Aunque estaba previsto para el viernes 12 de marzo, el presidente estadounidense Joe Biden se adelantó con la promulgación de la ley que desplegará el gigantesco paquete de ayudas económicas, por 1,9 billones de dólares, con el cual ese país busca poner una inyección que reanime la economía.

La ley, que había sido aprobada por el Congreso, es el símbolo de la primera victoria legislativa de Biden, quien completa 50 días en el poder.

Con los recursos, el plan busca hacer pagos directos a muchos estadounidenses, extender los subsidios de desempleo y fortalecer los fondos para la distribución de las vacunas.

Con la firma, la ley entrará en vigor y el presidente se alista para sustentarla y conseguir así también el respaldo ciudadano. De hecho, para este jueves está prevista una alocución en la que, además, empezará a propagar su entusiasmo por el curso que está tomando la pandemia. El mandatario dijo a las agencias de noticias que tiene verdaderas razones para tener esperanzas. “Vemos la luz al final del túnel”, indicó, en referencia a los más de 525.000 muertos por covid-19 que van en ese país.

El paquete económico de Biden es el equivalente a todo el PIB de Italia, lo que ha llevado al bloque republicano del Congreso de Estados Unidos a criticar la estrategia, por considerar que incluye gastos excesivos, dijo la AFP.

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Con el paquete económico de Biden en marcha, millones de estadounidenses recibirán cheques de 1.400 dólares como ayuda directa, lo que demandará un monto global de unos 400.000 millones de dólares.

El plan extiende –además– hasta septiembre, los auxilios excepcionales por desempleo, los cuales expiraban el 14 de marzo. Las ayudas en este sentido están en alrededor de 300 dólares.

De los recursos también dedicarán 126.000 millones de dólares a escuelas, desde preescolares a liceos, para apoyar su reapertura pese a la pandemia, así como 350.000 millones para estados y gobiernos locales.

En medio de una campaña de vacunación a toda máquina, la Casa Blanca anunció que quiere comprar 100 millones de dosis adicionales a Johnson & Johnson, lo que duplicaría la cantidad ordenada por Estados Unidos a esta empresa farmacéutica.

De hecho, el país ya realizó pedidos para recibir, hasta finales de mayo, las dosis necesarias para vacunar a la totalidad de los adultos estadounidenses, gracias a otras dos vacunas autorizadas –la de Pfizer/BioNTech y la de Moderna–, de las que el Gobierno estadounidense ha ordenado 300 millones de dosis de cada una.

Abundancia y solidaridad

La sustentación de Biden con esa abundancia que le critican el ala política opositora de su Gobierno es que es necesario tener una “flexibilidad máxima”.

Según el mandatario, “muchas cosas pueden pasar y debemos estar listos”.

En caso de que el plan de vacunación salga adelante, sin contratiempos, y llegaran a sobrar vacunas, “las compartiremos con el resto del mundo”, dijo Biden.

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En un video titulado “Depende de ti”, los expresidentes Jimmy Carter, George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama pidieron el jueves por la mañana que todos los estadounidenses se vacunen.

El único que falta en esta iniciativa, que reúne a todos los expresidentes vivos, es el republicano Donald Trump.

El mandatario saliente, desde su club de Mar-a-Lago, en Florida, intentó ponerse nuevamente bajo los reflectores la noche del miércoles. “Espero que todos los estadounidenses recuerden, mientras reciben la vacuna contra la covid-19, que si yo no hubiera sido presidente, no estarían recibiendo esa magnífica inyección, sino en cinco años, como muy pronto”, escribió en un breve comunicado.

“Yo espero que todo el mundo se acuerde”, agregó Trump, quien pese a su derrota al final de su primer mandato, no descarta presentarse nuevamente como candidato en 2024.

Con información de la AFP.