o servicios a plazos con diferentes entidades, conocer la historia crediticia siempre es una buena opción para controlar las finanzas personales y tomar decisiones informadas en el ciclo de crédito antes de refinanciar un compromiso.

Reinaldo Medina, docente del programa de Finanzas y Negocios Virtual de Areandina, aseveró que en caso de tener otros créditos, el docente de Areandina sugiere refinanciar a un mayor plazo para poder tener una cuota más baja y liberar flujo de caja, lo que permite tener un amplio margen de maniobra para poder pagar el nuevo crédito sin olvidar que los bancos evaluarán los ingresos y gastos mensuales de la persona para desembolsar un crédito.

Agregó que “una vez obtenida la información de las condiciones del crédito, se debe revisar el presupuesto que es el mapa de ruta a seguir. Al cargar un nuevo gasto al flujo de caja, es necesario ver qué otros gastos podemos suprimir o ver qué otro ingreso podemos generar, pensando siempre en tener un presupuesto con flujo positivo”.