Un tiro en el pie. Esa es la frase con la que se puede describir la frecuencia con la cual se están dando los bloqueos en las carreteras de Colombia, principalmente en la vía Panamericana, donde ya los productores y comercializadores de alimentos empiezan a sentir el efecto de no poder llevar las mercancías a los sitios de destino.
Ese importante corredor conecta al suroccidente de Colombia con el centro del país, pero también permite el paso por vía terrestre desde el Ecuador, en la parte sur del país. Indígenas de la comunidad llamada Los Nietos de Manuel Quintín Lame se apostaron en el municipio de Piendamó, en Cauca, en medio de una protesta para exigir al Gobierno la entrega de tierras y acciones para mejorar temas clave como la salud y la educación en ese territorio.
Pero de forma paralela también se han registrado dificultades de movilidad en Puerto Wilches, y los camioneros reportaron otros bloqueos que se presentaban este miércoles 2 de agosto.
Por esa razón, Jorge Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), gremio que agrupa a los productores del campo, emitió un pronunciamiento, según el cual esas acciones que paralizan las carreteras solo llevan a “estrangular a los que producen los alimentos”.
Según Bedoya, “bien sea por lo que pasa en la Panamericana, en Puerto Wilches donde hay plantas extractoras de aceite de palma y granjas avícolas, o en cualquier otra vía, se trata de corredores viales por los que pasan muchos de los insumos que utilizan nuestros agricultores y productores pecuarios”.
El dirigente gremial advirtió que también por esas zonas se movilizan los bienes finales que van hacia los centros de consumo. Es decir, el asunto impacta tanto al sector en particular como a todos los colombianos, con la seguridad alimentaria, y a toda la economía, por la amenaza de reducción del abastecimiento de alimentos y, en consecuencia, de mayores precios.
“Los bloqueos en las vías generan incrementos en los costos, generan mermas en los animales vivos, mermas de peso, generan daño en los productos perecederos, pero sobre todo están atentando contra la seguridad alimentaria de los colombianos, que son los que sufren así sea en pequeñas cantidades, las intermitencias en la movilidad de los transportadores que son los que mueven la carga, no solo los alimentos, sino la carga que sostiene la economía, y que también llega a los consumidores de nuestro país”.
Con la comida no se juega
Al decir del presidente de la SAC, “con la comida no se juega”, y los bloqueos en las carreteras no son otra cosa que “jugar con la alimentación de los colombianos, con nuestros productores, quienes tienen que estar todos los días utilizando las vías del país”.
Durante este miércoles había bloqueos, por diversos motivos entre Cali y Popayán; entre Barrancabermeja y Bucaramanga (Santander); en Riohacha-Maicao (La Guajira); entre Cúcuta-La Lejía-Saravena (Arauca), zona en la que estuvo el presidente Gustavo Petro. Eso, sin contar con congestiones en la vía Bogotá-Villavicencio, donde recientemente hubo una emergencia por avalancha en el municipio de Quetame (Cundinamarca) que condujo al cierre temporal de la conectividad con esa importante despensa de alimentos.
Efecto en los precios
Uno de los cuidados que está teniendo el Gobierno en la actualidad es andar con pies de plomo, con el incremento en el precio de la gasolina que regirá para agosto, justamente para evitar que se pierda el camino ganado con la inflación. No obstante, los bloqueos en las carreteras pueden ser la gota que llene el vaso y termine impulsando de nuevo los precios, con lo cual habría menos posibilidades de que el Banco de la República empiece a entrar en la senda que todos reclaman: la reducción de las tasas de interés de referencia.