El ataque con misiles de Irán a Israel hizo subir el precio del petróleo el martes 1 de octubre y aunque luego retrocedió, el miércoles 2 de octubre el también llamado oro negro se mantuvo en niveles altos. La referencia WTI subió 1,92 dólares a 71,75 por barril, mientras que la referencia Brent aumentó 1,71 dólares a 75,27 por barril.
Estos movimientos impactan a países productores como Colombia y se evidencia en la tasa de cambio, la cual tuvo una jornada mayoritariamente bajista. Las negociaciones cambiarias iniciaron en 4.201 pesos por dólar, se movieron entre un mínimo de 4.179 y un máximo de 4.224, para finalmente promediar en 4.202,52 pesos, lo que implica una baja de 21,69 pesos frente a la TRM del día (4.224,21).
En total se negociaron 969 millones de dólares en 1.684 operaciones. La devaluación en lo corrido del año se ubica en 10,52%.
Presiones devaluacionistas
Pese al alza en el precio del petróleo, el peso colombiano comenzó el último trimestre de 2024 enfrentando presiones negativas, al igual que muchas otras divisas de América Latina. Esto por una creciente aversión al riesgo que ha afectado a los mercados financieros globales.
Quasar Elizundia, expert Research Strategist en Pepperstone, bróker de mercados financieros internacionales y cripto, explica que el conflicto en Medio Oriente ha generado un clima de incertidumbre y una mayor demanda de activos de refugio. “Este contexto geopolítico ha ejercido presión sobre los activos de riesgo, entre ellos las monedas latinoamericanas, afectando al peso colombiano a pesar de su correlación positiva con los precios del petróleo”, precisa.
A eso se suma que, aunque la expectativa de recortes adicionales en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos debería favorecer a los países emergentes como Colombia, las primas de riesgo en América Latina han aumentado considerablemente. Acá este aumento ha sido exacerbado por la caída en los precios del petróleo durante las semanas anteriores y las condiciones fiscales del país, que siguen siendo desafiantes.
“A corto plazo, es probable que el peso colombiano siga enfrentando presiones debido a la combinación de factores globales, como las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, y locales, como la política monetaria y las condiciones fiscales del país. Aunque el recorte de tasas por parte del Banco de la República podría apoyar la recuperación económica, la moneda colombiana seguirá siendo vulnerable a los movimientos en los mercados internacionales de materias primas y a la evolución de las expectativas de inflación”, agrega Elizundia.
Este experto considera que, si el precio del dólar supera los 4.325 pesos, implica una zona crítica para los operadores y no pasar ese nivel podría sugerir una continuación del proceso de corrección luego de haber tocado los 5.000 pesos por dólar. Así mismo, si llega a descender por debajo de los 3.834 pesos, se podría abrir la puerta a una corrección más profunda.
En Credicorp Capital consideran que el tipo de cambio en el país podría tener algunas presiones a la baja en los próximos meses en medio del ciclo de flexibilización de la Fed. “Esta sería una buena oportunidad para comprar dólares, en nuestra opinión, ya que seguimos esperando una alta volatilidad en el futuro y una tasa de cambio por encima de 4.100 pesos para diciembre de 2024, en medio de altos riesgos internos y externos”, sostiene un informe reciente de esta comisionista de bolsa.
Los riesgos para la tasa de cambio estarían en la incertidumbre política y regulatoria interna; el desafiante escenario fiscal y la expectativa de una aceleración del ciclo de flexibilización del Banco de la República, que en conjunto le impondrían un piso al dólar. Asimismo, los factores geopolíticos (como las elecciones en Estados Unidos en noviembre) podrían aumentar la volatilidad.