Hacia el final del día 19 de diciembre, luego de la reunión de la junta directiva del Banco de la República en la que el equipo de expertos decidió bajar las tasas de interés de referencia, en 0,25 %, el Emisor destapó un nuevo comunicado que contiene una medida inesperada, al menos en este momento.
Aunque el superintendente financiero, César Ferrari, venía recomendando la intervención cambiaria, eso sí, con pinzas, para tratar de controlar la volatilidad del dólar frente al peso, no dejó de sorprender el anuncio hecho por el Banco de la República en ese sentido.
Según la información divulgada por el Emisor, procede -ni más ni menos- a una intervención cambiaria.
¿En qué consiste?
El Banco de la República sostuvo que el objetivo de la medida es “mantener los niveles de liquidez externa apropiados y prepararse ante una posible reducción gradual en el monto de acceso a la Línea de Crédito Flexible (LCF) que tiene Colombia con el FMI”.
Ese primer objetivo de la intervención, con la cual se aplicará un programa gradual de acumulación de reservas internacionales, por hasta 1.500 millones de dólares, estaría en línea con la meta de tener al FMI de aliado, con el acceso al crédito flexible, en una eventual necesidad, toda vez que persiste una alta incertidumbre en el entorno global. En otras palabras, tener un colchón con el cual respaldar un préstamo en dólares con el FMI.
De cara a la volatilidad del dólar
Pero, claramente, a nivel interno, el efecto de una intervención cambiaria tiene que ver con la volatilidad del dólar frente al peso. Durante el segundo semestre el dólar ha registrado alzas de 108 pesos en un día y caídas de 154 pesos, es decir, ha estado sumido en una alta volatilidad.
Justamente, esa dinámica en la moneda fue la que llevó a Ferrari a hablarle directo al Banco de la República. En noviembre, por ejemplo, el Superfinanciero dijo “Le hemos dicho ‘N’ veces (en repetidas ocasiones) al Banco de la República, que no podemos seguir viendo una inestabilidad cambiaria tan grande porque eso paraliza la inversión. Un inversionista no sabe cómo hacer su flujo de caja porque no sabe la tasa de cambio que estará vigente mañana o después, porque eso cambia de 5.000 a 4.000 pesos, en fin, es una volatilidad alta”.
Le hicieron caso
La medida anunciada por el Banco de la República ahora estaría en línea con esa recomendación. En ese sentido, el mecanismo que se empleará para adquirir las reservas será el de las llamadas opciones ‘put’ con un cupo mensual de hasta 200 millones de dólares, lo que, según explicó David Cubides, de la firma de expertos Alianza Valores, “es un monto pequeño para un mercado como el local, en el que se negocian 1.000 millones de dólares diarios” en promedio.
Lo cierto es que el banco de la República expuso los pormenores de la acumulación de reservas, según lo cual, “estas se podrán ejercer únicamente cuando la Tasa Representativa del Mercado (TRM) esté por debajo de su promedio de los últimos 20 días hábiles. Con ello se evitan compras en períodos de presión al alza de la tasa de cambio. Este mecanismo ha sido utilizado en el pasado por el Banco de la República con propósitos similares”, argumentó el Emisor.
¿Qué pasará con el dólar?
En el paquete de especificaciones entregadas por el Banco de la República, en relación con la acumulación de reservas, el Emisor sostuvo que “las subastas de opciones se realizarán mensualmente y su monto se anunciará cuando se realice su convocatoria”.
Agregaron que “los participantes pagarán una prima que se fijará a través del mecanismo de subasta de precio uniforme. El precio de ejercicio de las opciones será la TRM vigente del día en que se realice el ejercicio”. La primera fecha para convocatoria de la subasta será el 28 de diciembre de 2023, mientras que la fecha prevista para que se lleve a cabo, es el 2 de enero de 2024, de manera que podrá ejercerse entre el 3 y el 31 de enero de 2024.
Aunque el Emisor enfatiza en que el programa “no persigue ningún objetivo de tasa de cambio y no busca alterar el nivel ni la volatilidad de la tasa de cambio”, Cubides explica que, en efecto, no se debería generar presión importante sobre la tasa de cambio, para la cual, lo más importante es lo que suceda a nivel global.