La situación actual por la que atraviesa el mundo económico, por culpa de la inflación, la subida de tasas de interés y la desaceleración económica que ya se siente en las grandes potencias, sin duda, ha desatado un mar de dudas entre los inversionistas, quienes actualmente buscan las mejores opciones para poner su dinero, optando casi siempre por el dólar gracias a su característica de activo refugio.
No obstante, la volatilidad que ha mostrado esta divisa durante los últimos días ha puesto a los operadores a revisar mejor si esta alternativa sigue siendo viable, ya que ha tenido fuertes desplomes y no encuentra una tendencia definida que permita hacer proyecciones claras sobre lo que se viene a corto plazo.
En medio de todo esto, el mercado inmobiliario se ha considerado siempre una de las mejores opciones de inversión para diversificar un portafolio, crear patrimonio e incluso protegerse en tiempos de crisis. Sin embargo, en la actualidad, solo el 21,28 % de los compradores adquiere una propiedad con fines de inversión, mientras que el 78,72 % lo hace con el propósito de habitar en ella, según datos de La Haus.
En un contexto marcado por la pandemia, la guerra de Ucrania y la inflación en Estados Unidos, invertir en el mercado inmobiliario presenta ciertos desafíos y consideraciones. Según Colliers International, estos factores globales han sido relevantes al momento de tomar decisiones de inversión en este sector.
La inflación, en particular, ha llevado a que los bancos centrales incrementen las tasas de interés, generando presiones en las monedas y afectando el consumo. Esta situación plantea desafíos para el segmento retail y ha llevado a una falta de liquidez en el mercado inmobiliario, ya que los actores involucrados se enfrentan a costosos mecanismos de apalancamiento que limitan la expansión de sus portafolios de inversión.
Felipe Becerra, Director de Innovación e Inteligencia de Mercados de Colliers International Colombia, afirma, “la inflación generó que los bancos centrales incrementaran sus tasas de interés, creando de esta manera presiones en las monedas, afectando así el consumo, lo que se puede traducir a futuro en los retos para el segmento retail”.
Los inversores o fondos de inversión que adquirieron activos de manera apalancada también se han visto afectados por este incremento, lo que ha llevado a algunos a buscar liquidez a través de la venta de propiedades. Esto ha generado un aumento en la oferta de inmuebles estabilizados con excelentes características, lo cual representa una oportunidad interesante para aquellos inversores con una estructura de capital con menor deuda.
En el segmento corporativo, existen diferentes perspectivas y oportunidades de inversión. En el caso del sector industrial, se observa un panorama positivo impulsado por el comercio electrónico y la expansión de espacios para operadores logísticos. Ciudades estratégicas como Barranquilla y Cali se presentan como destinos atractivos para empresas importadoras y exportadoras, especialmente debido a prácticas como el Nearshoring.
En cuanto al segmento retail, se ha producido una reconfiguración del mix de inquilinos en los centros comerciales con el objetivo de diversificar el tráfico de usuarios y hacer frente a una posible disminución en el consumo. A pesar de las presiones inflacionarias a nivel global, se pueden encontrar inmuebles comerciales ubicados en lugares consolidados con rentabilidades atractivas, los cuales generan ingresos variables en función de las ventas de sus inquilinos.
En el caso de las oficinas, si bien la tasa de disponibilidad a nivel nacional se mantiene relativamente estable, se observa un comportamiento positivo debido a la entrada de nuevos proyectos corporativos. Aunque las empresas tienden a disminuir temporalmente su capital de trabajo en situaciones económicas inciertas, se ha evidenciado un cambio hacia la presencialidad en los centros de negocio de las principales ciudades.
A pesar de los desafíos actuales, se espera que en el largo plazo la oferta de inventario actual disminuya, lo que incrementará los precios de renta y generará mayores ingresos para los inversionistas en los tres segmentos mencionados.
En este contexto, es evidente que existen oportunidades para el sector inmobiliario durante el año 2023. Sin embargo, es importante tener una perspectiva positiva y considerar los desafíos a corto plazo como posibles resultados que favorezcan la inversión.
La subida de las tasas de interés puede impactar positivamente en las tasas de descuento, lo que podría representar disminuciones en las valuaciones de los activos desde un punto de vista financiero. Además, los arrendamientos de los inmuebles inmobiliarios cuentan con una cobertura natural contra la inflación, lo que garantiza que los ingresos mantengan su valor en el tiempo.
“Es evidente que existen oportunidades para el sector inmobiliario durante el 2023, pero realmente hay que ver todo desde una perspectiva positiva y de mejora a corto plazo porque de cada reto se puede generar un resultado que favorezca la inversión” concluyó Juliana Vásquez Cañizares, Consultor Senior Inversión de Colliers International.
En momentos de incertidumbre en los mercados políticos y macroeconómicos, siempre es recomendable contar con el asesoramiento de expertos que puedan identificar las variables que pueden impactar las inversiones y así asegurar la mejor inversión de acuerdo con los objetivos y perfil del inversionista.
Por último, hay que tener presente que a pesar de la volatilidad del dólar y los desafíos presentes en el mercado inmobiliario, hay oportunidades interesantes para invertir en diferentes segmentos, como el industrial, el retail y las oficinas. Mantener una visión a largo plazo y considerar los factores económicos y políticos relevantes son claves para aprovechar estas oportunidades y tomar decisiones de inversión acertadas.