Las calles de Bogotá se caracterizan por el caos y la falta de autoridad. Miles de personas se parquean sin control en plena vía pública y, muchas veces, obstaculizando el paso de ciudadanos en sillas de ruedas, peatones o padres con coches de niños.
Lo peor de todo es que varios de estos carros mal parqueados a lado y lado de la vía impiden una mejor movilidad en la ciudad, empeoran los trancones e impactan la competitividad.
Para poner orden, y de paso alimentar el fondo de estabilización tarifaria del sistema integrado de transporte público, Bogotá volverá a tener un modelo de cobro de parqueo en la vía pública, un plan que está programado para el segundo semestre de este año.
La gerente de la Terminal de Transporte de Bogotá, Ana María Zambrano, entidad encargada de sacar adelante esta iniciativa, dice que el plan prevé la demarcación y el uso de unos 20.000 espacios en las calles. Un proyecto piloto iniciará con 1.000 de estas celdas. “No serán vías principales, sino aquellas en donde existe el espacio, y que generalmente están ubicadas cerca de áreas comerciales, ocio y entretenimiento”, explicó.
La carrera novena entre calle 72 y 76 sería una de las primeras zonas demarcadas para este propósito. En general, en el cuadrante resultante entre los cerros de oriente y la autopista Norte, y desde las calles 63 y 100, es donde se ejecutaría buena parte de la estrategia de cobro. Allí hay necesidades de parqueo de vehículos particulares y usuarios con poder adquisitivo.
También existe el propósito de llevar el cobro a algunas calles de los barrios Restrepo, Venecia y 12 de Octubre, zonas en las que ya se ha hecho alguna socialización con el comercio y las comunidades.
El plan de cobro por parquear en vía pública prevé vincular a los populares e informales cuidadores de carros de algunas cuadras de la capital. “La idea es que esas personas sean entrenadas por el Distrito y cuenten con un dispositivo electrónico para el registro y control de los vehículos”, dijo la gerente.
Aún no está definido si se instalarán los parquímetros en estos sectores, o si se implementará otro sistema que atraiga menos a los vándalos. Lo que sí se sabe es que el cobro tendrá que iniciar antes de finalizar este año.
La socialización con las poblaciones involucradas se llevará a cabo entre abril y junio, al tiempo de un diálogo con la Policía de Tránsito para el control de estos espacios. De igual manera, se anunció la disponibilidad de grúas para los conductores que quieran evadir el cobro. Las primeras semanas habrá multas pedagógicas, pero luego los ciudadanos deberán respetar el espacio, so pena de sanciones económicas.
El cobro del servicio tendrá en cuenta el tipo de vehículo, el tiempo de permanencia, la hora y el día de la semana. Este cobro se ampara en el Acuerdo 695 de diciembre de 2017, el cual estableció este esquema de parqueo en la vía. En otras palabras, el exalcalde Enrique Peñalosa dejó lista la regulación e implementación de este servicio. Los camiones que van a cargar o descargar mercancías, así como las motos destinadas a domicilios y entregas, tendrán un tiempo para realizar estas actividades sin cobro.
Así mismo, se incluirán espacios para el parqueo de bicicletas. La movilidad en este medio de transporte es otra de las estrategias claves del Distrito durante este año. Está previsto llevar al Concejo un proyecto de acuerdo para crear el Sistema Público de Bicicletas, que prevé un parque de bicicletas en algunas zonas de la ciudad. Las bicis podrán llevar publicidad para que el operador del sistema cuente con recursos adicionales y logre el cierre financiero.
El cobro por parquearse en la vía pública seguramente derivará en protestas de vecinos, y los políticos aprovecharán para sacar capital del debate. Sin embargo, está claro que la ciudad necesita organizar este tipo de conductas indisciplinadas de los conductores.
Metrópolis como Boston han organizado las calles, y los recursos de parqueo son una de las principales fuentes de ingresos. En esa ciudad, la multa por no mover un vehículo es de 90 dólares. Hace un par de años, la Alcaldía de Medellín implementó con éxito las Zonas de Estacionamiento Regulado, en las que una persona entrenada e identificada con un chaleco certifica la hora de parqueo y entrega el recibo de pago al conductor.
Pero lo mejor de todo es que los usuarios de transporte particular ayudarán, mediante este subsidio cruzado, a financiar la tarifa de transporte público. Esta es tal vez la mejor manera de avanzar hacia la equidad.