Las acciones de la petrolera estatal Petrobras se desplomaban este lunes, arrastrando al principal índice de la Bolsa de Sao Paulo a una caída de más de 3%, en el primer día de la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva.
Los papeles preferenciales de la petrolera caían 6,60%, mientras que los ordinarios perdían 5,71% a las 14H00 horas locales (17H00 GMT), en medio de una aversión al riesgo por parte de inversores ante las señales de un mayor intervencionismo del Estado en la economía durante el mandato del líder de izquierda, explicaron analistas.
El derrape de Petrobras, una empresa estatal de capital abierto, empujaba a la misma hora una caída de 3,07% del principal índice de la Bolsa paulista, el IBovespa, en un día sin negociaciones en los principales mercados del planeta. La reacción del mercado responde a varios factores, entre los que se cuentan la prórroga de una reducción de impuestos federales sobre los combustibles decidida por Lula, y la posibilidad de que la política de precios de la compañía sea modificada, dijo a la AFP Gilberto Braga, analista financiero y profesor del Ibmec en Rio de Janeiro. “Hay una lectura del mercado de que habrá una injerencia cada vez mayor en las directrices de las compañías estatales, un retroceso respecto a una conducción más liberal”, aseguró Braga.
El senador Jean Paul Prates, indicado por Lula para presidir Petrobras, aseguró el viernes que la política de precios de la petrolera -que fija los valores de los combustibles en función de una paridad con el precio internacional del barril- cambiará. Prates no dio detalles sobre qué fórmula alternativa maneja el nuevo gobierno, contribuyendo así, según el profesor del Ibmec, a un escenario de incertidumbre. Además, en una de sus primeras decisiones de gobierno publicadas este lunes, Lula revocó los procesos de privatización de ocho estatales, entre ellas Petrobras y Correos, iniciados durante la administración de Jair Bolsonaro.
Durante la campaña, Lula, de 77 años de edad, criticó las privatizaciones y advirtió que durante su administración no serían vendidas otras firmas estatales. Es necesario “un análisis riguroso de los impactos de la privatización sobre el servicio público o sobre el mercado”, argumentó. El presidente de Brasil, Lula da Silva, revocó normas que facilitaban el acceso a las armas durante la administración de Jair Bolsonaro, frenó procesos de privatizaciones y restableció medidas de combate a la deforestación en la Amazonía, entre sus primeras medidas de gobierno.
En las primeras 24 horas desde la ceremonia de investidura del domingo en Brasilia, el mandatario empezó a cumplir algunas de sus principales promesas electorales, tras derrotar a Bolsonaro. Lula decidió, mediante un decreto, suspender por los próximos 60 días la concesión de nuevas licencias para cazadores, tiradores y coleccionadores (CACs) civiles, categoría que multiplicó sus miembros con las flexibilizaciones de Bolsonaro y reunía en julio pasado un arsenal de más de un millón de armas, casi el triple que las 350.600 registradas en diciembre de 2018, según el Instituto Sou da Paz.
El decreto también redujo los límites para la compra de armas y municiones y suspendió temporalmente el registro de nuevos clubes y escuelas de tiro, que también proliferaron los últimos cuatro años. En la decisión, Lula creó un grupo de trabajo para elaborar un nuevo reglamento para el Estatuto del Desarme, ley impulsada por su primer gobierno en 2003 para desarmar a la población civil. La nueva medida “busca cerrar el período irresponsable del ‘vale todo’, incompatible con la Constitución”, celebró en Twitter Flávio Dino, ministro de Justicia y Seguridad Pública de Lula.
Lula también revocó los procesos de privatización de ocho estatales, entre ellas Petrobras y Correos, iniciados durante la administración del exmandatario Jair Bolsonaro. Durante la campaña, el izquierdista criticó las privatizaciones e insistió en que durante su administración no serían vendidas nuevas estatales.
Con información de agencias