Un poco más de la mitad del producto interno bruto (PIB) de Colombia representa la deuda externa, de acuerdo con el más reciente informe del Banco de la República.
Y es que en un solo año, la cifra subió en USD 13.069 millones, hasta los USD 187.318 millones reportados a abril de 2023. Este dato, al mismo mes de 2022 estaba en USD 174.248 millones.
Así mismo, como porcentaje del PIB, la deuda externa registró un ascenso desde el 53,3 %, anunciado en el cuarto mes de 2022, hasta el 55,3 % de 2023.
Respecto a la deuda privada, se reportó un incremento en dólares de USD 7.264 millones, desde los USD 73.667 millones registrados en 2022, hasta los USD 80.931 millones. Mientras que, como porcentaje del PIB, pasó del 22,5 % al 23,9 %.
Por otro lado, la deuda pública subió en dólares en USD 5.805 millones, pues pasó de USD 100.581 millones a USD 106.387 millones. Y subió como porcentaje del PIB, que terminó en abril de 2022 en 30,7 % y lo mismo hizo en 2023, en 31,4 %.
Frente al mes pasado reportó una ligera caída de USD 53 millones, pues en abril, el total del año pasado, la deuda fue de USD 187.371 millones, y se mantuvo como porcentaje del PIB en el 55,3 %.
Moody’s advierte sobre la necesidad de tramitar reformas para evitar la inacción y más demandas sociales
La semana pasada, la calificadora de riesgos Moody’s anunció que mantenía estable la nota de Colombia, que actualmente en su escala se encuentra en Baa2, lo que implica que se ubica dos niveles por encima del grado de inversión, mientras que las otras dos grandes calificadoras (Fitch y S&P) tienen al país por debajo de ese nivel.
Esto hizo que el anuncio de Moody’s generara suspicacias, pues se dio justo en medio de la mayor crisis política en lo que va del gobierno Petro.
Algunos en redes incluso llamaron a Moody’s la calificadora optimista con Colombia. Eso motivó a que Renzo Merino, vicepresidente y analista senior de la calificadora y quien está a cargo de evaluar al país, dijera que en realidad su calificación lo que hace es reconocer que el país ha tenido una marcada recuperación, tras las dificultades que tuvo con la pandemia.
Eso se evidencia en un menor nivel de endeudamiento, gracias a un adecuado historial de pagos y la buena voluntad del Gobierno de pagar sus acreencias.
“Eso es lo que ha hecho que mantengan su grado de inversión, gracias a su fortaleza institucional y gobernanza, que es diferente a gobernabilidad. Si bien el punto débil del país sigue siendo el fiscal, luego del choque del 2020 por pandemia, hoy han logrado que su perfil crediticio esté alineado con sus pares con calificación de Baa2. Estos son México, Panamá, Uruguay, Hungría, Filipinas e Indonesia”, dijo Merino en una presentación en Bogotá.
Actualmente, de acuerdo con la escala de Moody’s, Colombia tiene una calificación superior a la de Guatemala, Paraguay y Brasil, pero es superada por Perú.
Merino aclaró que, cuando se refiere a gobernanza, la asocia con el concepto inglés de governance, que tiene que ver con el buen funcionamiento del balance de poderes en el país. Por el contrario, la gobernabilidad sí tendría que ver con la capacidad del actual gobierno de aprobar sus reformas.
Con respecto a esto, dijo que mientras algunos analistas califican como positivo el no avance de las reformas en el Congreso, lo que hoy se vería reflejado en los mercados financieros, en su concepto esto implica un riesgo de parálisis y de posterior inacción para poder atender temas que necesita el país.
“Esa inacción podría ser negativa, porque aumenta las presiones sociales que enfrente la actual administración y la que le siga. Además, Colombia podría transitar a un ritmo de crecimiento menor, que es lo que ha pasado en Perú, cuyo crecimiento potencial pasó de 4 % a menos de 3 %.
Las reformas que se discutan deberían trascender más allá del periodo actual y atender las expresiones sociales y problemas como la informalidad, el bajo nivel de ahorro o una mejor cobertura de las redes de protección social”, precisó Merino.
Al tiempo, dijo que las calificadoras no tienen la función de evaluar si una reforma es buena o mala y que ellos aún no han analizado el impacto fiscal de las que se tramitan en el Congreso, dado que estas todavía no han sido aprobadas.
No obstante, teniendo en cuenta el reciente actuar del sistema de pesos y contrapesos del país, el analista de Moody’s dijo que prevén una moderación de las propuestas iniciales del Gobierno y que estas probablemente cumplirán con la regla fiscal, como el Ministerio de Hacienda, hoy en cabeza de Ricardo Bonilla, se ha comprometido a hacerlo.