En medio de las cifras diarias de contagios y decesos, y de las constantes noticias suscitadas por el paro, que la construcción haya prendido motores es una señal positiva de que Colombia comienza a moverse.

De acuerdo con cifras entregadas por Camacol Nacional, en los últimos 12 meses (con corte a mayo de 2021), el sector edificador tuvo un comportamiento favorable en sus principales indicadores.

Esa observación deriva de las ventas de vivienda nueva, que llegaron a un total de 234.130 unidades comercializadas en ese lapso, con un crecimiento del 30,9 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior.

En el caso de las iniciaciones, según el gremio, se alcanzaron 142.383 viviendas, con un desarrollo del 15,8 por ciento en relación con 2020.

Por último, la oferta disponible de obras se incrementó en 0,9 por ciento, con un total de 150.289 unidades en más de 3.000 proyectos activos a lo largo y ancho del país.

Pero volvamos la mirada hacia las regiones. Camacol Nacional destaca que, en lo concerniente a la ejecución de obras de vivienda, Caldas, Magdalena y Santander han presentado crecimientos que superan el ciento por ciento anual en el acumulado de 12 meses a mayo de 2021.

Otros departamentos, como Norte de Santander, Meta, Bolívar y Quindío, también han tenido una dinámica destacada.

Aunque hay un aspecto que preocupa. “Vale la pena resaltar que las condiciones generadas por el paro, los bloqueos de vías y puertos en el país están imponiendo graves restricciones para el desarrollo de proyectos de edificaciones, principalmente asociadas a la provisión de materiales y la disponibilidad de mano de obra en los proyectos”, señala Camacol

En cuanto a lo laboral, los datos indican que, a abril de 2021, el ramo de la construcción había promovido 235.000 nuevos empleos, en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En total, el sector cuenta con 1.493.000 trabajadores directos, lo cual representa un incremento de 18,7 por ciento en relación con 2020 y una participación de 7,2 por ciento del total de los ocupados en el ámbito nacional.

En concordancia con el dinamismo en la creación de puestos de trabajo, se espera que 2021 continúe con una tendencia positiva, puntualiza Camacol Nacional.

De cemento y arena

Ahora, al analizar cómo está la región conformada por Bogotá y Cundinamarca en materia de construcción, se evidencia que, a mayo de 2021, se impulsaron al mercado en esta zona del país 19.910 viviendas nuevas, de las cuales el 82,1 por ciento pertenece a edificaciones del segmento VIS (16.338 unidades), convirtiéndose en el nivel más alto de lanzamientos de la historia de esta industria en Colombia.

Así lo manifiesta Alejandro Callejas, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca. “En Bogotá se viene presentando una importante recuperación, ya que durante el mismo periodo se iniciaron 11.827 unidades de vivienda (6.834 del segmento VIS y 4.993 del segmento no VIS). El total de las iniciaciones ha representado una demanda de insumos por 1,5 billones de pesos”.

En cuanto a la comercialización, la capital del país registra ventas de 20.395 unidades. De estas, 13.875 son del segmento VIS; 6.520, del no VIS.

“Las unidades de vivienda vendidas durante este periodo crecieron en 48,3 por ciento, si se comparan con el mismo periodo un año atrás. La expansión es resultado de la excelente respuesta del mercado a la alta renovación de la oferta mostrada en los últimos meses. Tanto el segmento VIS como el no VIS presentaron crecimientos de dos dígitos: 57,8 y 31,5 por ciento, respectivamente”, dice Callejas.

En los municipios aledaños a la capital, los lanzamientos de vivienda tuvieron un aumento del 54,3 por ciento (13.044 unidades), que resulta de la expansión mostrada en el segmento VIS (30,4 por ciento) y en el no VIS (150,3 por ciento).

Con respecto a la comercialización de vivienda, esta también registró números positivos. En Cundinamarca se vendieron 12.314 viviendas, de las cuales 69,4 por ciento pertenece al segmento VIS. En total, la inversión de los hogares en vivienda ascendió a 2,5 billones de pesos.

“Durante el mismo periodo, en el departamento se inició la construcción de 7.673 unidades de vivienda, lo cual significó una contracción de 22,3 por ciento, si se compara con el mismo periodo del año anterior. La iniciación de estas viviendas ha representado una demanda de insumos por 868.000 millones de pesos”, indica el gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca.

Respecto a la generación de empleo, según cifras de Coordenada Urbana, el sistema de georreferenciación de Camacol, en Bogotá hay en ejecución 615 proyectos residenciales y no residenciales, que en conjunto suman 5,2 millones de metros cuadrados en proceso de construcción y emplean a 171.146 personas.

“Ese número se incrementa con el comienzo de los proyectos, ya que se trata de la fase en la que más se demanda mano de obra, además de los insumos y la maquinaria necesarios para el desarrollo de los proyectos”, cuenta Alejandro Callejas.

En relación con Cundinamarca, en el departamento existen 372 obras en proceso de construcción; es decir, 4,9 millones de metros cuadrados. Su ejecución ha permitido darles trabajo a 161.985 personas.

En la orilla de los inmuebles

Ahora bien, y en cuanto a la inversión inmobiliaria, Jairo Corrales, presidente de Pei Asset Management, destaca que “este vehículo promueve la reactivación económica del país, dándole continuidad a sus planes de inversión y cumpliendo los compromisos de adquisición que tiene en el pipeline de negocios”.

Gracias a eso, los constructores encargados de desarrollar proyectos inmobiliarios pueden llevar a cabo sus obras.

Un segundo impacto está relacionado con la dinámica económica que crea la reactivación de los espacios inmobiliarios.

“En la denominada ‘nueva normalidad’, la estrategia se centra en generar valor para los inversionistas, arrendatarios y usuarios mediante portafolios fuertes de activos, y que brinden valores agregados y servicios complementarios, construyendo relaciones proyectadas en el largo plazo”, afirma Corrales.

Junto con eso, y mediante la innovación digital, se busca fortalecer los procesos del vehículo de inversión y potenciar sus capacidades con ayuda de las herramientas tecnológicas. En cuanto a la sostenibilidad, el objetivo es alinear su operación con un compromiso social, ambiental y de Gobierno.

Lo anterior dinamiza el sector y consolida las diferentes iniciativas inmobiliarias y de construcción, una intención que le pone las mejores bases a la tan esperada reactivación económica.