Una de las frases por las que se recuerda al exministro de Hacienda y excandidato presidencial Juan Carlos Echeverry es que “existen dos tipos de tontos: los que pronostican el precio del dólar y los que les creen”. Esto cae como anillo al dedo para explicar la actual situación del mercado cambiario nacional.
Como muchos anticiparon, el hecho de que Gustavo Petro no fuera elegido en la primera vuelta y que tenga un contendor fuerte para la segunda, generó una especie de alivio entre los operadores del dólar, que ante la expectativa de un cambio en el modelo económico del país en un gobierno del Pacto Histórico, ahora tienen un mantra para negociar divisas: “Cualquiera menos Petro”. Como resultado, entre el domingo 29 de mayo y el viernes 3 de junio, la tasa de cambio se redujo más de 130 pesos, quedando por debajo de 3.800, cuando diez días antes estaba por encima de 4.000 pesos.
Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, explica que en estos momentos el dólar en el mundo se ha debilitado por la fortaleza de las materias primas (commodities), y en el caso de Colombia el movimiento ha sido mayor debido a que ha disminuido la probabilidad de que Gustavo Petro sea elegido presidente. Su estimación es que el precio de la divisa se podría mantener entre 3.700 y 3.850 pesos hasta la segunda vuelta. Fluctuará según avancen las encuestas y las noticias sobre una recesión en Estados Unidos.
Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, coincide en que el movimiento bajista de esta semana es una combinación de factores: el resultado electoral y el fuerte incremento del precio del petróleo, que nuevamente bordea los 120 dólares por barril por las sanciones de Europa a Rusia. “En ese sentido, creemos que de aquí a la segunda vuelta vamos a movernos con esas dos variables, petróleo y encuestas, las cuales últimamente han mostrado que el resultado va a ser cerrado y eso es fuente de volatilidad”, opina y agrega que la divisa podría moverse entre 3.700 y 3.850 pesos durante las próximas dos semanas.
“Si bien hay algo de tranquilidad en la medida en que Hernández se ve más promercado que Petro, estamos a merced de las encuestas y de cualquier evento que pueda alterar esta situación, algún escándalo o declaración fuera de lugar podría generar incertidumbre y reacción en la tasa de cambio, a lo que se sumará el contexto externo”, dice Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del Banco de Bogotá.
La advertencia de estos tres expertos es que se vienen días de fuertes subes y bajas en la tasa de cambio, lo que a todas luces es más dañino que un dólar parqueado en 4.000 pesos o por debajo de 3.000, pues la volatilidad hace difícil hacer cualquier negocio con el billete verde, impide planificar gastos o pagos, dado que es probable comprar o vender en el momento menos indicado.
Para enfrentar esa situación, Ballén sugiere tener portafolios de inversión diversificados, es decir, contar siempre con algunos dólares, así caigan de precio después de comprarlos, pues eso ayuda a optimizar la relación entre volatilidad y retorno de las inversiones. Velandia y Pérez consideran que lo más adecuado, en especial para los empresarios que deben pagar importaciones o recibir el pago por sus exportaciones, son las coberturas financieras. Estas permiten pactar desde ya un valor para compra o para venta de dólar en el futuro. Son instrumentos en los que, por un costo bajo, se puede dejar de ganar si el dólar no se mueve para el lado que se temía, pero que evitan tener pérdidas. En otras palabras, están pensados para protegerse de la incertidumbre.
Justamente esa incertidumbre es lo que se espera de aquí en adelante, incluso cuando el nuevo mandatario de los colombianos se posesione, pues los mercados estarán pendientes de su relación con el Congreso y de cómo conforme su equipo de gobierno. Así que, parafraseando al exministro Echeverry, habría una tercera categoría de tontos, que son los que no tienen en cuenta la volatilidad cambiaria.