El Proyecto de Quinta Generación Accesos Norte Fase II, concedido por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), confirmó hace unos días el cierre financiero por un monto de $ 700.000 millones.
Estos fondos se aprobaron para la financiación de las obras de ampliación en la Autopista Norte, abarcando desde las calles 192 hasta la 245, la carrera séptima entre las calles 201 y 245, así como la construcción de la Perimetral de Sopó.
Con una extensión de 17,96 kilómetros, este proyecto contaba con el respaldo financiero de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN). Sus mejoras son de vital importancia para fortalecer las conexiones y salidas en la zona norte de Bogotá, facilitando los vínculos con los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Santanderes.
“Este es un logro significativo en el desarrollo y la ejecución de este importante corredor vial de acceso por la zona norte de Bogotá”, aseguró Francisco Ospina, presidente de la ANI.
No obstante, después de dar trámite al recurso de reposición presentado por la concesionaria “Ruta Bogotá Norte” el pasado 18 de enero de 2024, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) mediante Auto 2996 del 8 de mayo de 2024, confirmó el archivo de la solicitud de licencia ambiental para el proyecto.
Las principales consideraciones técnicas que llevaron a ordenar el archivo de la actuación por parte de la Anla se relacionan con la insuficiencia de información técnica contenida en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Los hallazgos de la Anla fueron:
- Algunas obras hidráulicas no se encuentran armonizadas con los instrumentos del Ordenamiento Territorial de Bogotá, tal es el caso de las obras de cruce en las quebradas Las Pilas, La Floresta y Novita, ya que sus dimensiones son más pequeñas de lo proyectado en el Plan Zonal del Norte (POZ); además, la quebrada denominada Cañiza, cuya proyección en el Plan Zonal es la reconformación y rehabilitación de dicho cauce, fue desconocida en el EIA presentado por la concesionaria.
- Las obras presentadas por la concesionaria deben garantizar no solo la conectividad hidráulica entre ambos humedales, sino que se favorezca la conservación de los hábitats y los procesos ecológicos allí presentes. Sin embargo, la concesionaria no desarrolló los estudios hidráulicos requeridos y, por tanto, no se cuenta con la información que permita verificar que las obras propuestas garanticen la conectividad de los humedales.
- La Anla en su deber procedimental solicitó concepto técnico a otras entidades sobre el proyecto; entre ellas, la Secretaría Distrital de Planeación, que conceptuó: “Los perfiles viales presentados no cumplen con las tipologías urbanísticas establecidas en el actual y anterior Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá, en lo concerniente a franjas funcionales”.
- Por su parte, el IDU y el fideicomiso Lagos de Torca incluyeron observaciones y sugerencias frente al manejo del espacio público, la infraestructura vial requerida en términos de movilidad incluida en el Plan de Ordenamiento Zonal del Norte para el sector de la Autopista, los posibles problemas de inundación y las condiciones de diseño de las obras para los cruces de cuerpos de agua.
- Adicionalmente, los sistemas constructivos del proyecto vial no responden a los requerimientos de protección de la red matriz Tibitoc- Casablanca, según el concepto de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, en el que se solicita que las obras y actividades planteadas para la construcción de la autopista Norte mantengan unas interdistancias con el derecho de vía de la red de acueducto que el proyecto vial no contempla.