Siguen las alertas en el país por los efectos negativos que traería sobre la economía nacional el proyecto de reforma tributaria que cursa en el Congreso de la República y frente al que el gobierno del presidente Gustavo Petro parece estar haciendo oídos sordos a los diferentes llamados que llegan desde los diversos sectores productivos que señalan que no es momento para poner más impuestos, ya que el país está ante un panorama de inflación disparada y de desaceleración del crecimiento.
Empresarios, centros de pensamiento, analistas y algunos exfuncionarios han advertido que los nuevos tributos que se gravarían en 2023, en caso de ser aprobada la reforma por el legislativo, seguirán mermando el poder adquisitivo de los hogares, llevarán a muchas a empresas a buscar alternativas para mantenerse a flote, espantarán a los inversionistas y golpearán las dos principales rentas del país: el petróleo y la minería.
Pese a que en un principio esta iniciativa tuvo un gran respaldo político y social, con el paso del tiempo las opiniones frente al proyecto se polarizaron. El objetivo inicial era generar equidad, cobrándoles más impuestos a los ricos. Simplificar a partir de la adopción de medidas que les faciliten a los contribuyentes la poco emocionante obligación tributaria. Y, por supuesto, recaudar recursos para financiar parte de los programas propuestos por el Gobierno.
Actualmente el presidente Gustavo Petro busca recaudar 20 billones de pesos en 2023, aunque inicialmente planteó 25. Esto con el fin de garantizar las ayudas y programas sociales del Estado y atender las necesidades de las familias de escasos recursos en todo el territorio nacional. No obstante, pese a que dijo que no tocaría a los estratos más bajos, al parecer esto no es del todo así, ya que sus efectos se sienten hasta en un producto de consumo básico como el pan.
Atrás quedaron aquellas épocas en las que se podía conseguir el famoso pan de 100 pesos, que luego pasó a costar 200 y hoy en día se cobra entre 300 y 500 pesos, en las diferentes panaderías que hay en el país. Una reciente advertencia del gremio panificador señala que en unos años todo esto será un simple recuerdo, ya que la unidad mínima de este producto llegaría a niveles impensados por culpa de la reforma tributaria.
En diálogo con SEMANA; Marcela Morales, directora de la Asociación Nacional de Fabricantes de Pan (Adepan), aseguró que si las cosas siguen como van y se aplican los cambios de impuestos que contempla el proyecto del Gobierno Nacional, el pan llegaría a costar hasta 800 pesos cada uno, en su presentación básica. Lo cual sin duda sería un duro golpe para la economía de los más pobres.
“Realmente nosotros nos remitimos a lo que está aprobado y ante esto, si miramos lo que quedó en la primera propuesta de reforma de tributaria, pues no estaba este impuesto, sin embargo, en lo que sale tras la aprobación en primer debate, vemos que se deja un impuesto para todas aquellas panaderías o productores de este producto que vendan más de 133 millones de pesos al año, es decir un poco más de 11 millones de pesos mensuales, que no es una cifra muy alta si se analiza profundamente cómo funciona la economía de barrio”, explicó esta vocera gremial.
Pese a que en diversas ocasiones el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ha dicho que este impuesto será únicamente para los grandes productores y no tocará el popular roscón con bocadillo, el texto de la reforma tributaria, según las advertencias de Adepan, esto es totalmente al contrario. Lo más preocupante es que han tratado de acercarse al Gobierno para exponer esta problemática y no han sido atendidos como se debe.
“El texto habla claramente de productos de panificación como obviamente el pan, pero también de los postres y ponqués, y fija un tope de 3.500 UVT (Unidades de Valor Tributario). Entonces, si hablamos de un impuesto del 10 % para el 2023, el cual subiría al 15 % en 2024 y finalmente quedaría en 20 % en el 2025, nos pone ante un escenario en que las panaderías de barrio se verán afectadas y terminarán subiendo sus precios, frente a los cuales no es descabellado pensar en un pan de 800 pesos la unidad básica”, dijo la vocera de Adepan.
Marcela Muñoz finalizó haciendo un llamado al Gobierno Nacional, al igual que han hecho otros sectores de la economía, para que analice muy bien todos los efectos que caerán sobre el país con este proyecto de reforma tributaria y evite golpear el bolsillo de los estratos más bajos, tal y como lo prometió desde que estaba en campaña presidencial.