En el inicio de este año, distintas situaciones han afectado al campo colombiano y a los diferentes rubros que lo componen, no solo refiriéndose al área agrícola, sino a la ganadería, incluyendo al sector porcícola.
Estos condicionamientos que ha tenido que enfrentar este espacio, como lo han sido los aumentos a los costos de producción debido a situaciones sociales, han implicado un descenso para los porcícultores en sus niveles de producción.
Es por esto que la entidad bancaria Bancolombia se dio a la tarea de analizar las diferentes perspectivas de esta industria, a través de algunas encuestas realizadas en conjunto con la comunidad web, 333 Latinoamérica.
Entre los primeros elementos evidenciados hechos durante este estudio, el maíz y la soya, elementos importantes dentro de este proceso, han llegado a niveles bastante altos en cuanto a su costo, situación que también se ha visto afectada por sucesos internacionales, como la sequía en Argentina, o en el territorio colombiano, como el impulso a los biocombustibles.
A pesar de que durante este inicio de año se han presentado algunas tendencias bajistas, la incertidumbre en otros campos, como la guerra entre Rusia y Ucrania o el esperado Fenómeno de El Niño, continúan sin llamar al optimismo de manera concreta.
En algunos casos, esto también ha implicado un aumento de precio de estos productores debido a factores como: el encarecimiento de las otras carnes, el costo de la carne de importación y el alto consumo que vienen presentando estos alimentos, por lo que han logrado cubrir algunos espacios.
El informe presentado explica que “entre el precio promedio de 2019 y los precios registrados en marzo pasado hay un aumento acumulado de alrededor del 80 %, aunque se ha registrado una leve corrección a la baja durante este año, con una reducción del 6 % entre enero y marzo”.
Sin embargo, algunas de estas dinámicas no deben tomarse como constantes, debido a que las mismas dificultades económicas actuales podrían conllevar a que la demanda de carne descienda para los consumidores.
En cuanto a producción, el 90 % de la carne de Latinoamérica proviene de Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia, por lo que la ambición para la nación es llegar a ocupar el tercer puesto de este ránking a corto plazo.
¿Qué se podría esperar durante el resto del año?
En materia de importaciones, si bien en el año 2020 hubo un desplome bastante fuerte, los siguientes dos años implicaron un crecimiento importante, de 71 % y 9 % respectivamente.
Como síntoma de optimismo, es posible esperar que esa dinámica se mantenga este año, especialmente teniendo en cuenta que uno de los mayores exportadores es Estados Unidos, y frente a las dificultades económicas ha enfrentado una desaceleración dentro de su consumo interno, por lo que es posible que busque generar ingresos de manera externa.
En materia de producción interna, esta se seguirá viendo bajo dificultades debido a algunos factores, como problemas sanitarios y de bioseguridad, volatilidad de precio en las materias primas, ingreso ilegal de animales en pie y riesgos en el aumento de enfermedades porcinas que impliquen un aumento incluso mayor dentro de los costos de producción para los porcicultores.
Estos esperan con entusiasmo verse beneficiados por factores que permitan mitigar estas debilidades y amenazas para el sector.