Un sector económico que no la está pasando bien en el inicio del 2023 es el comercio, que viene enfrentando y reportando cifras poco alentadoras y que no auguran un balance optimista para los meses siguientes y cierre de año.
El gremio de comerciantes, Fenalco, en una reciente encuesta para medir la percepción de sus afiliados en el arranque del año, confirmó que 7 de cada 10 negocios tuvo ventas iguales o inferiores a las de enero del año pasado. Tan solo el 28% señaló leves incrementos en sus ventas, esto en parte jalonado por el inicio de la temporada escolar y que contribuyó a dinamizar subsectores como papelería, calzado y vestuario, entre otros.
Pese a ello, la soledad se paseó por los locales comerciales, lo que Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, describe como una clara señal de desaceleración que, sin embargo, había empezado a mostrarse desde septiembre del año pasado.
Y no es solamente las ventas, lo que muestra señales poco favorables para los comerciantes, también está el empleo que viene contrayéndose en este sector y así quedó reflejado en reporte del Dane, correspondiente a diciembre del 2022 y en donde se indica que los ocupados se situaron en 3,8 millones, inferior a noviembre de ese mismo año (4.1 millones); por lo que Cabal afirmó que “normalmente, el comercio generaba 300.000 puestos de trabajo temporal para la época de fin de año, y ahora hubo 121.000 empleos menos”.
De esa manera se quiebra la racha positiva que traía el comercio en los últimos dos años, pese a que fueron tiempos difíciles debido a la crisis por emergencia sanitaria. En 2021, el sector que genera 1 de cada 4 empleos en Colombia, tuvo un crecimiento de 21,2% en comparación con 2020, mientras que ahora, no solo enfrenta el zarandeo de la inflación, las altas tasas de interés y el precio volátil del dólar, sino la incertidumbre de lo que vendrá en el país, de cara a las reformas que planea hacer el Gobierno.
“El comercio adquiere inventarios de mercancías con tres o cuatro meses de anticipación, lo que significa que las compras se hicieron con un dólar caro, que impacta no solo los productos importados, sino los nacionales, porque para producirlos hay que adquirir materia prima del exterior”, argumentó el directivo de Fenalco.
Empresarios poco optimistas
Los industriales también están en las mismas, previendo una desaceleración acentuada en 2023, toda vez que ya la experimentaron en el último trimestre de 2022. “Algunos de los empresarios han optado por aplazar sus proyectos de inversión. Los motivos que los han llevado a tomar esta decisión son la incertidumbre política (31,5 por ciento), incertidumbre económica del país (20,2), volatilidad en la tasa de cambio (15,7), la reforma tributaria (13,5), la inflación (12,4), el menor flujo de efectivo (12,4) y las altas tasas de interés (12,4)”, dice un informe de la Andi, basado en la encuesta aplicada al sector al inicio de año.
Si la industria no produce, el comercio no tiene qué vender y, por lo tanto, se baja la oferta de mercancías, presionando más los precios. “Para el 2023, el crecimiento promedio real presupuestado por los encuestados en las ventas totales es de 4,1 por ciento, en las ventas nacionales es del 5,5 y en las exportaciones, del 8,7 por ciento”, es decir, le apostarán más a vender afuera.
Reformas aplastarán más la generación de empleo
El encarecimiento de los productos ha espantado al consumidor que también empieza a ver menguados sus ingresos, no solo porque la inflación se come todos los incrementos salariales, sino por el efecto de la reforma tributaria, por cuenta de la cual, ya se aplica una retención en la fuente mayor sobre los sueldos de muchos asalariados. Comprar con créditos, que es la salida de los ciudadanos en tiempos de crisis, es algo que por ahora asusta, pues, según lo expresa Cabal, los intereses rayan en las tasas de usura.
El vocero del sector que es clave para torcerle el rumbo ascendente al desempleo dice que a los comerciantes les preocupa el corto plazo, pues, entre el incremento del 16% en el salario mínimo que tuvieron que asumir, se viene ahora el golpe de la reforma laboral, si se llega a pasar como está planteada hasta ahora: menos posibilidad de contratar por prestación de servicio, reducción de jornada laboral semanal y establecimiento del horario diurno hasta las 6 de la tarde, lo que implicará pagar más horas con tarifa nocturna.
“El costo de contratar, para empresarios del comercio, el turismo, los restaurantes, los bares, los hoteles y las empresas de seguridad privada, que tienen que ver con los negocios, llevaría a aumentar el costo de producción del sector en general, en un 30% en total, en comparación con el año pasado”, argumentó Cabal.
El llamado del dirigente gremial al gobierno es a que no se les vaya la mano con las reformas. “Que ojalá las medidas que se incluyan sean concertadas, pues ya se tomaron decisiones, como las de incrementar aranceles para ciertos segmentos, como la importación de confecciones, lo que encarecerá las prendas de vestir y reducirá aún más las ventas del comercio”. Agregó que son temas que se deben revisar y ojalá revaluar, de lo contrario, la desaceleración persistiría durante todo el año.