El susto que tienen los colombianos con los recibos de energía, que están llegando a sus hogares, tiene una explicación en el informe preliminar que presentó este jueves 21 de septiembre la Contraloría General de la Nación, en Cartagena, donde informó que le está poniendo la lupa al tema de las tarifas.
Según el contralor delegado en minas y energía, Germán Castro Ferreira, y el vicecontralor, Carlos Mario Zuluaga, mientras en enero el costo de producir energía era de 250 pesos por kilovatio / hora, a mitad de septiembre va en 1.100 pesos, lo que representa un aumento del 300 %.
El panorama es preocupante porque el país ni siquiera tiene en su plenitud el fenómeno del Niño, que podría llevar a encarecer más las tarifas. De hecho, Zuluaga advirtió que ese costo de producción de energía aumentado podría disparar el riesgo de alza en las tarifas de energía, que ya, de por sí, están ahorcando a los usuarios.
El contralor delegado sostiene que preocupa aún más que esos incrementos en precios tengan que ver con atrasos en nuevos proyectos de transmisión y generación de energía, lo que podría llevar a un efecto más duradero en las tarifas que agobian a los colombianos.
“El país ha venido ampliando la oferta de toda la matriz energética. Producimos el 60 % por agua, tenemos fuentes eólicas, de gas, pero en el caso de las energías alternativas, los kilovatios que deberían aportar no están hoy”, sostuvo el contralor delegado.
Todo se juntó
Para la Contraloría General, son varias las amenazas que acechan, debido a que se juntaron algunos detonantes. En primer lugar, un Fenómeno del Niño que, sin duda, dará un fuerte coletazo, teniendo en cuenta la alta dependencia del abastecimiento, de las fuentes hídricas. Pero si a ello se le suma que las empresas no compraron en Bolsa, la energía, durante años, indudablemente que habrá repercusiones en el precio.
Los habitantes de la región Caribe, que ya vienen pagando un servicio costoso, serían de los primeros afectados. “Impactaría la vida de los ciudadanos, pero también la economía, pues casi todos los sectores requieren abastecimiento permanente de energía para poder funcionar”, sostuvo Zuluaga.
Al oído de los comercializadores
La Contraloría también puso en la mesa la deuda de cerca de 6 billones de pesos a los comercializadores, debido al atraso en pagos, tras la implementación de la denominada Opción Tarifaria, medida que se adoptó en época de crisis.
Además, “hay unas deudas permanentes en subsidios que anualmente llegan a los 3 o 4 billones de pesos y, con estos incrementos de los precios de bolsa, se pueden sumar otros billones de pesos y, para cualquiera que entienda de economía de los servicios, es claro que se puede producir lo que se puede llamar un apagón comercial o financiero, porque habiendo energía por ahora suficiente como para pasar esta temporada de El Niño, pasando esta o durante la misma, habría empresas que no pueden tener recursos en ese momento y, al no tenerlos, van a dejar de comprar la energía”, advirtió el organismo de control.
Cortes eléctricos
El riesgo mayor es que, de pronto, tengan que aplicar cortes eléctricos, lo que, a todas luces, sería inconveniente en una época de fuerte sequía como la que se avecina. “Van a tener que comenzar a hacer limitaciones de suministro a los usuarios a los que los recursos de los comercializadores no alcancen para proveer la energía”, advirtió la Contraloría.