Bogotá se enfrenta a una gran crisis de agua, causada por la prolongada sequía asociada al fenómeno de El niño. Con los embalses en niveles históricamente bajos, el racionamiento de agua se ha vuelto una medida temporal para conservar este recurso vital.

Sin embargo, en medio de la crisis hay diferentes posibilidades. Un estudio liderado por el World Resources Institute (WRI), Conservación Internacional (CI) Colombia y la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) indica que una inversión estratégica en infraestructura natural podría ofrecer una solución duradera y efectiva para las necesidades de abastecimiento de agua de la ciudad.

El día de la Tierra se hace necesario tomar conciencia sobre el ahorro de agua y energía. | Foto: Getty Images

La cuenca alta del río Bogotá, una fuente vital de agua para la capital colombiana, ha sido el foco de atención de este estudio. La degradación de la tierra, la expansión agrícola, urbana e industrial han causado contaminación por nutrientes y altas cargas de sedimentos, dificultando el tratamiento del agua y aumentando los costos operativos para la EAAB.

El informe sugiere que acciones como sistemas silvopastoriles sostenibles y la protección de nacimientos en la cuenca alta podrían generar ahorros significativos en los costos de tratamiento de agua. De hecho, una inversión inicial de 5,3 millones de dólares en la restauración de ecosistemas naturales podría traducirse en un ahorro estimado de 44,6 millones de dólares en los próximos 30 años para la EAAB.

“Está claro que la infraestructura tradicional ya no puede hacer frente a las necesidades de abastecimiento por sí sola. Urgen soluciones innovadoras y naturales”, afirma el estudio.

Además de los beneficios económicos, la infraestructura natural ofrece una garantía natural para enfrentar el cambio climático de manera efectiva. Proteger y restaurar los ecosistemas nativos no solo mejora la calidad del agua, sino que fortalece la resiliencia de la ciudad ante los impactos climáticos adversos.

Bogotá tiene racionamiento de agua por sequía en los embalses. | Foto: Getty Images

Fernando Páez, director de WRI Colombia, destaca la importancia de este enfoque integrado: “La protección y restauración de los ecosistemas nativos, junto con el apoyo a las comunidades locales, pueden mejorar de manera costo-efectiva la calidad del agua y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático”.

Este proyecto no solo ofrece una solución efectiva para la crisis del agua en Bogotá, también sirve como un modelo para otras ciudades, enfrentando desafíos similares. Con una colaboración estratégica entre instituciones, comunidades y aliados, Bogotá está en camino de asegurar un suministro de agua sostenible para las generaciones futuras.

El estudio destaca la importancia de la diversificación de fuentes hídricas. Actualmente, el agua de Bogotá proviene en su mayoría de la cuenca alta del río Guatiquía y la cuenca alta del río Bogotá. Diversificar estas fuentes con inversiones en infraestructura natural en la cuenca alta del río Bogotá garantizaría un suministro más estable y seguro para la ciudad.

Chingaza. La cuenca alberga más de 542 especies de animales entre aves, mamíferos, anfibios y reptiles. | Foto: Nicolás Acevedo Ortiz

Las acciones propuestas en el estudio, como sistemas silvopastoriles sostenibles y la protección de nacimientos de agua, no solo beneficiarían a la ciudad en términos de abastecimiento de agua, sino que contribuirían a la conservación de la biodiversidad y la protección de los ecosistemas naturales.

En resumen, la inversión en infraestructura natural no solo ofrece una solución efectiva a la crisis del agua en Bogotá, también promueve la sostenibilidad ambiental, económica y social de la ciudad, asegurando un futuro más próspero y resiliente para todos sus habitantes.