A estas alturas del año, cuando la inflación anual, a junio, previo al nuevo dato que dará a conocer el Dane el 8 de agosto, se situó en 12,13 %, se puede decir que el Banco de la República se salió con la suya.

Las medidas aplicadas por el Emisor, durante varios meses, en los que subió y subió la tasa de interés de referencia, hasta dejarla en 13,25 %, buscaban detener la escalada de la inflación. Sin embargo, el costo de esa medida era la desaceleración de la economía, por lo que muchos críticos decían: ‘ya no más’.

Los síntomas de desaceleración se hacen más evidentes en la reducción del pronóstico de crecimiento económico que hizo el Banco de la República para 2023, según el cual ya la expansión no alcanzará ni el 1 %.

La expectativa es de 0,9 %, según documento publicado en agosto, mientras que en abril esperaba un crecimiento del 1 %.

La fuerte pérdida de valor que ha tenido el peso contra el dólar ha sido uno de los principales motores de la alta inflación que aqueja hoy al país. | Foto: Christine Balderas 2018

De igual manera, el pronóstico de la inflación por parte del Emisor también fue revisado a la baja. Ahora estiman que 2023 cerrará en 8,96 %, mientras que en abril le apostaban a 9,5 %.

Sin duda, el indicador, que es considerado como uno de los peores impuestos para los ciudadanos, está cambiando de ciclo (ahora va para abajo). Sin embargo, el Banco de la República no movió las tasas de interés, por segunda vez consecutiva en sus reuniones de junta, porque tuvo en cuenta otras amenazas.

En las Minutas, que amplían los detalles de lo ocurrido en la reunión de los rectores de la política monetaria, las cuales fueron destapadas este jueves 3 de agosto, los codirectores del Banco de la República revelan nuevos argumentos de sus decisiones.

“A pesar de los avances, la inflación continúa en niveles altos con respecto a la meta”. De hecho, enfatizan en que “subsiste la rigidez de la inflación básica sin alimentos ni regulados al ubicarse en junio en 10,5 % anual, nivel similar al que se observó en los meses anteriores”.

Dólar y crecimiento económico

En las Minutas, los miembros de la junta del banco central colombiano manifiestan que todas las señales apuntan a la desaceleración de la actividad económica en el segundo trimestre, dato que se conocerá el 15 de agosto y que, según las expectativas, habría sido mayor a la prevista.

El crecimiento para 2023 luce bajo, en comparación con los elevados resultados obtenidos en 2021 y 2022, señala el Emisor en el documento.

En medio de esa contracción esperada, lo bueno es que el empleo se sigue recuperando y ya en junio la tasa de desempleo bajó a un dígito: 9,3 % y para las trece principales ciudades cayó a 8,8 %.

NICOLÁS PETRO Y DAY VÁSQUEZ EN AUDIENCIA | Foto: Captura de video

Aun así, los nubarrones están presentes y, ahora, el contexto político, luego de conocerse en Colombia las declaraciones entregadas por Nicolás Petro, hijo del presidente Gustavo Petro, podría también generar nuevas incertidumbres. Cabe señalar que las Minutas del Banco de la República no incluyen comentarios al respecto.

En las Minutas, los codirectores resaltaron “los riesgos asociados a la evolución futura de la tasa de cambio dada la incertidumbre que aún prevalece a nivel local y global”.

Hay que resaltar que, en las últimas jornadas, el dólar ha mostrado una tendencia ligeramente alcista, al volver a subir por encima de los 4.000 pesos, lo que estaría explicado, hasta el jueves al cierre del mercado, por la baja en la calificación de Estados Unidos, por parte de la firma Fitch, y a los movimientos en el precio del petróleo, que ha cotizado al alza.

Alimento con múltiples beneficios. | Foto: Getty Images

Alimentos, otra preocupación

Según los argumentos de los integrantes de la junta del Banco de la República, pese a las disminuciones de la presión inflacionaria en los últimos tiempos, la canasta básica, sin incluir alimentos ni regulados, aún es bastante alta:

“Para junio se mantuvo en 10,5 %, el más alto de este siglo”. Esto quiere decir que los alimentos estaban corrigiendo el precio, pero seguía la tendencia alcista de la gasolina, por ejemplo.

Ahora, con la proximidad del fenómeno de El Niño, podría volver a haber efectos sobre los precios de los alimentos y la energía, pues la comida depende de las cosechas y la luz depende del agua, dos componentes que podrían verse impactados por una eventual sequía.

Por todas esas razones, al hacer el análisis de los riesgos, los codirectores del Banco de la República acordaron “por unanimidad, mantener inalterada la tasa de interés de política monetaria”. En otras palabras, los colombianos seguirán con los créditos caros.