Michelin continúa apostando por la innovación para generar una oferta sostenible dentro del sector del transporte de carga y pasajeros, con un portafolio de llantas capaces de enfrentar las altas exigencias de las operaciones en Colombia, como son la alta sinuosidad (alrededor del 20% de la red vial nacional no está pavimentada) y los trabajos se llevan a cabo 7/24 en centros urbanos.

El fabricante basado en Clermont Ferrand, Francia, ofrece en sus productos seguridad y máximo agarre hasta en el último milímetro de la escultura de la banda de rodamiento, además de un altísimo rendimiento kilométrico gracias a la tecnología desarrollada en nueve centros de investigación y desarrollo alrededor del mundo, acciones que, a su vez, permiten disponer en el mercado colombiano de llantas de alto desempeño, con lo que se disminuye el impacto ambiental.

Los transportadores eligen Michelin por la rentabilidad obtenida de su inversión y el ADN de sostenibilidad que la marca inyecta en sus productos. Para ello, la marca trabaja en tres frentes: el primero es lograr reducir, en cada generación de llantas lanzada al mercado, la resistencia al rodamiento, lo que conlleva ahorro de combustible y, por ende, reduce las emisiones contaminantes por kilómetro rodado.

El segundo es lograr máximos rendimientos en primera vida (con la escultura original), además, las llantas Michelin para camión están diseñadas para ser regrabadas o ‘reesculturadas’, un proceso que se lleva a cabo en centros de servicio certificados en donde los técnicos ejecutan la tarea con base en el manual de la marca. Con este proceso se obtiene un recorrido hasta de un 20% adicional, lo que aumenta la rentabilidad de la llanta, cifra que se obtiene de acuerdo con los resultados logrados en diferentes pruebas, en operaciones de transporte en Colombia.

La ‘reesculturación’ de las llantas es un proceso que se lleva a cabo en centros de servicio certificados con la idea de prolongar su rendimiento. | Foto: Cortesía Michelin

El tercero es la ‘reencauchabilidad’ de las carcasas del grupo Michelin. Toda su estructura está diseñada para resistir cortes, evitar la oxidación y disipar calor, lo cual genera que las carcasas de este grupo resistan el rigor, es decir, las mismas condiciones de terreno y operación de las llantas originales, en tracción y ejes libres.

Para la manufactura del reencauche estándar de la marca (RECAMIC), Michelin tiene licenciadas cinco plantas con cubrimiento nacional, y una de ellas, en Bogotá, ofrece adicionalmente en su portafolio un proceso industrial de Reencauche exclusivo Michelin, un servicio diferenciado con tecnología de punta que permite aumentar el rendimiento respecto a la oferta de reencauche estándar. Este proceso ha ido aumentando su participación en flotas, de manera más relevante en tiempos de pandemia, tanto así que durante el primer semestre de 2021 será licenciada la segunda planta con esta tecnología, ubicada en Yumbo.

Michelin apuesta por el reencauche no solo por la rentabilidad que ofrece a los transportadores, sino por el impacto de esta actividad en el cuidado del planeta, un proceso que solamente requiere del 30% de los materiales de una llanta nueva (unos 18 kg en el caso de la referencia 295/80 R22.5). Y cada vez que una llanta de camión usada se reencaucha se deja de producir un 70% de materiales de difícil descomposición de una llanta nueva (unos 42 kg en el caso de la referencia 295/80R22.5) reduciendo el impacto en el medio ambiente. Resulta evidente entonces que Michelin le apuesta a posicionarse como la llanta más reencauchada en los mercados donde compite.

Dentro del marco de su visión, Michelin anunció esta semana estar destinando los recursos de desarrollo e investigación y haciendo las alianzas estratégicas necesarias para lograr, en el 2050, vender llantas completamente fabricadas con elementos reciclados, renovables o de origen biológico.

Seguridad en la ruta

A la ventaja de aprovechar al máximo la vida útil de una llanta Michelin con el fin de reducir los costos operativos del transportador se une otra más vital: una protección contra daños producidos por accidentes.

Es la que ofrece el programa ‘Ruta Segura’ exclusivo de la marca francesa, que permite al cliente, al comprar una llanta Michelin, contratar una garantía exclusiva de un año contra daños accidentales además de recibir una bonificación por realizar el servicio de reencauche del propio fabricante. Así, la inversión en este accesorio se hace rentable y se protege durante toda la vida útil de la llanta.

Con promesas como esta –que respaldan la oferta de valor de Michelin– la marca reitera su compromiso con la generación de un transporte más seguro, limpio y eficiente, con beneficios para el usuario y para la sociedad.