La inflación que traía el país en los últimos dos años, con tendencia creciente y al alza, alcanzado cifras históricas para lo que va de este siglo, empezó a ceder en abril, al registrar 12,8%, frente a 13,3% de marzo.

La noticia fue un bálsamo porque parecía que la escalada en los precios no tendría techo cercano, mientras otros países de la región —como Brasil, Chile, México y Perú—, ya habían empezado a dibujar su tendencia decreciente. Colombia tuvo el proceso más intenso de inflación y fue el último en alcanzar el techo.

Sin embargo, la buena noticia de que la inflación llegó a su punto de quiebre, contrasta con la velocidad que tendrá en la bajada. “El proceso desinflacionario en Colombia será gradual: la inflación será de dos dígitos durante casi todo el año y continuará siendo la más alta dentro de este grupo de países”, señala un análisis de Corficolombiana.

Precisamente, Julio Romero, director de Macroeconomía y Mercados de esta firma, en el programa de Dinero en Semana TV, explicó las razones de lo que se denomina el fenómeno de ‘inflación pegajosa’ en Colombia.

Julio Romero, Economista de Corficolombiana. | Foto: Juan Carlos Sierra

La atribuye, entre otros factores, al choque de costos de las materias primas de 2021-2022, que fue de los más intensos de la región y se está trasladando a los precios al productor con mayor rezago que hace un año, algo que no sucede en otros países.

“Ya estamos en el techo, en el pico de inflación y la expectativa es que no va a ser un descenso rápido. Vamos a tener varios meses, probablemente años, para volver a ver inflaciones en los niveles que teníamos antes de la pandemia y ubicarnos en la meta del Banco de la República que busca que la inflación esté en 3 % con un rango entre el 2 % y el 4 %. Después de la pandemia con los múltiples choques que hemos evidenciado tenemos una inflación bastante por encima de esos rangos y, según nuestros cálculos, por lo menos hasta 2025 no vamos a tener de nuevo la inflación en el nivel que aspira el Banco de la República”, dijo Romero.

Leonardo Villar - Gerente del Banco de la República. | Foto: Cortesía - Banco de la República

Varios factores podrían presionar los precios y explicar, de paso, lo que ha pasado con la inflación en los últimos meses.

El 2022 fue el año con mayor inflación en lo corrido del siglo XXI, por encima del 13 %, fenómeno que obedeció principalmente a un choque en los precios de alimentos, que golpean con más fuerza a los hogares de menores ingresos. El país, al igual que muchos otros en el planeta, se vio expuesto a golpes asociados a las materias primas por el conflicto entre Rusia y Ucrania, los problemas de las cadenas de abastecimiento y, en el caso local, los bloqueos y parálisis de la protesta social que afectaron cadenas de producción —como la avícola— que hicieron que los precios en los alimentos se mantuvieran por más tiempo al alza.

Pero uno de los factores clave ha sido el dólar. “Al comparar el precio del dólar en economías como las de Brasil, Chile, México y Perú versus el precio del dólar en Colombia, desde mediados del año pasado tuvimos un choque adicional vía depreciación del peso colombiano respecto al dólar, pero también respecto a las divisas latinoamericanas que ha oscilado entre el 20 y el 25 %. Es decir, en Colombia los productores colombianos están pagando entre un 20 % y un 25 % más de lo que pagarían por sus insumos y por los bienes importados de lo que pagan en los países de referencia, asociado a un choque que podríamos llamar idiosincrático y que está generando la presión adicional a los costos de producción a nivel local”, explicó Romero.

De hecho, el analista advierte que Colombia tiene dólar cercano a los 4.500 pesos, pero al compararse con otros países de la región debería valer cerca de 3.700, situación que ha hecho que, en Colombia, el índice de precios de los commodities de Bloomberg en pesos colombianos haya registrado variaciones positivas cercanas a 5 % u 8 % en términos anuales, mientras que a nivel global y en moneda local para otros países está en niveles negativos.

Ese incremento en el precio del dólar, a juicio de Romero, se ha dado porque, con la llegada del nuevo gobierno y los anuncios de política minero-energética relacionados con los contratos de exploración, generaron incertidumbre en los inversionistas. “Uno sabe que hay una necesidad de hacer una transición productiva, una transición exportadora, una transición fiscal y una energética. El tema son los tiempos, el cómo lo hacen y los mensajes se reflejaron en el precio del dólar en Colombia”, agregó Romero.

El otro factor que puede afectar los precios en el país y evitar un retorno más rápido al rango meta del Banco de la República es el precio de la gasolina. Según los cálculos de Corficolombiana, cada 1.000 pesos de mayor precio por galón en la gasolina, aumenta la inflación total al consumidor en cerca de 60 puntos básicos aproximadamente. Entonces si uno hace un cálculo, hoy el precio de referencia a la gasolina corriente está en números redondos en 12.000 pesos por galón, si se quiere llevar a los 16.000 pesos, que es el que tendría que llegar para cerrar la brecha frente al precio internacional, estamos hablando de 4.000 pesos, es decir, más de 200 puntos básicos de inflación solamente por efecto gasolina corriente, para el diésel podría ser un poco más”, aclaró Romero.

Según los cálculos de Corficolombiana, cada mil pesos de mayor precio por galón en la gasolina, aumenta la inflación total al consumidor en cerca de 60 puntos básicos. | Foto: Bing Image Creator

Una preocupación adicional está relacionada con la aparición de un fenómeno de El Niño para el segundo semestre de este año. Dependiendo de su intensidad eso implicaría sequías y cambios en los ciclos de las cosechas de algunos alimentos, dijo el analista y agregó: “Probablemente genere un impacto adicional sobre ciertos alimentos y el otro choque es en la energía. La generación hidráulica tiene menor capacidad de generar y hay que encender las plantas térmicas y eso puede generar un mayor costo. Entonces ahí estamos viendo ese doble efecto. Es posible que tengamos una presión adicional en el segundo semestre del año y comienzos de 2024, vía condiciones climáticas”.

Finalmente, la inflación este año también puede verse afectada por la indexación en algunos rubros de la canasta básica, especialmente en servicios como los arriendos. “El arriendo —estimó Romero— pesa la cuarta parte de la canasta de consumo y tiende a ajustarse con los precios con la inflación del año inmediatamente anterior. Como la inflación de 2022 ha sido la más alta, por encima de 13 %, estamos teniendo un componente de indexación que deja pegada la inflación en niveles altos”.

Con este panorama, la inflación al terminar este año —de acuerdo con el estimativo de Corficolombiana— estaría en 9,8 % y al cierre de 2024 se ubicaría entre 5 y 6 %.

“Creo que lo más probable es que solamente hacia 2025, en el primer semestre, podamos ver otra vez la inflación entrando a ese rango del 2 % al 4 % que tiene el Banco de la República”, concluyó Romero.