Los resultados del empleo en Colombia que entregó el Dane la semana anterior tienen dos lecturas. Por un lado, ‘el vaso medio lleno’ refleja una dinámica favorable en materia de nuevos empleos y reducción del desempleo en el país, donde una de las poblaciones más beneficiadas fueron las mujeres, cuyo mercado en materia laboral había sido duramente golpeado por la pandemia.
Pero, por otro lado, con ‘el vaso medio vacío’ queda la sensación de que el crecimiento y la dinámica de la economía van a una velocidad mucho más rápida que la de la generación de empleos. Esta es una situación que preocupa en materia de reducción de la pobreza que, si bien cayó más de 3 puntos porcentuales el año pasado y se ubicó en 39,3 por ciento, lo hizo en 2021, el año de mayor crecimiento histórico de la economía colombiana, con una expansión de 10,6 por ciento.
La semana anterior el Dane entregó los resultados del empleo en Colombia para marzo. El resultado muestra una tendencia a la reducción del desempleo en el país, al comparar los datos de este mes de 2021 con los de 2022, que pasaron de 14,7 % a 12,1 %.
Según un análisis de la firma de Javier Hoyos Asesores, la reducción obedece a la mayor dinámica en el empleo vs. las personas que salieron a buscarlo. En efecto, la ocupación creció el 7,9 %, mientras que la oferta laboral lo hizo al 4,7 %. En términos absolutos frente a marzo del 2021 el empleo aumentó 1.585.000 personas, de las cuales 998.000 corresponden a empleo para mujeres, un 13 % más, y 585.000 para los hombres, un 4,7 % más. La tasa de desempleo en los hombres bajó del 11,8 al 9,6 % y en las mujeres del 19 % al 15,6 %.
Aunque sigue siendo alta, la caída en el desempleo de mujeres se explica en gran parte por el retorno a la presencialidad. El regreso de los niños al colegio y de los universitarios también en sus aulas, ha permitido que un gran número de mujeres vuelva a ingresar al mercado laboral, en unos casos consiguiendo empleo y en otros todavía buscando. “Pero en general destacamos que hubo ganancias en los puestos de trabajo, casi de cada tres puestos, dos fueron asignados para las mujeres y vimos que también hubo una reinserción al mercado laboral de mujeres con una cualificación de educación técnica, también universitaria y con posgrados, lo cual es una noticia importante, dado que las personas antes se ubicaban o estaban sobre todo dedicadas a las tareas del hogar”, explica Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria.
Por sectores económicos, resalta el informe de la firma de Javier Hoyos, los que más generaron empleo fueron: la Industria, 466.000, con un aumento del 24 %; la Administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana, 304.000, 13 % más; el Transporte y almacenamiento, 264.000, creciendo el 19 %; Alojamiento y servicios de comida, 208.000, 16 % mayor; y el Comercio y reparación de vehículos, 206.000, 6 % superior.
Para Piraján, los sectores que tuvieron mayor contribución en la creación de empleo sin lugar a duda son los asociados a servicios y en particular para la recuperación del mercado laboral del sector femenino. “Mientras que también hubo complementos en las contrataciones, sobre todo en temas logísticos y de transporte que estarían bastante asociados con la reactivación económica”, agrega.
Por posición ocupacional, el empleo particular aumentó en 1.196.000; el empleo cuenta propia en 215.000; y el servicio doméstico en 170.000, lo cual mejoró la formalidad laboral; así lo registran los datos de las 23 principales ciudades del país, en donde la informalidad bajó del 47,9 % a 45,5 %. Por nivel educativo, a nivel nacional, el empleo se generó en mayor medida en personas con posgrado, 38,8 %; técnica profesional, 21,1 %; tecnológica, 20,5 %; y universitaria, 14,7 %, dice el informe.
En los 13 principales centros urbanos se generó el 53 % del empleo; en términos porcentuales la ocupación creció el 9 % y la oferta laboral el 4 %, razón por la cual la caída en la tasa de desempleo fue mayor a la registrada en el total país, pasando del 16,6 % al 12,6 %. En los 13 principales centros urbanos, la informalidad bajó del 46,8 % a 44,3 % y, para las 23 ciudades, del 47,9 % a 45,5 %.
Sin embargo, destaca Piraján, las ganancias más sustanciales se vienen concentrando en las principales ciudades del país y, en este orden de ideas, la tasa de desempleo para estas zonas se ubicó en el 12,6 %, siendo cerca de 4 puntos lo que se veía un año atrás.
La tasa de desempleo del trimestre enero-marzo de 2022, fue 13,2 %, frente a 15,9 % del mismo periodo del año anterior, mientras la tasa global de participación se ubicó en 63,4 % y la tasa de ocupación en 55 %. En el trimestre enero-marzo de 2021 estas tasas fueron 15,9 %, 61,6 % y 51,8 %, respectivamente.
A pesar de este contexto, la tendencia puede verse desde otra óptica. María Claudia Llanes, economista de BBVA Research para Colombia, en términos desestacionalizados, comparando febrero de 2022 con marzo de 2022, la tasa de desempleo se mantuvo relativamente estable a nivel tanto nacional como urbano.
“Las nuevas cifras, desestacionalizadas, muestran un empleo dinámico, que creció, mes a mes, entre octubre de 2021 y febrero de 2022, y que muestra algo de retroceso en marzo. El dinamismo del mercado laboral desde finales de 2021 se vio también reflejado en la reducción mensual, entre noviembre de 2021 y marzo de 2022, de la población por fuera de la fuerza laboral”, puntualiza Llanes.
Empleo vs. Crecimiento
Para algunos, estos resultados en el empleo están relacionados con el buen desempeño de la economía. El Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) creció el 7,7% en enero y el 8,1% en febrero.
“Estamos ante un panorama global interesante, Es la primera vez después de casi dos años que empezamos a ver revisiones a la baja de la expectativa de crecimiento anual. Colombia a la luz del FMI, que realizó la actualización de sus proyecciones, tuvo buenos resultados. Somos de los pocos países en la región que evidenció un crecimiento cercano al 5 % para este año. En BTG Pactual, estimamos un crecimiento del 5,1 % de la economía colombiana, frente a los países de la región, donde hemos salido fortalecidos, pues la proyección de crecimiento del FMI para la región es de 2,5 %, nosotros tenemos una estimación del 5,8 %”, señala un informe de BTG Pactual.
Para la firma Javier Hoyos, el país tendrá un primer trimestre de 2022 con buenos resultados en materia de crecimiento de la economía. “Comparado con febrero de 2020, mes previo a la declaratoria de la pandemia, cada vez estamos más cerca de los valores prepandemia: tasa de desempleo desestacionalizada, 12,1 % en marzo 2022 vs 11 % en febrero 2020; y población ocupada, 21.680.000 vs 22.006.000, entre iguales periodos. Otra forma de mirar la recuperación es comparando los puestos de trabajo generados en marzo de 2022 que equivalen al 100 % de los perdidos en marzo del 2020″, señala su análisis.
Sin embargo, la velocidad del crecimiento de la economía no se acompasa con la del mercado laboral. “En todo este contexto destacamos que, si bien los avances han sido progresivos, si nos comparamos frente a la prepandemia, el empleo continúa siendo más o menos 2 % a lo que teníamos antes de que nos impactara el coronavirus y en ese orden de ideas también sigue siendo preocupante ver que, aunque la economía colombiana ya superó sus niveles prepandemia y hoy en día opera por encima de eso, el mercado laboral todavía tiene unas brechas importantes por cerrar. Aquí destacamos que todavía sigue habiendo un desempleo significativo en universitarios y que personas de cualificaciones más allá de las asociadas a un pregrado, siguen teniendo problemas para insertarse al mercado laboral”, dice Piraján, de Scotiabank.
Una de las mayores preocupaciones tiene que ver con los niveles de pobreza –monetaria y extrema- que, aunque se redujeron el año pasado, esa disminución no fue tan significativa teniendo en cuenta que, durante 2021, Colombia alcanzó el más alto crecimiento de su historia, 10,6 %. Todavía quedan 2 millones de pobres que dejó la pandemia que no han podido salir de esa situación y el empleo, todavía no llega a niveles prepandemia.
En los 13 principales centros urbanos, la informalidad bajó del 46,8 % a 44,3 % y, para las 23 ciudades, del 47,9 % a 45,5 %. Una de las muestras de esta tendencia es la afiliación a las cajas de compensación. Según los registros en el Sistema de Compensación Familiar, durante 2021 se presentó un máximo histórico de afiliaciones, con 9,9 millones de trabajadores vinculados, lo que representa un crecimiento del 4,3 % en relación con 2020, año que para muchos analistas no es comparable, pues hubo meses con 5,3 millones de empleos perdidos.
De acuerdo con el informe del sistema de compensación, el número de empresas que aportan por trabajadores a cajas de compensación está creciendo 3 % para el mismo periodo reportado, lo que implica un promedio mensual de 726.000 empresas aportantes, frente a las 704.000 que se registraron en 2020. Esta es una buena señal de mejoramiento en la formalización del empleo. Sin embargo, el camino de recuperar la formalidad es una de las tareas pendientes porque con aumentos de salario mínimo como el registrado el año pasado de más de 10 por ciento, los beneficiados fueron los empleos formales, abriendo aún más la brecha con la informalidad.
Como menciona Llanes, de BBVA Research para Colombia, se espera que el empleo siga impulsado por el mayor dinamismo de la economía de servicios, la cual es altamente intensiva en mano de obra y muestra elevados niveles de actividad económica. Además, la apertura completa de los colegios y otros servicios de cuidado infantil y de personas mayores seguirá permitiendo un aumento en participación laboral, en especial para las mujeres.
Es clave monitorear en qué medida –señala Piraján, de Scotiabank–, la reactivación económica permite la inserción de las personas que todavía no han logrado engancharse y de igual manera continuar con el seguimiento a la calidad del trabajo. “Si bien en este periodo del 2022 hemos visto que se ha generado más empleo formal, sigue siendo un nivel de empleo inferior al que teníamos en la prepandemia”, puntualiza.