Como es tradición en la temporada de fin de año, la negociación del salario mínimo configura el tema económico más importante para los colombianos. Hasta el momento, la mesa tripartita compuesta por representantes de los trabajadores, empresarios y el Gobierno nacional han expuesto sus primeras consideraciones, enfilando la discusión hacia la cifra que regirá para el 2024.
La concertación del aumento es clave para los trabajadores del país que perciben un salario mínimo en sus ingresos mensuales. Sin embargo, este incremento debe ser cuidadoso, pues si es exagerado o sustancial también puede presionar la cifra de inflación, que se ha reducido durante los últimos meses.
En ese sentido, la mesa de negociación debe tener en cuenta no solo las posiciones de los trabajadores, sino los límites que lleguen a fijar los empresarios y las proyecciones estimadas por el Gobierno.
Vale recordar que los dos últimos aumentos que se le han hecho al salario mínimo fueron significativamente altos con respecto a los porcentajes que se venían fijando en años anteriores. Para el periodo 2022, bajo el mandato de Iván Duque, se acordó un aumento del 10 %. Posteriormente, en su primer año de Gobierno, el presidente Gustavo Petro elevó la cifra al 16 %.
Por lo pronto, el Gobierno ha manifestado que prevé un aumento de dos cifras, proyectando que el dato de la inflación al cierre del 2023 se sitúe entre un 9 o 10 %.
Con respecto a cuánto podría subir el salario mínimo para el próximo año, una de las propuestas más altas que se han escuchado hasta ahora vino de parte del Equipo de Estudios Económicos de Bancolombia, que recomendó que el incremento sea de 12 %.
De ser así, el salario pasaría de 1.160.000 pesos a 1.299.000 pesos, lo que significaría un incremento de 139.200 pesos.
La inflación en noviembre cedió terreno y quedó en 0,47 %. Este dato no resulta menor teniendo en cuenta que, junto al de productividad, son elementales en la ecuación para definir el salario mínimo. Otra estimación apunta a un incremento del 11,24 %, equivalente a un aumento de 130.384 pesos, para un total de 1.290.384 pesos.
En todo caso, teniendo en cuenta que la inflación para el 2023 cerraría con un porcentaje menor al del año inmediatamente anterior, se especula que el aumento estaría por debajo del 16 %. De hecho, el tope máximo que se ha mencionado extraoficialmente ronda el 13 %, con la intención de no agregarle más presión a la inflación.
¿Cuál sería el aumento real?
En el marco de las negociaciones, los empresarios han puesto sobre la mesa no solo contemplar el dato de la inflación correspondiente al 2023, también la que se proyecta para el 2024.
Según las estimaciones del Banco de la República, la meta para el próximo año será situarla en un 4 %, un objetivo ambicioso teniendo en cuenta que el año en curso cerraría en 9,8 %.
Estas proyecciones no se alejan de las presentadas a finales de noviembre por Corficolombiana. “La inflación seguirá en niveles altos y continuará en descenso el próximo año, pero a un ritmo lento. Estimamos una inflación anual bajando a 5,7 % al cierre de 2024, desde el 9,6 % de 2023”, indicó en un informe.
Partiendo de un eventual 10 % en el dato de inflación para el cierre del 2023, el incremento del 16 % fijado por el Gobierno Petro al año pasado configuraría un aumento real del 6 %. Ahora bien, suponiendo que el aumento para el 2024 sea del 12 % —y se cumpla la meta de cerrar la inflación en 4%— el incremento real alcanzaría el 8 %, una cifra notable en comparación con las registradas durante la última década.
Sin embargo, por el momento, se trata de cifras especulativas y será la mesa de negociación quien tenga la última palabra. Así mismo, el valor del incremento real dependerá en gran medida de cómo se comporte la inflación durante el próximo año.