A los mercados financieros se les asocia con la frialdad del dinero y con el único interés de obtener ganancias. No obstante, de un tiempo para acá estos mismos mercados se han convertido en un canal para conseguir recursos para causas ambientales, sociales y gubernamentales. Esto se hace a través de emisiones de bonos deuda con los que inicialmente las empresas han conseguido financiación para sus proyectos de sostenibilidad o para patrocinar diferentes causas (por ejemplo, las que buscan la equidad de género o reducir la pobreza) y recientemente han sido los gobiernos los que también han recurrido a este mecanismo.

Justamente, el Gobierno colombiano acaba de ser el primero en hacer una emisión de bonos de deuda interna (conocidos como TES) que son de carácter verde. Si bien Chile había hecho una operación similar, su emisión fue en los mercados internacionales, es decir, en dólares, mientras que la colombiana, que además fue pionera entre los países emergentes, es en moneda local, es decir, en pesos.

Por esta vía se consiguieron 750.000 millones de pesos, que se destinarán a 27 proyectos que trabajan en seis grandes categorías: gestión y saneamiento de agua, transporte limpio y sostenible, protección de la biodiversidad, desarrollo de fuentes de energías no convencionales renovables, economía circular y agricultura sostenible.

César Arias, director de Crédito Público en el Ministerio de Hacienda, dice que la emisión de TES verdes es el resultado de 18 meses de trabajo, que comenzó con la creación de un marco legal para esta operación, el cual se incluyó en la ley de endeudamiento aprobada en diciembre pasado. También tuvieron cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para construir un portafolio de proyectos verdes y un marco de referencia, El siguiente paso fue lograr una certificación internacional independiente, que se consiguió en 2020 y el miércoles 29 de septiembre se hizo la primera subasta.

César Arias, director de Crédito Público,

“Los resultados fueron muy favorables. Los inversionistas locales e internacionales estuvieron dispuestos a comprar hasta 500.000 millones de pesos, y por eso finalmente se colocó un monto mayor al planeado inicialmente, al tiempo que se logró un descuento en la tasa de interés de 7 puntos básicos (pb) frente a lo que se vende un bono convencional”, precisa Arias. Mientras un bono de deuda tradicional a 10 años se vende a una tasa de 7,63 % y el TES verde, que es al mismo plazo, se vendió a 7,55 5. Esa diferencia es lo que los técnicos denominan greenium (comisión que se cobra en la primera de emisión de un bono) e implicó un ahorro de 3.700 millones de pesos.

Como en Alemania

El alto funcionario explica que esta operación sigue el ejemplo de Alemania, donde también emiten bonos verdes y para establecer la diferencia con un bono tradicional, se venden unos bonos gemelos que vencen en igual fecha (TES 2031 normales y TES verdes 2031), pero mientras en los bonos alemanes gemelos su greenium es de 2 pb y “nosotros iniciamos con 7 pb”, resalta.

Todos los proyectos y gastos que se financien con los TES verdes deben estar incorporados en el Presupuesto General de la Nación. En el de 2021 hay proyectos por 2 billones de pesos y la idea es hacer otras emisiones hasta completar ese monto. Luego con el presupuesto de 2022 se definirán los TES verdes del año entrante.

Cálculos del BBVA indican que el tamaño actual del mercado de bonos ESG, como se conocen técnicamente este tipo de papeles de deuda y que viene del inglés Environmental, Social and Governance, es de 1,7 trillones de dólares que equivalen a un estimado del 1,4 % del total de bonos en circulación global.

Se estima que las emisiones ESG de los mercados emergentes continuarán aumentando este año, impulsadas por los emisores asiáticos. Los latinoamericanos también vienen creciendo y este año ya alcanzan 20,8 billones de dólares.