De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contingencia originada por la pandemia derivada de la covid-19 ha acelerado la implementación de políticas que permitan mejor calidad de vida para los seres humanos, lo que incluye el aspecto medioambiental y también el laboral y familiar.

Fortalecer esas políticas que mejoran la calidad de vida de los empleados y convertirlos en un valor empresarial ha sido el gran reto.

De acuerdo con la Acrip, en cuanto al bienestar de los empleados colombianos, la crisis de 2020, más que un problema, fue aprovechada por muchos para transformar los procesos y generar sentido de pertenencia y bienestar, y, por ende, el incremento de la productividad.

“La pandemia fue una oportunidad que nos retó a buscar espacios de cercanía con nuestros colaboradores, fortalecer los programas ya existentes para la conciliación personal y laboral, y trabajar por la salud mental”, asegura Alejandra Vanegas Valencia, vicepresidenta de Talento Humano y Desarrollo Organizacional de EPM.

La compañía, que ocupó el quinto lugar en la medición Merco Talento 2020, referencia en la evaluación de la reputación corporativa de las empresas que operan en nuestro país y que califica la capacidad que tienen para atraer y retener a trabajadores con el mejor talento en sus sectores, admite que fue un tiempo de aprendizajes. “Las organizaciones en general, y EPM no es la excepción, han tenido que replantear en tiempo récord las formas de trabajo y han incorporado a una velocidad sin precedentes nuevas maneras de hacer las cosas. El cambio de paradigmas ha sido un desafío para nosotros y también una invitación a vivir la adaptabilidad como capacidad organizacional”, puntualiza Vanegas Valencia, quien agrega que estos procesos no surgieron como consecuencia exclusiva de la pandemia, sino que desde mucho antes el clima organizacional se había convertido en una prioridad.

Ahora, la covid-19 obligó a las organizaciones a revisar y ajustar los procesos, muchos tuvieron que ser reformulados, incorporando nuevas tecnologías, para promover mayores niveles de productividad y eficiencia.

“Para EPM es muy importante armonizar y equilibrar la vida laboral, personal y familiar de sus colaboradores, porque los acogemos como seres humanos integrales; lo cual redunda en un mejor desempeño, compromiso y sentido de pertenencia de cada uno de ellos y, en consecuencia, en un mejor entorno laboral que potencia el logro de sus objetivos empresariales”, dice la directiva.

La diversidad, la inclusión y la equidad de género también deben ser claves dentro de las políticas de talento humano, y contar con una estrategia clara que no debe ser exclusiva de los momentos de crisis, sino una iniciativa permanente.

“Estamos trabajando en la implementación de acciones efectivas en el marco de la estrategia de diversidad definida para EPM: inclusión de personas con discapacidad y equidad de género; entre algunas de las acciones desarrolladas está el ajuste de nuestros procesos de selección, asegurando que todos los aspirantes puedan participar en igualdad de condiciones. Además, se ha sensibilizado a los directivos y equipos de trabajo en estos temas, generando grandes aprendizajes, todo lo anterior alineado con nuestro propósito superior: contribuir a la armonía de la vida para un mundo mejor”, enfatiza.