La Junta Directiva del Banco de la República anunció este viernes 30 de junio la tan esperada noticia sobre el futuro de las tasas de interés para el mes entrante en el país, las cuales no tendrán modificaciones para las próximas semanas, ya que esta autoridad monetaria decidió mantenerlas en 13,25 %.
Con esto, las referencias se mantienen en su punto más alto de la última década, noticia que si bien preocupa a los mercados, puesto que con esto se vienen nuevos apretones para la economía local que aún se resiste a dar fuertes muestras de desaceleración, se convierte en la primera pausa en la escalada de esta referencia después de más de un año de alzas continuas para enfrentar la inflación.
Esta decisión del Emisor va de la mano con las proyecciones que tenían los analistas y expertos, quienes señalaron que el costo de vida ya está dando muestras sostenidas de contracción, mientras que la desaceleración económica en el país sigue afectando los diferentes sectores productivos, razón por la cual era importante mantener las tasas estables para evitar una crisis severa en el futuro.
Uno de los elementos considerados fue la inflación, la cual continuó descendiendo en mayo debido principalmente a la disminución de los precios de los alimentos. Sin embargo, es importante destacar que las tasas de inflación de los regulados y los servicios, excluyendo alimentos y regulados, presentaron un aumento. En general, las medidas de inflación total y básica se mantienen alejadas de la meta establecida del 3,0 %.
Por otro lado, las expectativas de inflación por parte de los analistas económicos han seguido disminuyendo, ubicándose en un 6,4 % a 12 meses y un 4,0 % a 24 meses. En cuanto a las proyecciones para finales de 2024, se sitúan en un 5,0 % en la mediana de la muestra. Estos datos reflejan una percepción de mayor estabilidad en el ámbito inflacionario.
En cuanto al crecimiento económico, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un aumento anual del 3,0 % durante el primer trimestre de 2023. Sin embargo, se observó una pérdida de dinamismo en la actividad económica durante el mes de abril, según lo indicado por el indicador de seguimiento a la economía (ISE). Esta moderación del dinamismo de la demanda interna ha contribuido a un ajuste significativo en el desequilibrio externo del país, evidenciado por la reducción del déficit de cuenta corriente, que pasó de un 6,2% del PIB en 2022 a un 4,2% en el primer trimestre de 2023.
De acuerdo con el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, “aquí debemos tener en cuenta que hay varios factores e indicadores que muestran que la inflación seguirá bajando en el corto plazo como son el índice de precios y los reportes de precios al productor, lo cual nos permite proyectar que los precios no se van a disparar en el corto plazo y que por ahora podemos monitorear de cerca, pero dando un aire de descanso a los mercados”.
En los últimos meses, el peso colombiano ha experimentado una apreciación considerable y las primas de riesgo para Colombia han disminuido de manera significativa. Estos fenómenos se han dado en un contexto de alta incertidumbre en la economía global y una reducción en los precios internacionales del petróleo.
“En el escenario básico estamos trabajando con una proyección de crecimiento económico del 1 %, tal y como venimos haciendo desde hace unos meses. Por ahora nuestra prioridad es que la inflación converja hacia ese 3 % que nos propusimos desde el principio, mientras que frente a la pregunta de cuándo empezaremos un ciclo bajista, debemos decir que las decisiones las tomamos con base en los últimos datos que tenemos a la mano”, dijo Leonardo Villar, director del Banco de la República.
Con la decisión tomada en la reunión de hoy, la política monetaria continúa enfocada en el objetivo de llevar la inflación hacia su meta del 3,0 %. Las futuras decisiones de la Junta Directiva estarán sujetas a la nueva información disponible, lo que permitirá evaluar y ajustar las políticas según sea necesario.
Tras este anuncio del Banco de la República queda claro que esta autoridad ha optado por mantener las tasas de interés en un 13,25%, buscando equilibrar los factores inflacionarios y el crecimiento económico. Esta decisión refleja la confianza en la estabilidad económica del país y sienta las bases para futuras acciones que permitan alcanzar los objetivos establecidos en materia monetaria. La continuidad en la evaluación de los indicadores económicos y financieros será fundamental para adaptar las políticas de acuerdo con la evolución del entorno tanto a nivel nacional como internacional.