La guerra comercial que se inició en 2019 entre Estados Unidos y China le reportó algunos beneficios a Colombia. En total, un listado de 108 partidas arancelarias se vieron afectadas por las decisiones de aumento en los impuestos. Las medidas fueron adoptadas por el gobierno de Donald Trump con el objetivo de proteger su producción interna.

De esas 108 partidas, Colombia logró incrementar sus exportaciones en 51, cuyo valor pasó de 2.228 millones de dólares en 2019 a 3.263 millones en 2020.

Dentro del grupo de productos beneficiados están textiles; artículos de cerámica; máquinas, aparatos y artefactos mecánicos; hortalizas conservadas; productos de la industria alimentaria; productos químicos inorgánicos; partes y accesorios de armas; jabón y preparaciones para lavar; aparatos mecánicos; papeles y sus manufacturas; metales comunes y sus productos derivados; insumos para construcción; frutas frescas y oro.

El balance neto para Colombia queda en evidencia en que ese incremento de las exportaciones nacionales es la contrapartida de la caída en las exportaciones chinas al mercado estadounidense.

Amchan explica que en 28 de esas 51 partidas, las ventas externas de China hacia territorio norteamericano fueron de 5.249 millones de dólares en 2019, mientras que en 2020 fueron de apenas 4.083 millones de dólares, una caída de 22 por ciento.

Desde Colombia las ventas fueron 1.559 millones de dólares en 2019 y 2.472 millones en 2020, registrando un crecimiento de 58,5 por ciento.

“Lo anterior no solo muestra que se está dando un cambio de proveeduría china, sino que Colombia tiene, realmente, espacio para aumentar las ventas desde el país”, señala el informe de la Amcham.

La noticia es importante si se tiene en cuenta que el país sigue teniendo una enorme debilidad externa que se muestra en la enorme dependencia de las exportaciones de crudo. Cuando el precio del petróleo sube, como ahora, hay bonanza de divisas para la economía colombiana, pero cuando hay crisis en ese mercado, como ocurrió el año pasado y en 2014, el país sufre un choque externo considerable.

Por eso, la agremiación destaca en su informe que “el reto para Colombia continúa siendo la diversificación de la canasta exportadora, aunque se ha mejorado, aún tiene un largo camino por recorrer en el fortalecimiento empresarial, de tal manera que pueda producir y transformar con mayor productividad y capacidad para involucrarse en las cadenas regionales de valor. Los sectores de maquinarias y sus partes han mostrado un crecimiento importante, pero al ser productos con una transformación mayor o media siguen siendo el reto del país”.

A pesar de las disputas partidistas y casi personales que se generaron durante el gobierno de Donald Trump, todo indica que la llegada de los demócratas al gobierno va a significar continuidad en las políticas de protección. Eso significa que las oportunidades para Colombia siguen vigentes.

Amcham destaca que el nuevo presidente de EE. UU., Joe Biden, en las primeras semanas de su administración decidió fortalecer las normas de “Compre estadounidense”, aplicándolas al ámbito de las decisiones de gasto federal y contratación pública a favor de empresas y bienes estadounidenses. “Si bien se puede pensar que esto afectará el comercio de bienes y servicios con la región, es importante resaltar que no afectan las oportunidades identificadas en los 108 productos determinados en el análisis de AmCham Colombia”, destaca la cámara.

Sin lugar a dudas, el balance de la guerra comercial para Colombia no ha sido tan negativo como se esperaba. No obstante, aún falta por avanzar en muchos frentes para que el país logre hacerse a una mayor porción de mercados en aquellos segmentos en los que hay oportunidades. Eso es vital para el futuro de la economía nacional.