El costo de vida en el país continúa siendo motivo de preocupación, debido a los datos revelados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane). Estos muestran que la inflación continúa en niveles altos, aunque ya se comienzan a observar un menor ritmo de crecimiento respecto a lo que fue el 2022.
De acuerdo con el reporte entregado por la entidad, correspondiente al segundo mes del año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ubicó en 1.66 %, lo que evidenció un alza del 0.3 % frente a febrero del año pasado. Mientras que en el acumulado de los últimos doce meses, la inflación se sitúa en 13.28 %, un alza del 5.27 %, si se compara con periodo febrero 2021-febrero 2022.
“Haciendo una comparación histórica, notamos que no teníamos estos valores anuales similares desde marzo de 1999, cuando se presentó un valor de 13.51 %”, manifestó Leonardo Trujillo, subdirector del Dane, quien además resaltó que tanto el reporte mensual como anual, estuvo por encima de las proyecciones del Banco de la República, e inclusive, de los analistas.
Aunque no hay una certeza si ya se llegó a un techo frente a la inflación, ya que las estimaciones frente al tema indican que los niveles más altos para este año se registrarán en este primer trimestre, y que a partir de abril se prevé que la tendencia a la baja comience a notarse, lo que se preguntan los colombianos es si este año cerrará con niveles similares o inferiores respecto a lo que fue el 2022.
Frente a esta inquietud, BBVA Research dio a conocer en su más reciente informe “Situación Colombia”, que se espera una disminución gradual de la inflación total en el país, por lo que se ubicaría en 9 % para este año y 5 % en 2024; impulsado por una fuerte caída en los precios de los alimentos, “la cual pasará de 27,8 % en diciembre de 2022 a 7,6 % en diciembre de 2023″.
“Lo que veremos sobre la inflación en Colombia será algo similar a la tendencia mundial. Se prevé que la inflación descienda gradualmente a medida que disminuyan los choques de oferta y se debilite la demanda, pero la persistencia de la inflación básica y la solidez de los mercados laborales obligarán a los bancos centrales a tener unos tipos de interés oficiales más altos de lo previsto y a no recortarlos antes de 2024. Al fin y al cabo, los bancos centrales seguirán empeñados en reducir la inflación”, expresó Juana Téllez, economista jefe de la entidad.
En torno a los ajustes a las tasas de interés, que es una medida que viene adoptando el Banco de la República para controlar la información, los expertos del BBVA consideran que la próxima decisión que tome el Emisor no será tan agresiva como ha ocurrido en meses anteriores, por lo que señalan que “está próximo a terminar su ciclo de incrementos y lograr una tasa de intervención terminal”.
Con base en sus proyecciones, cuando se revele el alza que aplicará para abril, el organismo monetario del país “la dejará inalterada en ese nivel durante la mayor parte del año”, para iniciar el relajamiento progresivo de la política al final del año y continuar dicho comportamiento en el 2024. “Esta reducción de la tasa de interés será posible gracias a la caída paulatina de la inflación y el menor ritmo de crecimiento”, apuntó.
Así las cosas, las estimaciones antes mencionadas están en sintonía con las reveladas por expertos consultados por SEMANA, que han señalado que la inflación corregiría su tendencia hacia la baja, con mayor notoriedad en el segundo semestre; lo que llevaría a que cierre el año en un dígito.