Luego de diez años de la actividad comercial entre Colombia y Estados Unidos, el Gobierno de Gustavo Petro anunció que se había abierto un diálogo para revisar los capítulos del Tratado de Libre Comercio (TLC) con ese país, lo que de inmediato encendió las alarmas, en particular, en el sector del comercio exterior.
Gremios como Analdex argumentaron que para poder tener una renegociación del TLC es necesario que las dos partes se encuentren de acuerdo en diferentes puntos y que no sea algo unilateral.
En ese contexto, este martes 3 de octubre, la Contraloría General se refirió al tema, precisamente, durante un foro sobre el comercio colombiano y lanzó una alerta acerca de una posible renegociación del TLC.
El vicecontralor, Carlos Mario Zuluaga, que ejerce funciones de contralor, enfatizó en que “hay que valorar los avances y los resultados que han tenido los tratados de libre comercio en materia de impacto económico. El acuerdo con Estados Unidos ha generado el fortalecimiento de las importaciones y exportaciones y ha permitido que mucho del turismo, casi más del 23 % provenga desde Estados Unidos”.
¿Cuál es la preocupación?
Por esas razones, enfatizó en que, “si el Gobierno tiene el interés de replantear un tratado de libre comercio tiene que hacerlo sobre la base de expectativas que tenga en crecimiento, pero debe reconocer que dicho acuerdo promueve el fortalecimiento de la economía, de los recursos que ingresan al país y cuánto de esto puede impactar, pues el país no puede estar desconectado del mundo en unos momentos en los que la globalización, el comercio, la interculturización lo que nos invita es a estar interconectados con el resto de naciones”.
El funcionario dijo que, si bien la renegociación es autónoma de los gobiernos, lo que les preocupa “es que termine en una anulación”.
En medio de todo está el empleo que genera el tratado, advirtió Zuluaga, pues podría tener efectos sobre el número de empleos que genera el tratado y sobre aquellos sectores de la economía que se encuentran engranados con el comercio exterior.
Por esa razón, a juicio del vicecontralor, “lo que hay es que reconocer en qué puntos están las oportunidades de mejorar, no solo con Estados Unidos, sino también con Europa”.
Zuluaga recordó que en torno al TLC se habla de cláusulas que protegen lo negociado, pero, aunque se mostró de acuerdo con “proteger la soberanía nacional, la seguridad alimentaria, la mano de obra local”, también es cierto que incrementar la producción doméstica implica esfuerzos para repotenciar el campo, lo que no es tan rápido como para dejar de lado un tratado. “La valoración de una renegociación, para abrirnos más o para cerrarnos más, debe tener en cuenta los impactos que se puedan tener en materia económica”.
El vicecontralor enfatizó además en que “el acuerdo con Estados Unidos representa un hito trascendental en nuestra historia comercial reciente, ya que ha brindado valiosas oportunidades a nuestros empresarios al simplificar su acceso a uno de los mercados más grandes del mundo”.
Pidió no olvidar que, como resultado, “hemos observado un aumento significativo en las exportaciones no relacionadas con minería y energía hacia Estados Unidos, con un crecimiento del 34,25 %. Además, hemos experimentado un crecimiento promedio anual de las importaciones del 4,7 % desde su entrada”, concluyó.