En países como India o Brasil, la digitalización de la actividad bancaria ha sido una prioridad para sus gobiernos desde hace varios años. En Colombia, los avances hacia este nuevo orden financiero van en buen camino. Tanto así, que incluso el Banco de la República se encuentra en el proceso de presentar al público una nueva plataforma de uso público, llamada Sistema de Pagos Inmediatos - Interoperado.
Con esto, se espera que para 2025 se haya podido unificar en un solo espacio digital, los diferentes sistemas de pago.
Sobre esta iniciativa, se debe tener en cuenta que a nivel mundial son varios los esfuerzos que se están haciendo para desalentar el uso del efectivo. Los precios en la manutención y circulación de la moneda dan explicación a esta práctica.
No obstante, los números de los no-bancarizados son altos. Según la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), son más de 2 mil millones de personas en el mundo los que siguen esta modalidad. Sobre esto, Tania Lea, directora Azteco Latam, empresa especializada en la compra de bitcoin, opinó que “es increíble que, de esos 2 mil millones, más de 1 mil millones de personas adultas en el mundo tienen un smartphone, pero no una cuenta bancaria. Estos últimos están globalmente conectados, pero financieramente desconectados. Pero no es solo eso, tener una cuenta es solo una de las variables, la mayoría de las personas con cuentas todavía no tienen acceso a créditos y muchos solo las usan una vez al mes para sacar todo el efectivo. Hay mucho aún por hacer para poder hablar de inclusión financiera”.
¿Cómo pinta el panorama?
Como ya se dijo, Colombia muestra un gran avance en la digitalización financiera, siendo de los países con los incrementos más altos de la región. No obstante, no se salva de la actitud reacia de algunos usuarios sobre la idea de pasarse a la virtualidad.
Según informe de Colombia Fintech, gremio de las empresas del sector, si bien en el país existen 13 billeteras digitales, que para 2023 contaban con 54,6 millones de usuarios, la gran mayoría no realizan muchas operaciones en las mismas.
En términos técnicos, a ese subgrupo se le denomina “subbancarizados” y hace referencia a todas esas personas que, así tengan una cuenta, solo la utilizan para actividades básicas como cobrar su salario o recibir transferencias familiares, de pensión o de algún plan social. Es decir, que constantemente eligen retirar todos sus fondos de la cuenta, manejarse exclusivamente con efectivo y alejarse de los créditos o préstamos que un banco les pueda ofrecer.
Las razones sobre este fenómeno pueden ser varias. En principio, la Cooperación Federal de Seguro de Depósitos (entidad del gobierno de Estados Unidos), sugiere dos: la poca confianza que inspiran los bancos al consumidor y la sensación de control en sus finanzas que el uso del efectivo despierta en sus usuarios. Sebastián Nocito, CEO de la plataforma en gestión de deuda MORA, afirmó " las personas que usan efectivo suelen gastar menos porque tienen mayor consciencia de lo que tienen y evitan endeudarse. Solo el hecho de saber que se puede llegar a pagar más de 150% de interés por saldos pendientes genera que muchos elijan esta manera de autocontrol”.
Además de estos puntos, también se debe tener en cuenta la comodidad y rapidez que ofrece el efectivo, pues al utilizarlo, se evitan contratiempos o diligencias como las tarjetas bloqueadas, los trámites administrativos, las contraseñas o la demora en las transacciones.
Sin importar estas razones, hay quienes defienden la expansión de las finanzas digitales. Felipe Gedeon, cofundador de Cobre, fintech dedicada a la gestión de las finanzas empresariales a partir de las nuevas tecnologías, aseguró que “el uso masivo de la tecnología para las finanzas personales, privadas o públicas puede significar un gran avance para los colombianos. Los recursos podrían manejarse de manera más eficiente y se podría maximizar las utilidades de muchos servicios”.