La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) reveló recientemente el informe Ejecución Presupuestal de inversión: un panorama gris, en el que reveló que, con corte a marzo de 2024, la ejecución del rubro de inversión del Gobierno se situó en 9,1%, según el portal de transparencia económica.
Esto, en términos más simples, quiere decir que de cada $ 100 que fueron aprobados por el Congreso de la República en el Presupuesto General de la Nación para ejecutar en el primer trimestre del año en el frente de inversión, solamente $ 37 se destinaron al pago de las obligaciones del Gobierno. En estas se incluyen programas sociales, así como la adquisición de activos no financieros.
Eso equivale a que la ejecución esperada para el primer trimestre, que debería ser del 25 %, se encuentra 15,9 puntos porcentuales por debajo.
Además, si se compara la ejecución actual con la del mismo mes del año pasado (11,5 %), esta es 2,35 puntos porcentuales menor. Lo anterior demuestra que el panorama en materia de ejecución presupuestal ha empeorado significativamente con respecto a lo sucedido en 2023.
Para poner en perspectiva el estado de la ejecución, si se compara con el segundo año de gobierno de distintas administraciones, estas han venido presentando un deterioro.
En primer lugar, desde la administración de Juan Manuel Santos, el primer trimestre del segundo año de gobierno no alcanza el nivel esperado de ejecución. Sin embargo, 2016 presentó la mayor ejecución de inversión de las últimas tres administraciones (21,3 %).
Por su parte, comparando la ejecución para la administración de Iván Duque durante el mismo periodo, esta se sitúa 9,8 puntos porcentuales por debajo. A su vez, la ejecución del presupuesto de inversión en la administración de Gustavo Petro se ubica en tan solo 9,1 %, la más baja de los últimos años.
Ahora, si se observa la ejecución de inversión del actual gobierno por sector, hay 22 sectores que tienen una ejecución presupuestal menor al 10 %. Además de la Registraduría (0 %) y el Ministerio de Igualdad y Equidad (0 %), los sectores más rezagados son: Inteligencia (0,1 %) y la Rama Judicial (0,1 %).
A estos se suman los Ministerios de Vivienda y Deporte con una ejecución de 2,0 %. Por otra parte, destaca Minas y Energía, con una ejecución casi total del presupuesto correspondiente al primer trimestre del año, lo cual es positivo si se tiene en cuenta la importancia del sector en términos tributarios y de atracción de inversión extranjera.
De acuerdo con la entidad, las implicaciones de lo anterior son que, si bien un menor gasto parece positivo, la baja ejecución presupuestal presenta consecuencias negativas en un momento de bajo crecimiento económico.
Una baja ejecución, por un lado, restringe la liquidez de la economía, ya que el gobierno inyecta menos recursos. De igual manera, existen sectores claves en la disminución de la pobreza como lo son el de Educación, Salud, Protección Social y Trabajo, así como Vivienda, que retrasan el cumplimiento de sus metas al no contar con el flujo necesario.
Finalmente, vale la pena destacar que la baja ejecución en un contexto de déficit fiscal, que para el 2024 se establece en 5,3 %, brinda señales inciertas. La paradoja entre un gobierno que solicita al Legislativo la aprobación de más recursos para el gasto social y de inversión, pero que no los ejecuta, muestra una baja capacidad de gerenciar y administrar los recursos públicos.
A pesar de que el 2024 será un año de un mayor crecimiento en comparación con el 2023, aún la Nación se encuentra por debajo de su crecimiento potencial. Resulta fundamental la decidida ejecución de recursos de inversión, que cumpla con las metas propuestas en el PND, propicie la reactivación económica y el crecimiento de largo plazo.