Proyectos sostenibles, que innoven o propendan por el desarrollo social hacen parte del menú de alternativas que ofrecen las plataformas de inversión colaborativa, o crowdfunding, una opción para el desarrollo de proyectos empresariales, en tiempos de estancamiento económico y altos intereses.
“A través de la financiación colaborativa se busca que el público en general tenga acceso a otras opciones de inversión, dinamizadores de la economía y el tejido empresarial, diferentes a los CDT, fondos de inversión colectiva e inversiones inmobiliarias”, destacó Luis Gabriel Morcillo, socio de la firma de abogados Brigard Urrutia.
Las iniciativas se presentan en una plataforma tecnológica que permite un contacto directo entre los promotores y los inversionistas, brindando la oportunidad de resolver necesidades de fondeo en pro de los objetivos de cada proyecto, a cambio de rentabilidad o participación. Es diferente a iniciativas similares que obran con donaciones.
Globalmente, este esquema de financiación tiene tal desarrollo que se espera que a 2028 mueva unos 28.900 millones de pesos, advirtieron desde la Superintendencia Financiera. Quizá la plataforma más conocida en Colombia es a2censo, un ecosistema administrado por la Bolsa de Valores de Colombia (BVC), que facilita la emisión de instrumentos de deuda (con garantías del FNG) y capital. En cuatro años, esta iniciativa ha movilizado unos 88.000 millones de pesos gracias a 12.200 inversionistas, quienes han realizado más de 77.400 inversiones para financiar 193 proyectos empresariales, precisaron desde la BVC.
Así madura este mercado, regulado por la Superfinanciera bajo la figura de Sociedades de Financiación Colectiva (Sofico). Por ahora solo operan a2censo y Bloom, aunque “existen otras iniciativas que están en proceso de constitución o licenciamiento ante la Superfinanciera, y se espera que esta actividad pueda masificarse y consolidarse” señaló el regulador.
También existen iniciativas como Agrapp, que fondea proyectos agrícolas de productos para exportación como café, aguacate, uchuva o gulupa: “Nos vigila la Supersociedades y los inversionistas nos dan un contrato de mandato. Ponemos a su disposición diferentes proyectos, cuya financiación depende tanto de los recursos como de la empatía frente a la iniciativa”, destacó María Gonzalez, coordinadora de inversiones de la empresa.
El riesgo, inherente a todas las inversiones, también está en este esquema. Morcillo, de Brigard Urrutia, recuerda que el crowdfunding es una alternativa de inversión variable y de alto riesgo: “No hay rendimientos garantizados y existen riesgos inherentes a cada proyecto productivo que pueden traducirse en pérdidas”.
Adicionalmente, es importante establecer que los valores que se emiten a través de las plataformas de crowdfunding no son de naturaleza negociable, razón por la cual, luego de invertir en proyectos productivos, los inversionistas no podrán vender su inversión, representada en dichos valores, ni negociar con otras personas o terceros los valores que reciben a cambio.
Oportunidades de inversión
Pese a estos retos, el socio del equipo de Mercado de Capitales y Regulación de Valores de ese bufete ve oportunidades en la medida en que los proyectos de crowdfunding sigan diferenciándose del resto del mercado, incorporando criterios de protección al ambiente, defensa de los derechos humanos y buen gobierno corporativo, conocidos como criterios ESG.
“En mercados con altas tasas de interés y elevados niveles de incertidumbre como el colombiano, los criterios ESG pueden ser un criterio diferenciador que incentiva la inversión por parte de un universo más amplio de inversionistas, redundando en iniciativas que favorezcan de manera concreta y medible a la sociedad, el ambiente y el entorno en el que nos desarrollamos”, añadió.
Colombia, de hecho, tiene mucho que aportar al ser el país pionero en Latinoamérica en taxonomía verde e implementación de criterios de sostenibilidad.
Para la BVC, a2censo se ha posicionado como un pilar central en la estrategia digital a largo plazo y significó identificar una oportunidad significativa de mercado, ayudando a cerrar las brechas de financiamiento de las pyme, además del reconocimiento y validación del mercado a la empresa, y el acceso a una variedad de inversionistas, que ven ampliarse las opciones de inversión para nuevos portafolios, en un mercado organizado con reglas claras para todas las partes involucradas.
“Consideramos que el desarrollo de otras iniciativas de financiación colaborativa en Colombia es un avance positivo y necesario para fortalecer el ecosistema financiero del país. La proliferación de múltiples plataformas y opciones de financiamiento no solo amplía las alternativas para las empresas, sino que también impulsa la innovación, la competencia y la diversificación del mercado de capitales”, manifestó Lina Parra León, directora de a2censo.
Morcillo analizó además que un verdadero desarrollo del mercado de crowdfunding se daría cuando se logre habilitar un mercado secundario de los valores que emiten las plataformas de crowdfunding. Para ello, se debe encontrar un justo medio de protección del ahorro del público y evitar la masificación fraudulenta de oportunidades de inversión, para lo cual el regulador podría considerar las nuevas tecnologías basadas en tecnología blockchain.
“Estas tecnologías de cadenas de bloques propician nuevas dinámicas para inversionistas y proyectos productivos, mayores niveles de competencia y penetración del mercado financiero y, muy importante, mayores niveles de ahorro e inversión en la sociedad”, apuntó.
Por lo pronto, la SFC lanzó en febrero pasado las las guías sobre la financiación colaborativa en Colombia que contienen información de interés para inversionistas y emprendedores, así como recomendaciones para relacionarse con este modelo que aportará al desarrollo empresarial de varios sectores de la economía. Todo ello en pos del desarrollo de un mercado que, con recursos y empatía, puede ayudar al desarrollo empresarial del país.