En medio de intentos desesperados por recuperarse de la racha desastrosa que ha traído consigo durante los últimos días, la Bolsa de Nueva York parece no dar señales de vida y, por el contrario, acumula resultados bastante preocupantes para sus inversionistas, incluso, quedando en niveles desfavorables la semana pasada, los cuales no se veían hace cinco años.
Para este martes 10 de mayo, Wall Street abrió en alza el martes y con los inversores enfocados en dos indicadores de inflación que se darán a conocer los próximos miércoles y jueves. En los primeros intercambios, el Dow Jones ganaba 1.45 %, el tecnológico Nasdaq subía 2.59 %, y el índice ampliado S&P 500 se ubicaba en 1.85 %.
No obstante, al final de la jornada los números cerraron dispares, siendo el Dow Jones el más afectado, tras ceder 0.27 %, en tanto el tecnológico Nasdaq ganó 0.98 % y el S&P 500 0.24 %.
La Reserva Federal de Estados Unidos “tiene las herramientas adecuadas” y debería actuar “rápidamente” para frenar la inflación, dijo el martes John Williams, presidente de la rama neoyorquina del ente monetario.
Cabe recordar que los índices neoyorquinos iniciaron la semana hundidos en terreno negativo, luego de seis semanas seguidas de pérdidas para el Dow Jones y cinco para el Nasdaq y el S&P 500.
“La inflación persistente llevó a la Fed a volverse más agresiva en su campaña de aumento de tasas, pero eso favoreció las incertidumbres sobre su capacidad de organizar un aterrizaje suave”, advierten los analistas de Schwab.
Al parecer, estos resultados son un reflejo actual del mercado que también espera ansiosamente la cifra del índice CPI, el cual se espera que siga por encima del 8 % en 12 meses, un máximo en 40 años. Esta incertidumbre, sumado a lo que está pasando con economías emergentes como China y la crisis en Ucrania, se han convertido en factores claves para que Wall Street no avance.
¿Qué está pasando con la Bolsa de Nueva York?
SEMANA consultó a varios expertos en el tema para conocer su posición respecto a lo que pasa con esta situación y las probabilidades de recuperación en el corto o mediano plazo. Ambos coincidieron en que el miedo a una posible recesión económica en Estados Unidos, que no se sabe cuándo llegará, está haciendo que los inversionistas sean más precavidos.
Felipe Campos, gerente de inversión y estrategia de Alianza Valores, aseguró que lo primero que se debe tener en cuenta es que Wall Street lleva más de 10 años creciendo a unas tasas muy altas, convirtiéndose en la opción más atractiva para invertir. Sin embargo, la pandemia puso sobre la mesa otras alternativas que se están empezando a usar en el mercado de valores.
“Uno tiene una foto de un mercado que se ha valorizado más que el resto del mundo y que no ha tenido recesión en más de una década, entonces llega el 2022 con un choque de inflación que no se veía hace 40 años, una Reserva Federal que sube las tasas de interés y el choque en petróleo, a 85 dólares por barril (antes de la guerra en Ucrania); todo esto tenía que afectar sí o sí en cualquier momento”, explicó Campos.
El experto de Alianza Valores aseguró que la guerra entre Rusia y Ucrania solo fue un agravante de lo que ya se veía venir para Estados Unidos, en el entendido que toda economía que crece debe bajar para renovarse y fortalecerse de cara al futuro. Precisamente el miedo a que este sea el momento en que ese panorama se presente es lo que está generando una baja en las inversiones.
En concordancia con esto, Juan David Ballén, analista de riesgo de Casa de Bolsa, sostuvo que durante los últimos meses, incluso antes de la guerra en Ucrania, se venían conjurando todos los elementos necesarios para una recesión, teniendo en cuenta que se suspendieron los estímulos económicos, fiscales y monetarios que se crearon en Estados Unidos durante la pandemia.
“Esto termina en una pérdida de poder adquisitivo, que es lo que estamos viendo y, por eso, se llega la desaceleración de la economía, aún más cuando vemos el aumento de la inflación y, por consiguiente, de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Es todo un conjunto de problemáticas las que están incidiendo para que caiga el ritmo de consumo y por consiguiente la producción”, dijo Ballén.
Ambos expertos también estuvieron de acuerdo en que superar esta contingencia le podría tomar al menos un año a los Estados Unidos y, por esto, no se ve un panorama de recuperación el corto o mediano plazo, ya que se deben tomar medidas de fondo que ayuden a paliar la crisis, sin tener que recurrir a subsidios o ayudas monetarias.