El 2022 mostró una cierta estabilidad para el sector logístico pese a los retrasos generados por los efectos de la pandemia de la covid-19, la invasión de Rusia a Ucrania y el alza del dólar. Sin embargo, varios expertos aseguran que el 2023 no será nada fácil y habrá grandes desafíos por enfrentar.
Al igual que en otros años, la maquinaria que mueve este segmento se ha considerado la clave para impulsar la economía de cualquier país. En Colombia, por ejemplo, según el Ministerio de Transporte, a noviembre 30 de 2022 se realizaron 8.823.559 viajes y se movilizaron 123.396.352 toneladas de carga seca en el país, para un promedio de 13,98 toneladas por cada viaje, lo que fomentó un crecimiento económico para diferentes sectores industriales.
“En el 2022 hubo un récord de envíos por parte de diferentes sectores de la economía, gracias en parte a la reactivación económica, el impulso que le dieron los Gobiernos a diferentes industrias y el crecimiento de ventas a través del comercio electrónico”, aseguró Alejandro Córdoba, director creativo de Tres Astronautas, una startup de desarrollo de software.
El nuevo año, sin embargo, está signado por la incertidumbre, señaló Córdoba, “y el desafío del manejo de niveles óptimos de inventario ante la incertidumbre de la demanda para el año 2023″.
En ese sentido, para el directivo, estos son los cinco desafíos a los que se deberá enfrentar la industria para el 2023:
Inflación
Parece haber un consenso en torno a que 2023 será un año duro para la economía mundial. En Colombia, la inflación en 2022 llegó a 13,12%. Además, esta realidad también genera un incremento en los precios de los productos importados y desestimula la producción de los nacionales.
Cifras del Banco de la República muestran cómo, a noviembre de 2021, las importaciones estuvieron compuestas en un 49,6% de bienes intermedios, un 27,9% de bienes de capital y un 22,5% de productos para el consumo final, sin embargo, 77 de cada 100 dólares de importaciones fueron directamente a los costos de producción, tanto de la agricultura como de la industria básica y de bienes de consumo final.
Lo que demuestran estos datos es que parte de los costos de producción, están atados en gran medida a los precios internacionales y a la tasa de cambio, en ese sentido, entre más encarecidos estén, afecta directamente a la cadena de suministro, ya que los precios de productos, insumos y materias primas se incrementan en todo el mundo, repercutiendo en los costos de producción y en el costo de las mercancías hacia el usuario final, lo que bien o mal, termina afectando también al sector logístico.
Escasez de mano de obra
Las más grandes potencias, como los Estados Unidos, se enfrentan a una escasez de mano de obra. Tanto así, que la Cámara de Comercio de este país señaló recientemente un déficit de trabajadores de 3,5 millones.
De acuerdo con los profesionales de Tres Astronautas, explica que esto también impacta a los grandes ‘warehouse’ que se han llenado de mercancías y requieren de trabajadores para poder asumir la demanda de productos.
El desafío del sector es saber cómo, con la gente calificada que tiene, va a optimizar su operación para cumplir con la demanda de un mercado exigente que hoy pide respuestas rápidas e inmediatas, como las de entrega del día.
Tecnología de vanguardia
Herramientas como el tracking de pedidos, los sistemas de navegación asignados a sus vehículos, los modelos predictivos y analíticos para clientes, el cloud computing, el Internet de las cosas son factores claves para la optimización de procesos. Por lo tanto, uno de los grandes desafíos del 2023, es adoptar una verdadera transformación tecnológica, que se ajuste a la operación de cada compañía.
Clientes exigentes
Cada día este sector debe satisfacer a consumidores ávidos de respuestas rápidas, como por ejemplo, los que exigen aquello que se denomina como el ‘same day delivery’: las entregas del mismo día.
Costo en combustibles
El incremento del precio del galón de gasolina y del próximo del diésel incidirá inevitablemente en los costos del sector. Implementar estrategias como capacitar a conductores para ahorrar combustible y optimizar el consumo serán claves para no tener que trasladar dichos precios al consumidor.