La volatilidad del precio del dólar en Colombia, que un día sube 100 pesos, al siguiente cae 50 pesos y luego vuelve y sube, hace difícil hacer negocios con el billete verde, pues es muy complicado predecir cuál es el mejor momento para comprar o para vender la divisa, según sea el caso.
Tan solo en lo que va de 2022, el dólar se ha movido entre 3.746 y 4.084 pesos, una diferencia de 338 pesos, lo que implica mayores costos para las empresas que tienen deudas internacionales o para quienes van a viajar al exterior, así como menores ganancias para aquellos que necesitan convertir en pesos los dólares que reciben como pago de una exportación o por el giro de una remesa
Para hacer frente a esa incertidumbre, los mercados financieros crearon una especie de seguro que permite fijar un precio de compra o de venta del dólar. Ese “seguro” se conoce como un derivado, que no es otra cosa que un contrato para comprar algo en el futuro a un precio fijado en el presente. La diferencia, explica Juan Manuel López, CEO de marketXM, una fintech que facilita el acceso del sector empresarial al mercado de derivados, es que ese ‘seguro’ no lo venden las aseguradoras, sino los bancos y funciona exactamente igual a una promesa de compra de un apartamento.
Se fija el precio hoy entre el comprador y el vendedor, y en la fecha de cumplimiento se paga ese precio sin importar si el apartamento bajo o subió de precio. Así funciona un derivado sobre el dólar, se pacta un precio ahora, y se fija para cumplimiento futuro, despreocupándose de los cambios diarios.
Poco conocido
López señala que pese a no ser ampliamente conocido, el mercado de derivados en Colombia es tal vez el mercado financiero más grande del país. Prueba de ello es que mientras en la bolsa se negocian a diario 35 millones de dólares en acciones y 785 millones de dólares en en títulos de deuda pública, en compra y venta de la divisa estadounidense son 1.000 millones de dólares por día. Para cubrir esas operaciones con dólares mediante contratos a futuro, en los que fija una tasa de cambio, al año se negocia la nada despreciable cifra de 780.000 millones de dólares. Esto implica que los negocios con derivados de tasa de cambio equivalen a casi 2,9 veces el PIB de Colombia.
La magnitud del mercado de derivados no es un tema exclusivo de Colombia, en el mundo entero se negocian 610 billones de dólares en este tipo de operaciones, que equivalen a unas 7,5 veces el PIB global, el cual está estimado en 81 billones de dólares.
Pese a la cantidad de dinero que se mueve en derivados y a que estos permiten tener más certeza sobre los ingresos o los egresos en dólares, en especial en un país como Colombia en donde la tasa de cambio es tan volátil, son pocos los empresarios y hombres de negocios que los usan. López lo atribuye a razones culturales y de regulación financiera. Muchas personas cuando hacen negocios prefieren asumir el riesgo cambiario, con la esperanza de que en el momento en que van a necesitar la divisa su precio va a estar a su favor. Esto también está relacionado con la baja cultura de seguros que hay en el país, pues porcentualmente hay pocas personas con seguros y aquellos que lo hacen prefieren mayoritariamente asegurar sus carros en vez de sus vidas.
A eso se suma un desconocimiento de los derivados y un profundo temor por noticias sobre quiebras basadas en operaciones con este vehículo financiero, tan célebres como la del banco Barings en Inglaterra, el cual colapsó en 1995 por malos manejos de contratos de derivados de uno de sus empleados.
Precio y garantías
No obstante, más que el desconocimiento o los temores, López atribuye el bajo uso de los derivados en el país a su costo y al acceso a los mismos. Para que se pueda mejorar en ese aspecto, su empresa desarrolla un sistema que usa blockchain (la tecnología detrás de las criptomonedas), la cual facilita este tipo de contratos. Es un producto que trabaja junto con la Bolsa de Valores Colombia y que fue destacado por el Foro Económico Mundial como caso de innovación en el uso de blockchain en el mercado de capitales.
La propuesta de la Bolsa y de marketXM es sencilla: garantías, las cuales ayudan a bajar los precios de los derivados. “Sin la posibilidad de hipotecar un apartamento, los compradores de vivienda enfrentarían un plazo mucho más corto que los 15 años ofrecidos en crédito de vivienda y no tendrían las menores tasas de interés del mercado. Igualmente, en el mercado de derivados, cuyo plazo promedio, según el último informe del Banco de la República, es de 45 días, los precios podrían ser mucho más bajos si hubiera garantías. El problema es que esas garantías funcionan de modo diferente a los créditos, y por lo mismo, su complejidad desincentiva el uso de las coberturas”, explica y agrega que precisamente su propuesta es novedosa, pues con la tecnología blockchain los costos se reducen sensiblemente, facilitando el acceso al mercado de derivados de miles de empresas que se beneficiarían de una menor volatilidad del mercado cambiario.
Vale la pena recordar que la volatilidad (los saltos constantes en el precio del dólar) va para largo en Colombia, pues al actual conflicto en Ucrania (que hace variar la cotización del petróleo), se suma un proceso electoral, que aumenta la incertidumbre cambiaria.