El 2023 ha sido un año de retos importantes por superar en materia económica para los gobiernos en el mundo. Uno de los más recientes tuvo que ver con el manejo de la quiebra de uno de los principales bancos en Estados Unidos, el Silicon Valley Bank (SVB), que causó que miles de inversionistas perdieran sus ahorros.
Este panorama no es alejado para Colombia, que simultáneamente vive momentos complicados al tener una inflación en máximos históricos. Según el Dane, en febrero el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en 1,66 %, evidenciando un incremento del 0,3 % respecto a igual período en 2022. Mientras que en el acumulado anual, la inflación se ubica en 13,28 %, reflejando un aumento del 5,27 % si se compara con el año pasado.
Leonardo Trujillo, subdirector del Dane, indicó que para el caso de febrero y al comparar el indicador con el reporte de los últimos siete años, desde la pandemia se viene registrando un incremento mensual del IPC, acentuándose a partir de octubre de 2022. Sin embargo, se observa que entre enero y febrero ya se registra una caída en la inflación, debido a que en el primer mes de 2023 esta se ubicó en 1,85 %.
Pese a que las noticias en esta materia fueron poco alentadoras, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se mostró optimista, sobre todo en marzo, al punto en que señaló que “celebra” varios avances, especialmente en lo que respecta al impacto de la inflación en los estratos más bajos, que desde hace meses son los más afectados por este flagelo.
Sin embargo, este panorama no parece ser alentador para la calificadora colombiana BRC Ratings, que forma parte del grupo de S&P Global, que manifestó que las presiones inflacionarias, las más altas en la historia de Colombia, y la subida de tasas de interés están afectando seriamente la capacidad de pago de las personas y las empresas. Esto acrecienta la probabilidad de bajas de las calificaciones que emite para bancos y empresas nacionales en 2023.
La calificadora detalló que durante 2022, el PIB de Colombia creció 8 %, lo que muestra la resiliencia de la demanda interna a pesar de lo retador del contexto local e internacional. “Las empresas corporativas que calificamos, particularmente los relacionados con el petróleo, gas y energía, fortalecieron sus márgenes ebitda y lograron un menor apalancamiento; por otro lado, el sector bancario continuó la senda de crecimiento de su cartera, superior al 15 % al cierre de 2022, donde se destacan el crédito de consumo y el hipotecario”, quedó detallado en el informe.
La expectativa de BRC Ratings sobre la estabilidad de las calificaciones se fundamenta sobre el desempeño de la economía colombiana. “Si bien proyectamos que el país continuará destacándose positivamente frente al agregado de Latinoamérica las condiciones financieras globales restrictivas, la demanda débil de socios comerciales clave, incertidumbre por los conflictos geopolíticos y problemas bancarios en Estados Unidos y Europa, y un deterioro en la demanda interna explican nuestra proyección de fuerte desaceleración de la economía, alrededor del 1 % al cierre de 2023″.
Otro de los factores de riesgo para la estabilidad de las calificaciones se centra en la inflación en Colombia que, como se evidenció más arriba, ha tocado el techo de cristal en el país, lo que ha provocado el aumento de los costos de importación de alimentos y energía, y se proyecta que continuará así durante la mayor parte de 2023.
“Esto mantendrá las tasas de interés internas relativamente altas (alrededor del 10 %), dado que las expectativas de inflación se mantienen muy por encima del objetivo del 3 % del banco central, en torno al 8 % anual para finales de 2023″, puntualizó BRC Ratings.
Y agregó: “las restricciones al mercado de capitales y el encarecimiento del costo del fondeo también constituyen riesgos importantes para nuestros calificados, lo cual persistirá mientras exista una inflación de dos dígitos. Además, existe incertidumbre por parte de los inversionistas sobre las políticas del presidente Gustavo Petro, especialmente en términos del sector energético, de salud y de pensiones, además del efecto de la reforma tributaria ya aprobada”.