Por medio de un informe, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) analizó el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, presentado en el Congreso el pasado 6 de febrero. En este, expuso los puntos positivos y negativos, luego de centrarse en todos los puntos que competen el documento.
En primer lugar, el estudio señala que el PND presenta cinco ejes de transformación, los cuales son: Ordenamiento del territorio alrededor del agua; seguridad humana y justicia social; derecho humano a la alimentación; transformación productiva; internacionalización y acción climática y convergencia regional.
Bajo este contexto, en ANIF destacan varios puntos. El primero es la intención de acelerar y consolidar el catastro multipropósito, la cual es una muestra adecuada de cómo poner en marcha una política de Estado. El informe indica que su implementación tiene como objetivo lograr efectos positivos en el mercado de tierras, reducir los conflictos sobre la tenencia de las mismas y fortalecer las finanzas territoriales.
El estudio destaca que esta política va ligada con la solución de problemáticas en las zonas rurales y la sostenibilidad del campo. Por otro lado, considera como algo positivo reconocer que hay que realizar una estrategia macroeconómica con respecto a los lineamientos del marco fiscal de mediano plazo. El punto para resaltar es que en el PND está clara la voluntad de reducir el déficit y la deuda de Colombia, para que el gasto público se mejore. Al tomar como punto de partida estos elementos, en ANIF indican que es una manera correcta de iniciar, a la espera de ver cómo se ejecuta.
Otro aspecto positivo del Plan es la alianza que se tiene pensada entre el sector privado y público, en la cual ninguno pierda protagonismo sino que puedan trabajar de la mano. “El Gobierno denomina alianzas público-privadas a colaboraciones de ambos sectores en la planificación y ejecución de políticas y programas para aprovechar de mejor manera los recursos disponibles y conseguir mayor eficiencia”, explica el informe al mencionar que en vez de poner a competir ambas, se busca permitir el desarrollo convergente, es una apuesta interesante y positiva para la Nación.
De la mano con el punto anterior, en este centro de pensamiento consideran que las alianzas público - populares que plantea el Gobierno pueden tener gran importancia en la participación democrática y aumentar la aceptación por parte de la ciudadanía frente a la implementación de políticas y programas. Sin embargo, señalan que hay que tener en cuenta que para lograr esto, se requiere una estrategia clara y una ejecución viable.
Finalmente, el último punto que ve con buenos ojos la entidad radica en la unificación de los programas sociales, los cuales creen que serán positivos siempre y cuando estén coordinados correctamente y busquen mejorar en la prestación de servicios y subsidios. En ANIF destacan el componente social de ejecutar programas destinados a las poblaciones vulnerables.
No obstante, el informe no es color de rosas. Así como detalló los elementos positivos, también organizó los puntos que son discutibles y deberían revisarse. El primero de esta lista radica en los ejes ideológicos que hay en varios objetivos, lo cual genera que se pierda claridad en los verdaderos intereses detrás de algunas estrategias y pone en duda la manera en la cual se cumplirían en verdad.
El estudio cuestiona las metas de crecimiento que proyecta el Gobierno, calificándolas como conservadoras e incompatibles con las tasas de reducción de la pobreza. El Gobierno prevé que al finalizar este año, el crecimiento será del 1,3%, para luego ser del 2,8% y de 3,6% entre 2024 y 2025 respectivamente. El informe considera que estas perspectivas no responden a la coyuntura prevista para la pobreza, por lo que la tasa de desempleo e informalidad puede crecer y hacer que la proyección cambie por completo.
“El PND se queda corto en planes de infraestructura que son de enorme relevancia para el crecimiento del país. Sin bien hay un énfasis importante en las vías terciarias y transporte fluvial, que es rescatable, hay muy pocas menciones a la inversión en megaproyectos, clave para el desarrollo del país y de las regiones”, describe el estudio con respecto a los vacíos que encuentra en materia de infraestructura.
Por otro lado, otra discordancia hallada en el Plan radica en la relación entre la importancia de mejorar los problemas estructurales y los plazos pactados para ello. Aunque se destaca el interés por mejorar las estructuras para que la ejecución de presupuestos sea eficaz, la entidad considera que para lograr esto se están planteando periodos de tiempo cortos (corto plazo), en los cuales no creen que se logre el objetivo.
Un punto de especial atención para ANIF está relacionado con la educación. Si bien hay presencia de un énfasis con respecto a la educación superior, se considera que la educación primaria, secundaria y media entran a segundo plano o simplemente no están contempladas en los programas. “Eso puede dejar vacíos importantes en cuanto a las habilidades que demanda a nivel nacional el mercado laboral”, indica el estudio.
El último elemento que no está claro en el informe es la creación de sistemas, comisiones, fondos e instancias que harán más compleja la administración pública y le pondrán otros obstáculos a la utilización de los recursos. La visión de poner más cargos y de modificar procedimientos impide que el funcionamiento de las entidades sea eficaz. Asimismo, ANIF critica la presencia de patrimonios autónomos que evaden el ciclo presupuestal ordinario, así como fondos que no cuentan con el fundamento o base económica suficiente para aplicarse, generando que sea un riesgo ponerlos en marcha.