Tradicionalmente, los inversionistas internacionales –al buscar en dónde poner su dinero– se han inclinado por los países que les ofrecen altas rentabilidades. No obstante, recientemente muchos han preferido apostar por las naciones con un buen gobierno, por encima de aquellas que simplemente ofrecen altas tasas de interés.
Así lo establece un reciente informe de la agencia de noticias Bloomberg, según el cual, desde principios de abril, los inversionistas han comenzado a vender más agresivamente bonos de países con altos rendimientos, donde los gobiernos han relajado las políticas fiscales, al tiempo que han estado dispuestos a comprar deuda con rendimientos bajos o incluso negativos, siempre que los países estén promoviendo la vigilancia fiscal.
Prueba de su argumento es lo que ha pasado recientemente con los bonos de Argentina, país que el año pasado dio un giro a la derecha. En el segundo trimestre de 2024 fue el que registró los mejores resultados en el grupo de los emergentes debido a que está llevando a cabo reformas fiscales. Algo similar ha ocurrido con Turquía y Egipto.
En declaraciones a Bloomberg, Adriaan du Toit, director de investigación de crédito de mercados emergentes en AllianceBernstein, explicó que la dinámica fiscal está pasando al centro del radar de los inversionistas. “En parte, esto se debe a los sorprendentes resultados electorales y al hecho de que la política y la dinámica fiscal están entrelazadas. También podría ser una sensación de que la relajación monetaria podría no ser tan profunda o útil si los tipos altos se mantienen por más tiempo”, aseguró.
Durante dos años hasta marzo, los inversionistas en bonos de deuda externa de mercados emergentes perseguían altos rendimientos, y los países con los bancos centrales más estrictos ofrecieron los mejores retornos, ahora, los gobiernos que están tomando decisiones difíciles en materia de política fiscal son los que más se benefician. En el caso de Argentina se ha beneficiado de que el presidente Javier Milei hubiera logrado obtener la aprobación de medidas fiscales que ayudarían al país a alcanzar objetivos fiscales y controlar una inflación desbocada.
Caso contrario es de México y Brasil, que hoy tienen los desempeños más bajos, debido a sus déficits fiscales crecientes.
En el caso de Colombia, cuya deuda ofrecía rendimientos de 18 % durante el primer trimestre de 2024, ahora se encuentra en terreno negativo (-7,6 %), con todo y que se mantiene el diferencial de tasas de interés internas (que son las establecidas por el Banco de la República) con las externas.
Además, a los bonos del país no les han favorecido sus recientes problemas fiscales, con problemas de caja, recaudo tributario menor al esperado, amenazas de cambio de la regla fiscal y el anuncio de una nueva reforma impositiva.
“Este enfoque en las reformas fiscales en los mercados emergentes ciertamente está presente”, le dijo a Bloomberg Yvette Babb, gestora de cartera en William Blair Investment Management. “En nuestra opinión, es probable que los participantes del mercado continúen centrando su atención en la credibilidad de las políticas macroeconómicas”.
En lo que respecta a Brasil, que se ubica como el mercado emergente de peor desempeño, lograron frenar las pérdidas de los bonos la semana pasada después de que el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, anunciara recortes de gastos para fortalecer las finanzas del país.
Si bien el ministro de Hacienda de Colombia, Ricardo Bonilla, anunció igualmente un recorte presupuestal de más de 20 billones de pesos este año, analistas como los de la calificadora Fitch han manifestado que el Gobierno ha dicho que mantendrá el gasto social, “lo que significa que gran parte de la reducción del gasto primario se logrará mediante recortes en los gastos operativos e inversión pública, lo cual podría afectar la recuperación del crecimiento”.