Arte
La inversión en arte consiste en la compra y apropiación cultural de una o varias obras, ya sea para su exhibición o colección, esperando que estas se revaloricen con el paso del tiempo.
El monto mínimo para invertir en una obra comienza en 500.000 pesos, pero todo depende del reconocimiento del artista. Existen distintos eventos o lugares donde se pueden adquirir las obras artísticas, siendo los más comunes las galerías y las ferias de arte. Así mismo, es posible contactar empresas que conectan a compradores y vendedores.
Es un mercado que requiere de mucho asesoramiento e investigación. Tras la pandemia ha venido creciendo la demanda por arte, tal vez por el rebalanceo de valores que muchos hicieron tras las cuarentenas y la necesidad de darse gusto “en el aquí y el ahora”. Es importante entender que la revalorización de las obras de arte es de naturaleza lenta, pero tiene la ventaja de que liquidar la inversión o salir a vender es relativamente fácil, dado que los mismos vendedores tienen un mercado constante. La inversión en arte siempre se ha relacionado con las grandes fortunas, que no solo lo hacen para su propio deleite, sino porque ven allí una rentabilidad atractiva, a la que cada vez más pueden acceder personas con menos recursos, apostando por artistas emergentes.
Franquicias
Para adquirir una franquicia es necesario realizar un contrato y una negociación previa con un franquiciante (la empresa que cede los derechos para comercializar su producto), en una operación que puede tardar entre uno y dos meses.
El monto mínimo de inversión puede variar, sin embargo, en el mercado se encuentran las denominadas “microfranquicias” que pueden conseguirse a partir de los 8 millones de pesos.
Previo a realizar la inversión hay que hacer una recopilación del tipo de franquicias que se ofrecen y, una vez elegido el sector al que se quiere entrar, es necesario conocer sus pros y sus contras y a partir de allí definir la ubicación del negocio que se quiere emprender.
En promedio, se estima que la inversión en una franquicia se puede recuperar en unos dos años, teniendo en cuenta que es un negocio que ya está probado. Sin embargo, en el resultado también influye la gestión del franquiciado.
Una de las ventajas de esta inversión es que las franquicias son negocios con bajos riesgos, aunque no son infalibles, cada caso es distinto.
La salida de estas inversiones depende del acuerdo firmado en el contrato de franquicia y puede ser una recompra por parte del franquiciante o la venta a un tercero.