La evolución de la covid-19 y sus variantes seguirá siendo determinante para la economía. Eso definirá si es necesario volver a los confinamientos o si ya se podrá regresar a una vida sin tapabocas.
En Citi señalan que la diferencia la marcará el ritmo de vacunación y recuerdan lo que ha sucedido en América Latina, que pese a tener 5 por ciento de la población mundial, ha aportado un tercio de los muertos por coronavirus, justamente por el rezago en la inmunización de sus ciudadanos. Algo similar se vive en África y eso es lo que explicaría la fuerza de ómicron en ese continente.
En el Banco de Bogotá señalan que la persistencia de la covid-19 podría acelerar tendencias que ya venían, como el proteccionismo, la inestabilidad social y la ausencia de un líder global.
Elecciones en países claves
En 2022 están programados varios eventos políticos de gran influencia en la economía pospandémica. En Europa se realizarán elecciones presidenciales en Francia e Italia, que ayudarán a dar forma al panorama político posterior a Angela Merkel. En América Latina, “los vientos de oposición a los actuales gobernantes parecen soplar a favor de los candidatos populistas de izquierda tanto en las elecciones presidenciales de Colombia (mayo), como las de Brasil (octubre). Las encuestas de opinión sugieren, además, que la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile, el 19 de diciembre, probablemente lleven al poder a una administración menos favorable para los mercados”, sostiene un informe de perspectivas de BNP Paribas.
En Estados Unidos también habrá actividad electoral a finales de 2022 con los comicios de mitad de periodo (midterm). Desde ya se prevé que el partido del presidente Biden perderá escaños en el Congreso. “El Gobierno dividido resultante significaría un regreso a la parálisis legislativa, dificultando nuevos programas fiscales y reduciendo el margen de Biden en el Congreso”, señalan en el BNP.
En vilo por la Reserva Federal
Las condiciones externas (con mayor crecimiento del esperado en las economías ricas, altos precios de las materias primas y bajas tasas de interés) fueron favorables para los mercados emergentes en 2021. El gran problema es que en 2022 buena parte de esos elementos se van a tornar negativos y uno de los cambios ‘más cantados’ está en el frente de las tasas de interés, ante la mayor inflación global. En Estados Unidos, cuya política monetaria rige a casi todo el planeta, la inflación se ubicó en octubre por encima de 6 por ciento, algo no visto en décadas y el debate ahora es si la inflación es transitoria o permanente.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (FED), el banco central estadounidense, zanjó ese debate al afirmar que el alza de precios no ya es transitoria, aunque prevé que en 2022 se va a moderar. En el Citi creen que el año entrante la FED subirá sus tasas tres veces y la primera sería en mayo. En BNP Paribas también prevén tres subidas de 25 puntos básicos. Creen que se darían en el segundo semestre y estarían acompañadas de cuatro alzas más en 2023.
China crecería menos
La profundización de la recesión en el sector inmobiliario chino, cuyo emblema son los problemas de la firma Evergrande, sumada a la política de cero covid, se han convertido en frenos para la economía del gigante asiático. De un crecimiento estimado de 8 por ciento en 2021, bajaría a uno alrededor de 5 por ciento en 2022.
La segunda economía más grande del mundo fue la primera en recuperarse de la pandemia, pero ahora sufre por una posible desaceleración. Como el resto de países, ha tenido problemas en su actividad fabril a causa de la crisis de los contenedores, a lo que se suma un consumo interno persistentemente débil. Pese a las preocupaciones que genera una China desacelerada, varios analistas locales ven con buenos ojos un umbral de crecimiento de 5 por ciento (no inferior), pues es aproximadamente el ritmo anual de expansión necesario para garantizar el objetivo del país de duplicar su PIB para 2035.
Otra idea tienen en los países emergentes, que así no comercien con China terminan afectados por menores precios de las materias primas.